martes, 31 de enero de 2017

01 de Febrero - Reginaldo de Orleans

Reginaldo de Orleans, Beato
Presbítero Dominico, 01 de Febrero

Martirologio Romano: En París, en Francia, beato Reginaldo de Orleans, presbítero, quien, de paso por Roma, conmovido por la predicación de santo Domingo entró en la Orden de Predicadores, a la que atrajo a muchos con el ejemplo de sus virtudes y el ardor de su palabra (1220).
Etimología: Reginaldo = Aquel que tiene la protección del Rey, es de origen germánico. 
Fecha de beatificación: El culto fue confirmado el 8 de julio de 1875 por el Papa Pío IX.

Reginaldo de Saint Gilles nació en Orleans (Francia). Entró en la Orden de Predicadores por mediación milagrosa de la Virgen María y profesó en manos de Sto. Domingo. Era un predicador ardoroso, que en breve tiempo llevó muchas vocaciones a la Orden. Murió en París hacia el 12 de febrero de 1220 y fue sepultado en la Iglesia benedictina de Notre-Dame des Champs, de donde su cuerpo desapareció durante la revolución de finales del s. XVIII.
De la obra Orígenes de la Orden de Predicadores del Beato Jordán de Sajonia:
El mismo año 1218, estando en Roma el Maestro Domingo, llegó allí el maestro Reginaldo, deán de San Aniano de Orleans, con intención de embarcarse. Varón de gran fama, docto, célebre por su dignidad por haber regentado durante cinco años en París la cátedra de derecho canónico. Habiendo llegado a Roma fue preso de una grave enfermedad en el transcurso de la cual lo visitaba de vez en cuando el Maestro Domingo. Exhortándolo éste a abrazar la pobreza de Cristo y asociarse a su Orden dio su libre y pleno asentimiento, de tal manera qué hasta hizo voto de abrazarla.
Fue ciertamente librado de aquella mortal dolencia y trance peligrosísimo, mas no sin la intervención milagrosa de Dios. En medio de los ardores de la calentura, la Reina del cielo y Madre de misericordia siempre Virgen María se le apareció visiblemente y ungiendo sus ojos, oídos, narices, boca, pecho manos y pies con cierto bálsamo que traía dijo estás palabras: “Unjo tus pies con óleo santo como preparación del Evangelio de la paz”. (Ef 6, 15) Y le mostró el hábito completo de la Orden. Al punto quedó sano y tan repentinamente recuperó las fuerzas corporales que los médicos, que habían casi desesperado de su curación, testigos ahora de los claros síntomas de salud, estaban maravillados. Contó este insigne prodigio el Maestro Domingo a muchos que aún viven estando yo presente en una ocasión en que lo refirió en París ante muchas personas.
Recuperada la salud, aunque ya había hecho profesión en la Orden, realizó el maestro Reginaldo su viaje por mar, cumpliéndose así sus deseos, y de regreso vino a Bolonia el 21 de diciembre. Se consagró en seguida y por entero a la predicación; su palabra era de fuego, (Sal 118, 140) y sus sermones como antorchas encendidas, (Si 48, 1) inflamaban los corazones de los oyentes, que apenas lo había tan endurecido que pudiera sustraerse a su calor. (Sa 18, 5). Hervía Bolonia entera ante el nuevo Elías reaparecido. (Lc 1, 17) En aquellos días recibió en la Orden a muchos boloñeses y comenzó a crecer el número de los discípulos, a los que se fueron agregando otros muchos.
Trasladó entonces el Maestro Domingo a París a fray Reginaldo, de santa memoria, y así que llegó a París, impelido por su incansable fervor de espíritu, comenzó a predicar con la palabra y con el ejemplo a Jesucristo y a éste crucificado. (1 Co 1, 23) Mas pronto lo llevó Dios de este mundo, consumiendo así en breve sus días, mas llenando con sus obras una larga vida. (Sb 4, 13)
No puedo menos de recordar que estando en vida fray Mateo, que lo había conocido en el mundo vanidoso y delicado, le preguntó como admirado en cierta ocasión: « ¿Estáis triste, maestro, de haber tomado este hábito? ». A la que él respondió, bajando la cabeza con humildad: Creo que en la Orden no hago mérito alguno, pues siempre me gustó demasiado.»

