sábado, 10 de enero de 2015

Sobrellevando el dolor de perder un hijo

Sobrellevando el dolor de perder un hijo (11-01-15)

Después del suceso trágico del avión derribado en Ucrania el pasado mes de Julio, salió en televisión un caso que me impactó. El de una madre que perdió a sus dos hijos y padre. Ellos viajaban de Holanda con destino a Malasia. Su expresión fue: “Es tanto mi dolor, lo que estoy pasando no se lo deseo ni a quienes derrumbaron el avión”.
En definitiva la pérdida de un hijo es algo que no se le desea a nadie, pero es una realidad que la muerte le llega a todos, a unos antes, a otros después, pero llega.
A muchos les ha tocado dejar este mundo partiéndoles el corazón a sus padres por el simple hecho de ya no tenerlos a su lado.
Si eres uno de ellos, una mamá o papá que ha tenido que pasar por el dolor de perder a un hijo, te animo a que descanses en esto:

1) Esperanza
Como haya sido la pérdida, lo que pasó y cómo pasó, no tiene que ver contigo, no lo veas como un castigo, porque no es así.
Todo el mundo está expuesto a que le suceda, creyente o no, buena gente o no, en toda la historia de la humanidad muchísimos lo han padecido.
En la Biblia se nos habla de un hombre bueno, justo, recto y ejemplar: Job, quien sufrió la muerte no sólo de uno, sino de todos sus hijos de un solo golpe.
Como en todos los casos, Job nunca supo porqué le pasó. Y así es, no tenemos respuesta para ello, mientras estemos de este lado del cielo, no entenderemos los caminos de Dios que permite el sufrimiento. Pero llegará el día cuando te toque estar en Su presencia preguntarle el porqué. Mientras tanto, sé consciente de que esta vida es como un suspiro, la cual puedes aprovechar para fortalecer más tu fe en el Señor Jesucristo, porque sólo con Dios tienes la esperanza de reunirte con tu hijo una vez más y para siempre.

2) Fe
Ante situaciones tan adversas como sobrevivir a un hijo, es cuando se activa más la fe, porque sin fe no hay nada. A diferencia de Job, la esposa al pasar por tantas dificultades le dijo: “maldice a tu Dios y muérete”. Aún así Job nunca perdió su confianza en Dios. Dice la Biblia que a pesar de todo eso no renegó ni le echó la culpa.
Otro personaje líder en la Biblia es David, también sufrió la pérdida de un hijo. Se puso a orar, ayunar y dejó su vida para atender a su hijo enfermo que al final falleció. Después de eso, se levantó y siguió adelante con la convicción en Dios de que algún día iría a donde él está.
La fe y esperanza de todos los que sufren y han tenido que decirle adiós a un hijo u otro ser querido es que la separación es temporal.
“Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir”.

3) Prestado
No sé cuánto tiempo te prestó Dios a tu hijo, tal vez fue sólo en tu vientre, sólo unos días, meses, 5, 10, 20, 30 o más años, pero el hecho de experimentar la bendición de ser madre, padre, es una razón para vivir agradecido con Dios.
En una ocasión, en un grupo de mujeres una señora externó lo sentida y enojada que se sentía con Dios. Dijo que batalló para concebir, y cuando al fin lo logró, su esposo y ella pasaron por muchos años de angustia a causa de una enfermedad que padecía el niño, con el tiempo sanó y pudo hacer su vida normal, creció y cuando era ya todo un hombre en la universidad se accidentó y murió.
Ella cuestionaba para qué pasar por todo eso, si al final se murió. Con el tiempo ella entendió que los hijos son prestados y le da gracias a Dios por permitirle cuidar y estar con su hijo por 20 años, y no por menos, porque sabe que desde pequeño pudo partir.
Job también entendió, después de que le dieron la notica de la muerte de todos sus hijos, dice la Biblia que Job pese a su dolor expresó “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado”. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
Por último, ama a Dios por sobre todas las cosas, sólo con El encuentra reposo tu alma, en esta vida no encontrarás respuestas, pero sí un refugio y fuerzas para salir adelante.

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