Primeros auxilios: La importancia de tener conocimientos
Primeros auxilios: La importancia de tener conocimientos
El propósito de los primeros auxilios es conservar la vida, evitar complicaciones, ayudar a la recuperación y asegurar el traslado a un centro de salud. Las emergencias que los requieren con más frecuencia son: ataque cardíaco, asfixia por sofocación, inmersión, electrocución, obstrucción de las vías aéreas, heridas y traumatismos.
En la mayoría de los casos, la primera persona que atiende a una situación de emergencia o urgencia no es un profesional sanitario. Por ello sería conveniente que todos tuviéramos conocimientos básicos acerca de qué hacer ante estas situaciones.
Los objetivos de los primeros auxilios son:
• Evitar la muerte.
• Impedir el agravamiento de lesiones.
• Evitar más lesiones de las ya producidas.
• Aliviar el dolor.
• Evitar infecciones o lesiones secundarias.
• Ayudar o facilitar la recuperación del lesionado.
Las normas generales para prestar los primeros auxilios son:
1 - Actúe si tiene seguridad de lo que va a hacer, no es suficiente tener buena voluntad para ayudar, las técnicas a aplicar son diferentes en cada caso, dependiendo de las necesidades de la víctima. Es necesario saber qué hacer y qué no.
2 - Evite el pánico, conserve la serenidad para actuar con rapidez y eficacia.
3 - No se retire de al lado de la víctima, si está solo, solicite la ayuda necesaria, active el sistema de emergencia.
4 - Efectúe la revisación general de la víctima para descubrir lesiones que no haya visto en un primer momento.
¿Cuáles son las conductas más importantes a realizar en los Primeros Auxilios?
Las conductas más importantes se denominan Conductas P.A.S. (Proteger, Alertar, Socorrer)
• Proteger: Proteger a la víctima y al resto de personas del foco que origina la emergencia. Evitar tomar contacto con sangre, secreciones, fluidos biológicos y materiales contaminantes o desconocidos.
• Alertar: Pedir ayuda y activar el SEM (sistema de emergencia: llamar al 107)
• Socorrer: Poner en práctica las medidas de auxilio imprescindibles, entre ellas, las de reanimación cardiopulmonar básicas (RCP), para mantener con vida a la víctima, hasta que llegue el personal entrenado que se hará cargo de la situación.
A nivel mundial, la incidencia del paro cardíaco extrahospitalario está comprendida entre 20 y 140 por 100 000 personas y la supervivencia oscila entre el 2 % y el 11 %.
Se estima que en Argentina ocurren 30.000 a 40.000 casos de muerte súbita al año, por extrapolación de datos estadísticos del CDC (Centres for Disease Control and Prevention) de Estados Unidos.
La gran mayoría de estos casos ocurren en el hogar o en la vía pública, de aquí la importancia de que la población en general esté entrenada en técnicas de RCP usando solo las manos.
La RCP es una intervención que salva vidas y constituye la piedra angular del procedimiento de reanimación ante un paro cardíaco. La supervivencia al paro cardíaco depende del reconocimiento temprano del episodio y de la activación inmediata del sistema de respuesta a emergencias, pero la calidad de la RCP administrada es un factor igualmente decisivo, un 85% de los paros cardíacos en los adultos están ocasionadas por una fibrilación ventricular y más del 90% podrían revertirse si se realizara una desfibrilación en el primer minuto, pero si ésta se retrasa las posibilidades de sobrevivir desaparecen en muy pocos minutos, por lo tanto la utilización precoz del Desfibrilador Externo Automático (DEA), cuando éste esté disponible y se tiene un mínimo entrenamiento en su utilización se obtienen mejores resultados, cada minuto que sucede al paro cardiaco en los adultos sin desfibrilación y RCP adecuadas reducen un 10% las probabilidades de un resultado favorable.
El entrenamiento en primeros auxilios, dista de ser una capacitación compleja. Con una inversión de algunas horas en un curso en RCP y primeros auxilios, se obtienen los conocimientos necesarios para auxiliar ante una emergencia. Es importante que estos cursos sean acreditados por una organización con trayectoria y experiencia e incluyan la práctica con simuladores humanos.
Para prestar primeros auxilios muchas veces es necesario contar con elementos de protección y curación, por eso es fundamental contar con un botiquín básico.
El botiquín debe disponerse en un lugar fresco, seco, limpio, de fácil acceso y al igual que los medicamentos, debe ubicarse lejos del alcance de los niños. Los elementos tienen que mantenerse en buen estado, deben controlarse sus fechas de vencimiento y reponerse periódicamente.
Elementos básicos que debe contener un botiquín:
• Guantes descartables de látex, para no contaminar heridas y para seguridad del socorrista.
• Gasas y vendas estériles.
• Apósitos estériles.
• Cinta adhesiva.
• Tijera.
• Antisépticos: clorhexidina, agua oxigenada.
• Alcohol en gel.
• El botiquín no debe contener medicamentos.
• Listado de teléfonos útiles (servicio de emergencias, centro de toxicología, hospital).
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