Vitaminas para el alma


Cuando las horas de desaliento te invadan el alma, y las lágrimas afloren en tus ojos, búscame: YO SOY AQUÉL que sabe consolarte y pronto detiene tus lágrimas.
Cuando desaparezca tu ánimo para luchar en las dificultades de la vida, o sientas que estas pronto a desfallecer, llámame: YO SOY LA FUERZA capaz de remover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo.
Cuando, sin clemencia, te encontraras sin donde reclinar tu cabeza, corre junto a mí: YO SOY EL REFUGIO, en cuyo seno encontrarás guarida para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu.
Cuando te falte la calma, en momentos de gran aflicción, y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu, invócame: YO SOY LA PACIENCIA que te ayudará a vencer las dificultades más dolorosas y triunfar en las situaciones más difíciles.
Cuando te debatas en los misterios de la vida y tengas el alma golpeada por los obstáculos del camino, grita por mí: YO SOY EL BÁLSAMO que cicatrizará tus heridas y aliviará tus padecimientos.
Cuando el mundo sólo te haga falsas promesas y creas que ya nadie puede inspirarte confianza, ven a mí: YO SOY LA SINCERIDAD, que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes y a la nobleza de tus ideas.
Cuando la tristeza o la melancolía intenten albergarse en tu corazón, clama por mí: YO SOY LA ALEGRÍA que te infunde un aliento nuevo y te hará conocer los encantos de tu mundo interior.
Cuando, uno a uno, se destruyan tus ideales más bellos y te sientas desesperado, apela a mí: YO SOY LA ESPERANZA que te robustece la Fe.
Cuando la impiedad te revele las faltas y la dureza del corazón humano, aclámame: YO SOY EL PERDÓN, que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu alma.
Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones, y el escepticismo te aborde el alma, recurre a mí: YO SOY LA FE que te inunda de luz y de entendimiento para que alcances la FELICIDAD.
Cuando ya nadie te tienda una mano tierna y sincera y te desilusiones de los sentimientos de tus semejantes, aproxímate a mí: YO SOY LA RENUNCIA que te enseñará a entender la ingratitud de los hombres y la incomprensión del mundo.
Y cuando al fin, quieras saber quién soy, pregúntale al río que murmura, al pájaro que canta, a las estrellas que titilan. YO SOY LA DINÁMICA DE LA VIDA, Y LA ARMONÍA DE LA NATURALEZA.
ME LLAMO AMOR. SOY EL REMEDIO PARA TODOS LOS MALES QUE ATORMENTEN TU ESPÍRITU.
Ven a mí... que yo te llevaré a las serenas mansiones del infinito... bajo las luces brillantes de la eternidad... Jesucristo

Evangelio del Miércoles 01 de Febrero

Día Litúrgico: Miércoles IV (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 6,1-6): En aquel tiempo, Jesús salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguieron. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?». Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.

«¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? 
¿Y esos milagros hechos por sus manos?»

Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España)

