sábado, 8 de julio de 2017

1 de cada 333 chicos puede padecer sordera profunda y es crucial detectarla antes de los 3 meses


Así lo aseguran desde el Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de le República Argentina (COSSPRA), en el marco de la Semana de la Hipoacusia, que comenzó el 01/07 y se extenderá hasta el 07/07. 
De acuerdo con cifras publicados por al Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina nacen entre 700 y 2100 niños, por año, con problemas de audición. 
La hipoacusia es la pérdida de la capacidad de percepción auditiva, sea parcial o total. Sus causas pueden ser congénitas o adquiridas. En el primero de los casos, obedecen a factores hereditarios y no hereditarios o a complicaciones durante el embarazo y el parto; mientras que en el segundo, pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad. La otitis media crónica es una causa frecuente de pérdida de audición en los niños. 
Según el grado, la pérdida de la audición se clasifica en hipoacusia leve -dificultad para oír susurros y algunas consonantes-, moderada –con pérdida de información en las conversaciones-, severa -la persona no oye conversaciones en volumen normal-, y profunda o sordera –el paciente no oye la palabra y percibe solamente la vibración. 
Desde el COSSPRA señalan que “uno de cada 333 chicos puede padecer sordera profunda y es crucial detectarla antes de los tres meses. Para nosotros su detección temprana en el recién nacido, a través del uso de otoemisiones acústicas como método de screening, es la primera preocupación. Porque si esto no se detecta antes de los 3 meses, cuando se le coloca el implante coclear, que todas las obras sociales provinciales cubrimos, el niño no logra adquirir el lenguaje suficiente. Ahí reside la importancia de su detección temprana y oportuna”. 

Prevención
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial aproximadamente el “60% de los casos de pérdida de audición son prevenibles”. En orden de prevalencia, estas causas en niños son:
  • infecciones como la parotiditis (paperas), sarampión, rubéola, meningitis, infecciones por citomegalovirus (varicela) y otitis media crónica;
  • complicaciones al nacer: asfixia del parto, bajo peso al nacer, prematuridad e ictericia;
  • uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes;
  • también existen otras causas que tienen menor incidencia en el total de los casos.
La OMS sugiere algunas estrategias de prevención tales como:
  • vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia, en particular el sarampión, la meningitis, la rubéola y la parotiditis;
  • administrar la vacuna contra la rubéola a las adolescentes y las mujeres en edad fecunda, antes de que queden embarazadas;
  • prevenir las infecciones por citomegalovirus en mujeres embarazadas mediante una higiene correcta; efectuar pruebas para detectar y tratar la sífilis y otras infecciones en las embarazadas;
  • fortalecer los programas relativos a la salud materna e infantil, incluida la promoción de los partos sin riesgos;
  • seguir prácticas correctas de atención otológica;
  • en los niños, realizar pruebas de detección de la otitis media y llevar a cabo las intervenciones médicas o quirúrgicas que convengan;
  • evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición, a menos que sea prescrito y supervisado por un médico;
  • remitir al servicio pertinente a los bebés que presentan riesgos altos (antecedentes familiares de sordera, nacimiento con bajo peso, asfixia del parto, ictericia o meningitis) a fin de someterlos a una evaluación y diagnóstico tempranos; y
  • reducir la exposición a ruidos fuertes mediante la sensibilización de la población sobre los riesgos que acarrean; promulgar y aplicar legislación apropiada; y fomentar la utilización de dispositivos de protección personal como los tapones para oídos y los audífonos y auriculares que amortiguan el ruido ambiental.

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