martes, 15 de diciembre de 2015

Mi hijo es víctima de acoso escolar


En muchas  ocasiones he trabajado con niños y niñas que han sufrido de acoso escolar o Bullying. Cuando llegan a consulta generalmente se debe a que en la mayoría de los casos, la situación se ha salido de control y la familia debe enfrentarse a síntomas tales como: niños y niñas que no quieren ir a la escuela, inventan enfermedades o pueden en realidad llegar a pasar los síntomas al cuerpo y manifiestan dolores de estómago y/o de cabeza frecuentes, padecen alergias repentinas, entre otras.
Otros síntomas pueden relacionarse con cambios en la conducta: mienten, tienen epi-sodios de llanto y/o enojo sin razón aparente, muestran  baja tolerancia a la frustración. Los síntomas también pueden ser de índole emocional como: tristeza, apatía, se muestran distantes, distraídos, callados. A nivel académico, pueden  llegar a bajar el rendimiento, olvidan tareas, se muestran distantes y apáticos para socializar.
Algunos se muestran más insatisfechos con su apariencia física; de pronto hablan de que no desean ser gordos, o no les gusta su color de piel. La autoestima es baja y fluctuante. Manifiestan sentimientos de inadecuación con respecto a su apariencia; pueden expresar que se sienten feos, gordos, flacos… sin que necesariamente esto sea así; lo que nos hace pensar en que exista una distorsión de la realidad. En una ocasión una madre me refirió que su pequeña a la hora del baño le insistía en que la bañara mucho para que se le quitara el color negro de su piel.
En general, el acoso escolar o bullying es un tipo de agresión que puede deteriorar  de forma permanente  e irreparablemente a una persona.
Como adultos,  en ocasiones no tenemos claridad con respecto a  la manera de proceder y podemos llegar a cometer errores importantes en el abordaje con nuestros hijos e hijas. Recordemos que el bullying o acoso escolar se caracteriza por ser cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares o colegiales, de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Por esta razón, deseo dejarle algunas recomendaciones a usted como padre o madre  de un menor que podría ser una víctima de bullying, o que ha pasado por una situación así y que por supuesto desea asegurarse no volver a transitar una vía tan dolorosa.

Recomendaciones para con la institución educativa
1- Cuando usted identifique que su hijo/a atraviesa por una situación así, debe proceder a presentar  una denuncia; en primera instancia con el docente a cargo (maestro-profesor guía). En ésta, asegúrese de plantear el problema, citando las consecuencias que esto ha generado a nivel emocional, académico y familiar. Solicite seguimiento al caso y si existe un departamento de psicología o de orientación, debe  pedir se les refiera la situación para el debido abordaje. Coordine una próxima reunión en donde se le comuniquen las acciones que se han tomado y el seguimiento que se le da.
2- En casos en donde los docentes no tomen medidas, o no sean suficientes y la situación de acoso se siga dando, debe plantear denuncias a las autoridades que correspondan, siempre respetando las jerarquías: psicólogo u orientador, coordinadores, directores, y los que sigan para arriba. Asegúrese siempre de llevar todo el proceso bien documentado.
3- En caso de que el acoso ponga en riesgo la salud física o emocional de su hijo/a, solicite  que se le separe del agresor. No se muestre amedrentado o temeroso por  reacciones de otras personas (padres, estudiantes, docentes, otros); ante todo está la seguridad de su hijo/a.
4- Maneje las situaciones siempre con las autoridades que competen. NUNCA intervenga usted como adulto la situación con un menor, pues usted podría ser acusado a nivel legal; además pueden acusarle por conductas que probablemente usted esta denunciando, como la intimidación y las amenazas verbales, uso de poder…
5- Asegure sobre todo nivel la integridad de su hijo/a. En todos los países la legislación  vela siempre por el bienestar de los menores de edad.
6- Solicite al centro educativo que se promuevan actividades de prevención y rechazo al acoso escolar. Tuve la oportunidad de trabajar en un caso en donde la escuela montó toda una campaña contra el bullying;  hicieron cine fórum, carteles contra el bullying, escuelas para padres y madres en relación a la temática. ¡Fue un éxito!