Hoy el Evangelio nos muestra cómo Jesús va a la sinagoga de Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado es el día dedicado al Señor y los judíos se reúnen para escuchar la Palabra de Dios. Jesús va cada sábado a la sinagoga y allí enseña, no como los escribas y fariseos, sino como quien tiene autoridad (cf. Mc 1,22).
Dios nos habla también hoy mediante la Escritura. En la sinagoga se leen las Escrituras y, después, uno de los entendidos se ocupaba de comentarlas, mostrando su sentido y el mensaje que Dios quiere transmitir a través de ellas. Se atribuye a san Agustín la siguiente reflexión: «Así como en la oración nosotros hablamos con Dios, en la lectura es Dios quien nos habla».
El hecho de que Jesús, Hijo de Dios, sea conocido entre sus conciudadanos por su trabajo, nos ofrece una perspectiva insospechada para nuestra vida ordinaria. El trabajo profesional de cada uno de nosotros es medio de encuentro con Dios y, por tanto, realidad santificable y santificadora. Con palabras de san Josemaría Escrivá: «Vuestra vocación humana es parte, y parte importante, de vuestra vocación divina. Ésta es la razón por la cual os tenéis que santificar, contribuyendo al mismo tiempo a la santificación de los demás, de vuestros iguales, precisamente santificando vuestro trabajo y vuestro ambiente: esa profesión u oficio que llena vuestros días, que da fisonomía peculiar a vuestra personalidad humana, que es vuestra manera de estar en el mundo; ese hogar, esa familia vuestra; y esa nación, en que habéis nacido y a la que amáis».
Acaba el pasaje del Evangelio diciendo que Jesús «no podía hacer allí ningún milagro (...). Y se maravilló de su falta de fe» (Mc 6,5-6). También hoy el Señor nos pide más fe en Él para realizar cosas que superan nuestras posibilidades humanas. Los milagros manifiestan el poder de Dios y la necesidad que tenemos de Él en nuestra vida de cada día.

lunes, 30 de enero de 2017

31 de Enero - Ludovica Albertoni

Ludovica Albertoni, Beata
Viuda, Terciaria Franciscana, 31 de Enero

Martirologio Romano: En Roma, beata Ludovica Albertoni, que educó cristianamente a sus hijos y, al morir su esposo, entró en la Tercera Orden de San Francisco y prestó ayuda a los necesitados hasta tal punto que de ser rica llegó a ser pobre (1533). 
Fecha de beatificación: Culto confirmado el 28 de enero de 1671 por el Papa Clemente X.

Nació en Roma de familia noble en 1473. A los dos años murió su padre y, al casarse nuevamente su madre, ella fue encomendada a las tías paternas y a la abuela materna. A los veinte años se casó y tuvo tres hijas. Sus características fueron la fidelidad a los propios deberes y el amor para con los pobres. Amó a su esposo con santo afecto. Se dedicó a la educación de sus hijas dirigiendo su oración y sus lecturas. Cuando tenía treinta y tres años enviudó, duro golpe que finalmente supo aceptar con resignación.
A la muerte de su esposo se suscitaron problemas de herencia que le causaron vejaciones de parte de los parientes. Vivió todo el drama del saqueo de Roma y se prodigó a favor de los necesitados. Dedicaba parte de la noche al descanso, el resto a la penitencia. Solía repetir: «¿Cómo es posible vivir sin sufrir, cuando se contempla a nuestro Dios colgado en una Cruz?». Por la mañana participaba en la eucaristía y recibía devotamente la comunión. Luego distribuía el tiempo del día entre los trabajos de casa y la asistencia a los pobres y enfermos, a quienes visitaba en casa o en los hospitales. Dedicaba todos sus cuidados a las muchachas abandonadas o en peligro.
Decía a menudo: «Dios nos dio los bienes de la tierra para que los compartamos con los que los necesitan». Distribuyó todos sus bienes entre los pobres y pasó los últimos años de su vida en la más grande pobreza. Murió el 31 de enero de 1533 a los 60 años de edad. Todo Roma lloró su muerte juzgándola como la pérdida de la madre de todos. Su cuerpo se venera en la iglesia de San Francisco a Ripa, en Roma.

Vacaciones - Redes sociales - Chicos: Excesos, riesgos y prevención


Una de las principales actividades de los chicos durante las vacaciones es pasar gran cantidad de tiempo en las redes sociales; suben y miran videos en Youtube; realizan publicaciones en Facebook; chatean con amigos, suben fotos en Instagram, entre otros. 
Las redes sociales han generado una nueva forma de interacción social, sobre todo en niños y adolescentes que con el afán de pertenecer a los grupos y tener muchos “amigos”, muestran y difunden todo lo que hacen sin tener en cuenta los riegos que genera la sobre exposición al subir a la red fotos, videos, datos personales, actividades y toda información referente a la vida del individuo y de su familia. 

