miércoles, 24 de junio de 2015

Isaías 16

Isaías 16: Capítulo 16

Pedido de asilo de los moabitas a Judá
1 Envíen un cordero de parte del soberano del país, desde la Roca, por el desierto, a la montaña de la hija de Sión.
2 Como un pájaro espantado, como nidada dispersa, así estarán las hijas de Moab en los vados del Amón.
3 Presenta un plan, toma una decisión. Extiende tu sombra como la noche en pleno mediodía, oculta a los desterrados, no delates al prófugo.
4 Que encuentren en ti un asilo los desterrados de Moab, sé tú su escondite frente al devastador. Porque cuando cese la extorsión, se acabe la devastación y se vaya del país el que lo pisotea,
5 el trono será afianzado en la fidelidad y sobre él se sentará con lealtad, en la carpa de David, un juez celoso del derecho y dispuesto a hacer justicia.

Lamentación por Moab
6 Nos hemos enterado del orgullo de Moab, el muy orgulloso; ¡de su arrogancia, su orgullo, su arrebato, su charlatanería inconsistente!
7 Por eso, Moab gime por sí mismo, todos están gimiendo. ¡Por las tortas de uva de Quir Jaréset, ellos suspiran, enteramente abatidos!
8 Porque languidecen los fértiles campos de Jesbón, la viña de Sibmá, cuyas cepas escogidas dejaban volteados a los señores de las naciones: ellas llegaban hasta Iazer, se perdían en el desierto; sus sarmientos se extendían hasta más allá del mar.
9 Por eso, uno mi llanto al de Iazer por la viña de Sibmá; yo te riego con mis lágrimas a ti, Jesbón, y a Elealé, porque sobre tu siega y tu cosecha enmudecieron los cantos de la vendimia.
10 El gozo y la alegría se han retirado de los vergeles ya no hay en las viñas ni gritos ni aclamaciones; nadie pisa el vino en los lagares, han cesado los cantos de la vendimia.
11 Por eso, mis entrañas vibran como una lira por Moab, y mi corazón, por Quir Jaréset.
12 Por más que Moab se presente y se fatigue en los lugares altos. Por más que vaya a su santuario a orar, no le valdrá de nada.
13 Esta es la palabra que el Señor pronunció hace tiempo sobre Moab.
14 Y ahora, así habla el Señor: «Dentro de tres años, computados como los años de un mercenario, la gloria de Moab será envilecida, a pesar de su inmensa muchedumbre: no quedará más que un poco, muy poco, casi nada».

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