Recomendaciones a nivel familiar
1- Escuche y valide el sufrimiento de su hijo/a. Evite usar frases como: “No le haga caso”, “ignórela”, “hágase el sordo”… Esto solo refuerza el rol de víctima.
2- Bríndele herramientas válidas para enfrentar este tipo de situaciones: ponerles un alto de manera firme y segura, evitar llorar o mostrar debilidad ante el acosador, buscar a algún docente para que denuncien la situación y otras. Puede implementar el juego de roles para ensayar con ellas y ellos posibles respuestas ante situaciones de acoso escolar.
3- Insistan en el tema del respeto sin acudir a mensajes contrarios como decirles que les contesten de la misma manera o que respondan de forma agresiva ya sea física o verbalmente, pues de esta manera usted le da a su hijo/a el mensaje de que la agresión se resuelve con agresión y de alguna manera le dice que se convierta en eso que tantos problemas le genera en este momento: en un bully.
4- Revisen a nivel familiar cuáles patrones tienen en la casa que refuerzan el rol de un víctima de bullying o el rol de acosador: si en la casa se establece la agresión como una forma de solucionar conflictos o de “corrección”; usted está emitiendo un mensaje muy peligroso a sus hijos e hijas porque cuando los otros hacen algo indebido pueden  usar la violencia para corregir o demandar algo= bully o acosador; o cuando me equivoco, cuando me pegan o agreden, no reacciono porque esto es un medio avalado en mi casa para “corregir” = víctima. Muchas mujeres que viven violencia doméstica la justifican a partir de decir que ellas lo provocaron, que fue su culpa, que se merecían este castigo; esto porque quizás desde niñas incorporaron que debían ser castigadas cuando fallaban… ¡ALERTA!

Recomendaciones en la relación madre-padre/hijo-hija
1- Fortalezca la relación con su hijo/a. Muchos padres y madres refieren que se dieron cuenta muy tarde de la citación que vivían sus pequeños. Hay familias en donde la comunicación  está  muy deteriorada;  los padres son los últimos en enterarse de lo que les sucede a los hijos/as. Trabaje en modificar estas situaciones y fortalezca la relación de confianza. Escúcheles; debe  buscar un espacio DIARIO para conversar con ellos y ellas. Aunque no sean  de mucho hablar. Busque acercarse mediante el juego. Si usted no ha cultivado una buena relación, no espere que de buenas a primeras se acerquen y abran su corazón. Aunque le suene duro, la confianza es algo que se gana y se debe invertir en cuidados especiales para tener un buen nivel de confianza.
2- Aunque le suene extraño: pregúntele TODOS los días como fue su jornada; busque que le cuente cualquier evento de acoso. Hágale sentir que son un equipo y que puede sentirse seguro y acompañado en esto que le acontece. No reaccione de forma pasiva o indiferente ante su dolor; muéstrele que usted se ocupa de su padecer y que juntos pueden resolverlo.
3- NUNCA intervenga  ni asuma las situaciones como si fueran suyas; mucho menos si se trata de adolescentes. Una vez una madre me refirió que ante la situación de acoso que  vivía su hija, ella decidió esperar a la salida del colegio a las compañeras que la acosaban y las amenazó para que no siguieran molestando a su hija. Esto generó un problema aún mayor para la adolescente, quien ahora se sentía expuesta y avergonzada ante todo el colegio por la reacción de su mamá. Pasó a ser motivo de burla de más adolescentes pues la empezaron a molestar y a acosar por la forma en la que la mamá había manejado la situación. Aunque quiera protegerlos; debe usar las vías válidas para hacerlo.
Proverbios 12:18 dice “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina”.
Para esas palabras y actos que hieren y lastiman; actuemos como medicina para el alma; curando las heridas del corazón y de las emociones con la dosis de amor que nuestros niños y niñas necesitan. TCG

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