¿Qué es el FOMO?
Hay chicos que presentan el miedo excesivo a perderse algo relacionado con lo que está ocurriendo en las redes sociales, lo que les genera la conducta de estar siempre conectados. 
Por lo tanto, estos jóvenes padecen lo que se ha denominado “Fomo”, que es la necesidad obsesiva a no querer perderse nada de lo que ocurre en las redes sociales, lo cual les provoca un estado de alerta y ansiedad elevada. 
Se lo puede incluir en los trastornos de ansiedad porque la ansiedad, es el síntoma principal en esta problemática. 

Las características más frecuentes son:
  • preocupación por lo que puede estar sucediendo en Twitter o Facebook;
  • estado de alerta permanente por miedo a perderse algo;
  • ansiedad excesiva;
  • trastornos en el sueño;
  • tensión física y contracturas.

RIESGOS
Los adolescentes corren diferentes riesgos al brindar información confidencial ya que al establecer relaciones con desconocidos, no saben en realidad con quienes se están comunicando.
Esto significa que muchas veces el joven al dejarse llevar por sus diferentes estados emocionales, termina siendo víctima de abusadores sexuales, pedófilos y psicópatas que también andan en internet y se presentan como un par o un amigo, que entienden lo que al adolescente le sucede y quiere ayudarlo. 
Así se inicia la relación de comunicación a través del chat y comienzan a mantener un vínculo “con el nuevo amigo” al cual no conoce, pero se siente contenido y entendido ya que lo aconseja desde lo que el chico quiere escuchar. 
El mayor riesgo para el adolescente aparece al ocultar información a su familia y concretar el encuentro con el “amigo desconocido” ya que se expone a actos de violencia, abusos sexuales, entre otros peligros.

PREVENCIÓN
La mejor forma de prevención siempre es el diálogo de los padres con sus hijos, planteando reglas específicas acerca del uso que se va a hacer en Internet, las páginas que están permitidas visitar y las que no, chatear solamente con sus amigos reales, físicos y cuidar la información que suben a los sitios. 

Otras medidas preventivas podrían ser:
  • Evitar dar información personal.
  • No subir fotos personales, privadas o provocativas.
  • Rechazar los contactos de personas que no son amigos reales.
  • No encontrarse en la vida real con individuos que se conocieron a través de la red.

CONSEJOS PARA LOS PADRES:
Es importante que los padres puedan ayudar a los hijos a planificar y organizar las vacaciones de verano, con el fin de que no pasen tantas horas encerrados frente a la computadora.

Algunas sugerencias pueden ser:
  • Poner horarios frente al tiempo que los chicos pasan en internet;
  • Generar actividades al aire libre;
  • Estimular la práctica de los diferentes deportes que se pueden realizar en verano;
  • Utilizar la creatividad para ayudar a los chicos a organizar actividades alternativas;
  • Compartir programas con los hijos.
Lic. Santiago Gómez - Psicólogo

