jueves, 1 de enero de 2015

01 de Enero - Almaquio o Telémaco

Almaquio o Telémaco, Santo
Mártir, 01 de Enero

Martirologio Romano: En Roma, san Almaquio, que, habiéndose opuesto a las luchas de gladiadores, por orden de Alipio, prefecto de la ciudad, fue muerto por ellos y contado entre los mártires vencedores. († c.390)
Etimológicamente: Telémaco = “el que combate de lejos”. Viene de la lengua griega.

Estamos ante un mártir del siglo IV. Su nombre te suena a raro y, sin embargo, sigue tan actual que últimamente le han dedicado una calle en Roma. Hizo una gran aportación a la humanidad y a la misma Iglesia. Gracias a su arrojo y valentía en decir las cosas claras a tiempo y a destiempo, consiguió algo que nadie esperaba por la dificultad que entrañaba.
Sí, le corresponde el inmenso honor de haber abolido o acabado con los cruentos y sanguinarios espectáculos que se celebraban en Roma y, no solamente de la capital, sino en todo el Imperio.
El cristianismo iba creciendo rápidamente y ya se habían acabado las estúpidas persecuciones contra los cristianos por el sólo hecho de creer en Jesús de Nazaret. El paganismo iba cediendo terreno a la doctrina y vida de los cristianos por ser más coherentes y mucho más lanzados que los seguidores de ídolos falsos. La gente, una gran parte de la misma, recibió de mal agrado la supresión de los espectáculos en el Anfiteatro, su único lugar de diversión.
Telémaco era un asceta oriental que vivía feliz en su soledad del desierto. Pero estaba pronto en aceptar la voluntad de Dios en aquello que hiciera falta. Y he aquí que cuando menos se lo esperaba, sintió unos deseos internos muy profundos de irse a Roma con el fin de acabar con estos crímenes espectaculares y que todavía permitía la ley.
Un día – como los aficionados a los toros que se tiran al redondel – se lanzó al ruedo del anfiteatro para separar a quienes se debatían entre la vida y la muerte. Lo consiguió, pero la gente en masa se lanzó sobre él hasta que le dio muerte. El emperador Honorio, a raíz de esta última víctima, envió un decreto a todo el imperio prohibiendo para siempre estos espectáculos. En nombre de esta santo se terminaron los suplicios de mal gusto.
El último combate de gladiadores en Roma sucedió el 1 de enero de 404, por lo que se atribuye a esta fecha la muerte de Telémaco.
Una variante de su historia afirma que Telémaco saltó al anfiteatro y arengó a los asistentes: "Hoy es el octavo día del nacimiento del Hijo de Dios, cesad de la superstición de los ídolos y de los sacrificios sucios". Entonces Alipio, el prefecto de la ciudad, ordenó a los gladiadores que lo mataran.

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