El joven y el paracaídas (02-06-13)
Un joven turista se encontraba en las playas de Cancún y era la primera vez que subiría en un paracaídas jalado por una lancha. Si conoces la playa, sabes que los lancheros prestan ese servicio, que consiste en que un paracaídas es amarrado por una cuerda a una lancha.
Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con él.
Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza: “¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas? ¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?”
A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.
Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar.
El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba. Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuaaauuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz. “Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.
¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un fantasmas pero, es sólo eso… ¡fantasmas! No existen en realidad y son auto-creados.
¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido? Aún más fuerte, ¿cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?
“Muchos sin sabores he tenido en la vida, la mayoría de los cuales nunca me han ocurrido”.
Exacto. Si analizas tu vida a la luz del pasado, descubrirás que lo que más temes nunca pasó y cuando sucedió, resultó ser una experiencia única y placentera. Te invito a que busques dentro de ti, aquello que has evitado hacer por mucho tiempo, por culpa de esos fantasmas imaginarios y lo hagas. ¿Y quién sabe? Quizás disfrutes de una hermosa vista del cielo, como el joven de la playa.
Colaboración de Edgar Martínez, México
¿Qué es lo que más obstaculiza que alcancemos nuestras metas y sueños? ¿Será alguna conspiración de gente que nos odia o circunstancias que escapan totalmente a nuestra capacidad de superarlas? Bueno, tal vez en algún caso que otro esas puedan ser las razones. Pero es más probable que lo que nos detiene sea precisamente lo que el autor del pensamiento de hoy plantea: ¡fantasmas inexistentes! Fantasmas de situaciones que tememos que “puedan” pasar y que probablemente nunca pasen… pero que al nunca atrevernos a lanzarnos a conquistar nuestros sueños, nunca llegaremos a saberlo. Tal vez en nuestro caso, no tengamos que elevarnos en alguno de esos paracaídas de la narración… pero sí pudiésemos abrazar y avanzar en aquello que añora nuestro corazón. Adelante y que Dios les bendiga.
Raúl Irigoyen
Entonces, la lancha inicia su recorrido mar adentro, con el turista sujeto al paracaídas con un arnés. Este corre con el paracaídas en la playa por unos instantes, hasta el momento en que el turista despega los pies del suelo, el paracaídas se eleva hasta el cielo y la persona junto con él.
Imagínate, el joven no sabía nadar y tenía las siguientes preguntas en su cabeza: “¿Qué pasará si la lancha me arrastra mar adentro, antes de que me eleve el paracaídas? ¿Qué tal si una vez en el cielo, me caigo de semejante altura?”
A pesar del miedo, decidió actuar y confiar en la incertidumbre. Sabía que era una experiencia nueva y era natural tener miedo. Pero también sabía que la vida es eso, experiencias nuevas y que tenía que estar abierto ante la vida.
Se puso el arnés. Escuchó con nerviosismo las últimas indicaciones del instructor. “Ruuuum” se escuchó el sonido del motor de la lancha que iniciaba su recorrido al mar.
El joven comenzó a caminar al principio y después a correr a medida que la velocidad aumentaba. Y llegó el momento en que tuvo que pegar un salto para evitar caer al mar “¡Guuaaauuu!” no lo podía creer, el paracaídas se elevó y en cuestión de segundos, estaba a muchos metros encima, viendo el mar y los hoteles de la ciudad, como si fueran casas de juguete. Y sintió paz. “Qué emocionante, nunca me hubiera imaginado que sería tan fácil y divertido” y disfrutó de la hermosa vista desde el cielo.
¿Qué podemos aprender de este joven? Es natural tener miedo ante lo desconocido. La imaginación crea mil y un fantasmas pero, es sólo eso… ¡fantasmas! No existen en realidad y son auto-creados.
¿Cuántos de nosotros evitamos tener experiencias nuevas por temor a lo desconocido? Aún más fuerte, ¿cuántos miedos imaginarios has acumulado durante tu vida, que te han evitado experimentar cosas nuevas y ser feliz?
“Muchos sin sabores he tenido en la vida, la mayoría de los cuales nunca me han ocurrido”.
Exacto. Si analizas tu vida a la luz del pasado, descubrirás que lo que más temes nunca pasó y cuando sucedió, resultó ser una experiencia única y placentera. Te invito a que busques dentro de ti, aquello que has evitado hacer por mucho tiempo, por culpa de esos fantasmas imaginarios y lo hagas. ¿Y quién sabe? Quizás disfrutes de una hermosa vista del cielo, como el joven de la playa.
Colaboración de Edgar Martínez, México
¿Qué es lo que más obstaculiza que alcancemos nuestras metas y sueños? ¿Será alguna conspiración de gente que nos odia o circunstancias que escapan totalmente a nuestra capacidad de superarlas? Bueno, tal vez en algún caso que otro esas puedan ser las razones. Pero es más probable que lo que nos detiene sea precisamente lo que el autor del pensamiento de hoy plantea: ¡fantasmas inexistentes! Fantasmas de situaciones que tememos que “puedan” pasar y que probablemente nunca pasen… pero que al nunca atrevernos a lanzarnos a conquistar nuestros sueños, nunca llegaremos a saberlo. Tal vez en nuestro caso, no tengamos que elevarnos en alguno de esos paracaídas de la narración… pero sí pudiésemos abrazar y avanzar en aquello que añora nuestro corazón. Adelante y que Dios les bendiga.
Raúl Irigoyen
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