Tiempo para Dios


En nuestra vida tenemos muy bien programadas nuestras horas, nuestras semanas. Tiempo para trabajar, tiempo para el ejercicio, tiempo para tomar alimentos, de preferencia los que más nos gustan, tiempo para descansar o divertirnos, pero... ¿y el tiempo para Dios?
No encontramos tiempo para Dios, para orar. Teniendo comunicación con Él que es quién precisamente nos da ese tiempo que repartimos en nuestro muy personal plan de vida.
Y llega el domingo... Si estamos en un lugar de descanso, de monte o de playa ¡qué difícil es programarnos para ir a misa! Si nos hemos quedado en la ciudad, ¡con qué mezquindad le damos a Dios el tiempo de la misa de los domingos!
Para ir al cine, al teatro o a un evento deportivo nos ponemos diligentes y contentos. Queremos llegar y llegamos antes de que empiece la función, buscamos el mejor lugar para poder ver y oír lo mejor posible, no nos queremos perder ni un solo detalle. Pero la misa, y eso que la entrada es gratis, no importa llegar cuando ya está empezada la ceremonia y no nos interesa ver o no ver lo que el celebrante hace o dice en el altar y nos quedamos en la entrada para que en el momento de que nos den la bendición nos podamos ir rápidamente, como el que termina un cometido fastidioso y poco grato.
Sabemos que la misa es el sacrificio incruento en que bajo las especies de pan y vino convertidas en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo ofrece el sacerdote al Eterno Padre. La misa es el acto esencial del culto católico por ser el milagro del misterio Pascual del Hijo de Dios. Como acto de culto a nuestro Creador es la adoración a la Divina Majestad, la acción de gracias por los beneficios recibidos, la reparación de nuestros pecados y de toda la humanidad, para oír su palabra y la petición de la mediación de Cristo.
Por todos nosotros. Es poder estar en la Cena del Señor la noche del Jueves Santo en el espacio y en el tiempo. Es poder llegar con nuestro corazón hasta Dios y si lo recibimos, es alimentarnos de Él y pedir que nos acompañe en el camino que estamos recorriendo aquí hasta el final de nuestros días.
Tarde o temprano ese día llegará y no queremos presentarnos a Él con la frase tan conocida de “las manos vacías” sino con algo mucho peor: con el corazón vacío de amor.
No le hemos querido, no le hemos amado como El nos amó hasta dar la vida por nuestra salvación eterna. Vamos viviendo indiferentes a ese gran amor y no sabemos corresponder. Cuando estemos en su presencia ¡qué ansias de volver a empezar, qué ganas de tener todo el tiempo del mundo como ahora, otra vez, toda una vida para amarlo!
Pensaremos, aunque ya demasiado tarde, en cómo desperdiciamos los minutos, las horas, los años en pequeñeces, en minucias que nos absorbieron, que nos quitaron todo nuestro tiempo para al pasar por una Iglesia entrar, dejando todos la preocupaciones afuera, y frente al Sagrario decirle a Cristo simplemente: - “Te amo y aquí estoy”.
Pasamos la vida corriendo tras las cosas vanas y perecederas mientras que apenas tenemos unas migajas de oración para Dios y con el escaso tiempo de los domingos en la Iglesia tenemos la conciencia tranquila porque ya cumplimos.
Cambiemos radicalmente la forma de vivir nuestra religión.
Seamos radicales en este cambio. Desechemos la tibieza, el espíritu tacaño para todo lo concerniente a las cosas de Dios y amémosle con generosidad, empezando por cumplir con el primer Mandamiento que es: Amar a Dios sobre todas las cosas.
¡Qué se nos note que lo amamos, para que en los ojos de Cristo encontremos, un día, el reconocimiento del encuentro con el amigo, al llegar a su presencia! MEdeA

Evangelio del Martes 31 de Enero

Día Litúrgico: Martes IV (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 5,21-43): En aquel tiempo, Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a Él mucha gente; Él estaba a la orilla del mar. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 
Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré». Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: «¿Quién me ha tocado los vestidos?». Sus discípulos le contestaron: «Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’».
Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante Él y le contó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad». 
Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe». Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. Entra y les dice: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Y se burlaban de Él. Pero Él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.

«Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad»

Comentario: Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)

