sábado, 10 de enero de 2015

El calor y los chicos - qué puede afectarlos

El calor y los chicos - qué puede afectarlos

Dra. Alejandra Lafont - M.N. 81988 - Jefa de Pediatría Fundación Hospitalaria.

El verano trae días de mucho calor en nuestro país, y a veces la temperatura llega a valores extremos. Esto genera el “golpe de calor” o agotamiento por calor, que ocurre más frecuentemente en escenarios de humedad, lo que dificulta la pérdida de temperatura por sudor. En estos casos también influye la edad, el sobrepeso, la fiebre, las quemaduras solares y la vestimenta. Es más frecuente en los menores de 5 años y en los mayores de 65, también en las personas obesas y los que realizan tareas con alto actividad y esfuerzo.
Las medidas son preventivas, en caso de altas temperaturas permanecer bajo techo con aire acondicionado o ventilador de techo, con ropa liviana, no realizar actividad física, ofrecer a los niños bebidas frecuentes y no dejar a ninguna persona en un vehículo cerrado y estacionado.
En el caso de los bebés, las recomendaciones para que se mantenga hidratado a pesar de las altas temperaturas dependen de su edad y tipo de alimentación. Para los bebés alimentados a pecho solo es suficiente con incrementar transitoriamente las ingesta, haciéndolas más frecuentes, para ello la madre debe mantenerse bien hidratada con líquidos que contengan sales y bebidas frescas en cantidad y frecuencia adecuadas.
Debe prestarse especial cuidado a los bebés que en época de calor presentan además pérdidas extra de líquidos por diarreas, vómitos o fiebre, en estos casos siempre deben consultar al pediatra. Los lactantes que se alimentan con semisólidos y biberón, deben recibir leche con más frecuencia, no superando los volúmenes recomendados por peso y ofrecer agua fresca luego de los semisólidos. También son recomendados los jugos de frutas naturales colados.
No deben ofrecerse jugos artificiales ni bebidas gaseosas, ya que representan calorías vacías para el bebé y disminuyen la ingesta de alimentos con valor energético y de alto valor biológico. Los lactantes que presenten diarrea se los tratará inicialmente con sales de rehidratación oral siempre con la supervisión de un pediatra. Deben vestirse con prendas adecuadas, evitar el sobreabrigo, se pueden utilizar ventiladores, preferiblemente de techo bien amurados y aire acondicionado, si se dispone, siempre a una temperatura que no sea inferior a los 23 - 24 grados.

Otro clásico del verano: insectos
En esta época son frecuentes las picaduras de mosquitos y hormigas. Para las picaduras de insectos lo ideal es prevenirlas, en los más pequeños se recomienda la utilización de tul y en los mayores de 6 meses está aprobada la utilización de repelentes de acción prolongada en crema. También es recomendable la utilización de alambre tejido en puertas y ventanas, y se desaconseja el uso de espirales en el interior de la casa, así como las tabletas eléctricas en caso de bebés menores de 3 meses.
Se debe prestar especial atención a las picaduras de hormigas cuando los niños están en el pasto. En esos casos, se recomienda que lo hagan con repelente y ropa liviana. Hay algunos niños que presentan reacciones de alergia ante las picaduras, las más frecuentes se manifiestan por hinchazón y enrojecimiento alrededor de la picadura que se acompaña de picazón. Esta reacción no es peligrosa y se trata con antihistamínicos que deben ser indicados por un pediatra. No se deben colocar untos ni cremas en las mismas porque esto aumenta el riesgo de infección local. Los casos de alergia grave, conocidos como reacción anafiláctica son poco frecuentes pero requieren atención urgente. La causa más común es la picadura múltiple de abeja. Los síntomas iniciales son hinchazón de los labios, párpados, tos o cualquier otro síntoma de dificultad para respirar, requiere el traslado urgente al centro de atención más cercana.

Accidentes de verano
Las afecciones más comunes en verano son las quemaduras solares, las picaduras de insectos y los accidentes ya sea en lugares al aire libre como clubes o lugar de veraneo, como en los domicilios. Se incluyen también las situaciones riesgosas en el agua. Se consideran más peligrosas las aguas oscuras de mar y río, y la población más expuesta son los adolescentes. Durante el verano son frecuentes los accidentes domésticos en patios y balcones, pudiendo en algunos casos ser de gravedad. La recomendación es la supervisión y acondicionamiento periódico de estos lugares. Para la prevención de accidentes es fundamental inspeccionar previamente el lugar dónde el niño va a jugar, para poder detectar cualquier riesgo potencial de accidente, modificar la situación si esto es viable o impedir que el niño permanezca en ese sitio. Para esto es imprescindible no dejarlo nunca sólo y en caso de niños mayores asegurarse que las características del sitio no son peligrosas y hacer una recorrida previa con un adulto para que puedan estar alerta ante eventuales riesgos.