Hoy el Evangelio nos presenta dos milagros de Jesús que nos hablan de la fe de dos personas bien distintas. Tanto Jairo —uno de los jefes de la sinagoga— como aquella mujer enferma muestran una gran fe: Jairo está seguro de que Jesús puede curar a su hija, mientras que aquella buena mujer confía en que un mínimo de contacto con la ropa de Jesús será suficiente para liberarla de una enfermedad muy grave. Y Jesús, porque son personas de fe, les concede el favor que habían ido a buscar.
La primera fue ella, aquella que pensaba que no era digna de que Jesús le dedicara tiempo, la que no se atrevía a molestar al Maestro ni a aquellos judíos tan influyentes. Sin hacer ruido, se acerca y, tocando la borla del manto de Jesús, “arranca” su curación y ella enseguida lo nota en su cuerpo. Pero Jesús, que sabe lo que ha pasado, no la quiere dejar marchar sin dirigirle unas palabras: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad» (Mc 5,34).
A Jairo, Jesús le pide una fe todavía más grande. Como ya Dios había hecho con Abraham en el Antiguo Testamento, pedirá una fe contra toda esperanza, la fe de las cosas imposibles. Le comunicaron a Jairo la terrible noticia de que su hijita acababa de morir. Nos podemos imaginar el gran dolor que le invadiría en aquel momento, y quizá la tentación de la desesperación. Y Jesús, que lo había oído, le dice: «No temas, solamente ten fe» (Mc 5,36). Y como aquellos patriarcas antiguos, creyendo contra toda esperanza, vio cómo Jesús devolvía la vida a su amada hija.
Dos grandes lecciones de fe para nosotros. Desde las páginas del Evangelio, Jairo y la mujer que sufría hemorragias, juntamente con tantos otros, nos hablan de la necesidad de tener una fe inconmovible. Podemos hacer nuestra aquella bonita exclamación evangélica: «Creo, Señor, ayuda mi incredulidad» (Mc 9,24).

domingo, 29 de enero de 2017

30 de Enero - Columba Marmion

Columba Marmion, Beato
Abad Benedictino, 30 de Enero

Martirologio Romano: En el monasterio de san Benito de Maredsous, en Bélgica, beato Columba (José) Marmion, que, nacido en Irlanda y ordenado sacerdote, llegó a ser abad de aquel monasterio benedictino, donde se distinguió como padre del cenobio, guía de almas en el camino de la santidad y por su riqueza en doctrina espiritual y elocuencia (1923).
Etimología: Columba = Aquel que es símbolo de reconciliación, viene del latín
Fecha de beatificación: 3 de septiembre de 2000 por el Papa Juan Pablo II.

Nació en Dublín (Irlanda), el 1 de abril de 1858, de padre irlandés y la madre francesa. Tres de sus hermanas se consagraron a Dios en una Congregación religiosa llamada “Hermanas de la Misericordia”.
Ingresó en el Seminario Diocesano de Dublín a los 16 años, y terminó sus estudios de teología en el colegio “de Propaganda Fide”, en Roma; fue ordenado sacerdote el 16 de junio de 1881. 
Soñaba ser monje misionero en Australia, pero se dejó cautivar por la atmósfera litúrgica de la nueva Abadía de Maredsous, que se había fundado en Bélgica en 1872, donde fue a visitar a un compañero de estudios antes de volver a Irlanda. Quiso entrar en ese monasterio, pero su Obispo le pidió que esperara un tiempo.
En su ministerio sacerdotal, de 1881 a 1886, conservó el celo pastoral de misionero desempeñando varias funciones: vicario en Dumdum, maestro en el Seminario Mayor de Clonliffe, capellán de un convento de monjas redentoristas y en una cárcel femenina. Pero su gran deseo era hacerse monje benedictino, recibiendo la autorización en 1896 para ingresar a la Abadía de Maredsous en la diócesis de Namur (Bélgica). Su noviciado entre monjes más jóvenes era difícil, porque debía cambiar sus costumbres, cultura e idioma; sin embargo, hizo un esfuerzo en la adopción de la disciplina monacal y así poder emitir los votos solemnes el 10 de febrero de 1891. A partir de ese momento, vivió intensamente el espíritu monástico benedictino e influyó espiritualmente en sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos guiándolos a una existencia realmente cristiana a través de sus escritos (“Cristo, vida del alma”, “Cristo en sus misterios” y “Cristo, ideal del monje”), de los retiros y de la dirección espiritual. Ejerció cargos importantes, como el Director espiritual, Maestro y Prior de la Abadía de Mont-César, en Lovaina, y 3° Abad de Maredsous. 
Cuando murió, al 30 de enero de 1923, víctima de una epidemia de la influenza, muchos de sus contemporáneos lo consideraron un santo y maestro de vida espiritual.

Crece el cansancio visual por sobreexposición a las pantallas


La exposición de la vista humana a pantallas digitales crece con la multiplicación de hábitos que incluyen cada vez más actividades a realizar a través de dispositivos, desde hacer una transferencia bancaria hasta ver una película en el celular, por lo que especialistas recomendaron una serie de cuidados para prevenir el cansancio visual, así como la visión borrosa y la sequedad en los ojos. 
“El hecho de fijar la visión en la pantalla genera una disminución en la frecuencia de parpadeo, que normalmente tiene un promedio de 12-20 veces por minuto, y puede llegar a cuatro veces si la fijamos. Lo que trae una ruptura en la película lagrimal y mayor evaporación de la lágrima generando sensación de arenilla y picazón”, explicó el Dr. Andrés Bastién, oftalmólogo del Hospital Italiano y especialista en enfermedades de la retina. 
En este sentido, el especialista calificó como “muy importante” la posibilidad de elaborar una investigación sobre la exposición de la retina humana a luz LED blanca de las pantallas, como el que reveló la semana pasada la Universidad Complutense de Madrid, pero en un estudio realizado con ratas. 
Según esa investigación, presentada el 17 de enero por la profesora del departamento de Óptica, Celia Sánchez-Ramos, usar una tablet sin filtro -de las que están actualmente en el mercado- “aumenta la muerte celular de la retina de las ratas en un 23%”. 
Si bien esta investigación es muy contundente en sus cifras, el Dr. Bastién hizo hincapié en que se debe tener “mucho cuidado” en trazar un paralelismo en sus resultados respecto de la retina humana, puesto que no es igual a la de estos animales. 
En primer lugar, -precisó el oftalmólogo- “la retina es una malla de neuronas (conos y bastones) que tapiza internamente el ojo, siendo este un sistema óptico que lleva la imagen que vemos hacia la mácula que es la parte central de dicha retina”. 
“Humanos y ratas tenemos dos tipos de receptores de luz: los conos (sensibles a la luz y los colores) y los bastones (sensibles a la luz, pero no al color)”, agregó y diferenció, al mismo tiempo, los tipos de conos. 
El especialista dijo que “los humanos tenemos tres tipos de conos”, con mayor densidad a la de las ratas, y que nuestra visión es “tricromática”. Aquí, distinguió los conos sensibles a una longitud de onda corta (color azul), a una longitud de onda media (color verde) y a una longitud de onda larga (color rojo). 
Mientras que, las ratas solo tienen dos tipos de conos (visión dicromática), es decir, solo ven el azul y el verde. “Por lo tanto existe una diferencia sustancial para superponer resultados” respecto del estudio español, sintetizó. “Sería muy importante elaborar un estudio que evalúe el daño potencial sobre nuestros ojos”, de forma similar al que fue realizado con las ratas, consideró. 
No obstante, el Dr. Bastién sostuvo que hace tiempo ya existe “el síndrome de la computadora, generado por permanecer muchas horas frente a la pantalla, lo cual trae diferentes manifestaciones: visuales, oculares y musculo-esqueléticas”. 
Entre las visuales, se encuentran el lagrimeo, el cansancio y la visión borrosa; y entre las manifestaciones visuales, la sensación de arenilla y sequedad, y el enrojecimiento. Pero también están las consecuencias musculo-esqueléticas, como contracturas o dolor en los hombros y cuello, espalda, brazos, muñecas y manos. 
Además -afirmó-, hay causas múltiples que favorecen estas molestias, tales como “defectos refractivos mal corregidos (miopía, hipermetropía, astigmatismo), trastornos de la acomodación e insuficiencia en los movimientos oculares que mantienen la fijación (insuficiencia en la convergencia)”. 
Pero no todo pasa por los ojos, ya que también existen “causas ambientales y ergonómicas: lugar de trabajo mal iluminado o con exceso de luz, resolución de pantalla deficiente, reflejos y brillos excesivos, mala ventilación, y muchas horas de trabajo sin descanso”, enumeró. 
En este sentido, el especialista aseguró que es recomendable bajar la intensidad de luz y brillo de las pantallas, y cuidar que la luz ambiente no se refleje sobre las mismas. 
Otras sugerencias brindadas por el Dr. Bastién fueron que la “iluminación ambiental sea indirecta respecto a la pantalla, controlar el grado de humedad ambiental evitando sequedad y hacer pausas cada diez minutos por hora de trabajo”. 
Es muy importante, -continuó- “estar en una posición cómoda, utilizando un sillón ergonómico y ubicar el borde superior de la pantalla a la altura de los ojos del usuario, con un ángulo de 30 grados y a 60 centímetros de distancia”. 
“Hay muchos pacientes que se presentan a la consulta con problemas visuales generados en los excesos de uso de pantallas por muchas horas de fijación, ya sea por trabajo como por ocio. Por eso es importante generar los mecanismos de prevención para minimizar potenciales complicaciones”, resumió el especialista.