DESHIDRATACIÓN INFANTIL 

Dra. Maricarmen Di Fabio - Médica Pediatra - MN 74.318 - Fundación Hospitalaria

Para saber qué es la deshidratación, primero hay que saber qué es la hidratación. Una persona está hidratada cuando el aporte de agua y electrolitos correspondientes a las necesidades basales y pérdidas concurrentes son neutras, es decir, cuando el balance de lo que ingresa al organismo y los egresos son iguales.
Partiendo de esto se puede definir deshidratación como el estado clínico consecutivo a la falta de líquidos y electrolitos en el organismo. Puede suceder por varias causas, por ejemplo por aumento de pérdidas, o por causas intestinales como vómitos, diarrea, o extraintestinales como quemaduras, poliuria, y por falta de aporte.
La primera causa de deshidratación en el mundo es la diarrea aguda infecciosa. Intervienen varios mecanismos, por ejemplo vómitos que no permiten el ingreso de líquidos al organismo, diarrea que aumenta las pérdidas, fiebre y decaimiento, que producen una menor ingesta.
Síntomas: Los síntomas dependen del grado de deshidratación. La forma más objetiva para establecer el grado de deshidratación es tener en cuenta el peso normal que debe tener la persona. Además es importante estar al tanto sobre los signos de deshidratación, por ejemplo:
-si el niño o bebé llora sin lagrimas, -si tiene la boca seca con aumento de la sed, -si orina menos, -si no moja el pañal, -si tiene los ojos hundidos, si está muy decaído, o si su respiración es agitada.
Prevención: La leche materna es la mejor protección contra la deshidratación. Es importante el lavado de manos con agua y jabón antes de alimentar al niño, antes de preparar su comida y luego del cambio de pañales. Es fundamental mantener la higiene de la casa, lavar regularmente cuchillos, tablas o mesadas utilizadas para cortar carnes crudas antes de cortar otros alimentos. También es muy importante mantener la cadena de frío de los alimentos, conservarlos en la heladera. Lavar frutas y verduras, y mantener la basura cerrada.
Tratamiento: El tratamiento depende del grado de deshidratación y cuadro clínico del niño. La rehidratación oral es de elección en la deshidratación leve o moderada. Se previene hidratando al niño, ofreciéndole abundantes líquidos helados, fraccionados en pequeños volúmenes. Para poder recibir este tratamiento el niño debe estar en posición semi-sentado.
También se utilizan sales de hidratación oral desarrolladas por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para la Terapia de Rehidratación Oral (TRO). Cuando esta no es posible o fracasa se indica la hidratación por sonda nasogástrica. En caso de fracasar esta última se utiliza la hidratación endovenosa, requiriendo en estas situaciones de la internación.
En cuanto se logra la tolerancia oral se recomienda no suspender el pecho, no suspender la leche, no diluirla, utilizar azúcar, dar abundantes líquidos. No utilizar gaseosas ni infusiones caseras y reiniciar precozmente la alimentación con sólidos para prevenir la desnutrición.

Malestares que causan deshidratación: La diarrea aguda es un problema muy común, que se autolimita. La severidad del cuadro está directamente relacionada con el grado de deshidratación en niños previamente sanos. Además de la frecuencia y volumen de las deposiciones, los vómitos deben considerarse un signo indirecto de severidad de mayor riesgo, y deben tenerse en cuenta en el tratamiento, ya que no permiten la hidratación. Por lo tanto ante la presencia de gastroenteritis se pude iniciar la hidratación en el domicilio, pero si las pérdidas por diarrea son importantes, si el niño tiene fiebre alta de difícil manejo, si se lo ve desmejorado, decaído, si aparece algún signo de deshidratación, o hay presencia de sangre en la materia fecal, se debe consultar inmediatamente al médico. El calor intenso es otra causa de deshidratación, frente al mismo los niños deben reponer el líquido que pierden por sudoración bebiendo abundantes cantidades de bebidas.

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