Consejos para cuidar los oídos en el verano


Viajar en avión, disfrutar de una pileta o del mar en un ambiente de humedad y calor es sinónimo de vacaciones, así como también de factores que contribuyen a la aparición de dolor intenso en los oídos. 
“Las otitis externas son 5 veces más frecuentes en nadadores y es más común en regiones de clima cálido y húmedo. La incidencia puede incrementarse al final de la época de verano probablemente por el retraso del diagnóstico y la dilación en la consulta por estar de vacaciones”, destacó la Dra. María A. Ricardo, Jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico. 
La presión atmosférica en la cabina del avión es menor que la que se encuentra a nivel del mar, por lo que se origina un desplazamiento del tímpano hacia la zona de menor presión. Así se genera dolor y pérdida auditiva. Los niños tienen mayor predisposición a sufrir estos inconvenientes por la inmadurez de su sistema de compensación, debido a la disposición y anatomía de la trompa de Eustaquio y la presencia de rinitis y adenoides. 
“Resfríos, alergias nasales, sinusitis, patologías previas a nivel nasal o del oído, así como vuelos frecuentes o buceo pueden incrementar los riesgos de padecer estos problemas y de prolongar sus efectos aún luego del aterrizaje”, comentó la Dra. Ricardo, quien también es asesora médica de GAES Centros Auditivos. 
Algo similar a los aviones pero a la inversa ocurre durante el buceo. Aumenta la presión atmosférica y desplaza el tímpano hacia adentro provocando dolor y pérdida auditiva. Puede presentar cuadros más severos como mareos, vértigos, zumbidos e hipoacusias severas. 
Antes de iniciarse en estas actividades se sugiere consultar con el especialista quien realizará los estudios necesarios e indicará los medios para prevenir inconvenientes. Pero como prevención general, aquí algunos consejos.
  • Para evitar la acumulación agua y la humedad se sugiere colocar un algodón apenas embebido en vaselina en el pabellón previo a la inmersión.
  • Llenar un gotero con alcohol y vinagre de alcohol en partes iguales. Colocar dos gotas en cada oído al finalizar el día de natación. También es aconsejable secar el oído con secador de cabello.
  • Controlar la contaminación del agua en piletas e hidromasajes.
  • Evitar maniobras de limpieza, ya que los depósitos de jabón pueden provocar dermatitis.
  • Tratar dermatitis previas.
  • Los diabéticos y los inmunocomprometidos deben tener especial cuidados.
  • En vuelos se sugiere bostezar, masticar chicle o cerrar la nariz con los dedos, cerrar la boca e intentar exhalar con fuerza. (maniobra de Valsalva)
  • Se pueden utilizar instilaciones en la nariz con Solución Hipertónica de Cloruro de Sodio (agua y sal) durante todo el vuelo para mantenerla despejada.
  • En las actividades de buceo, al iniciar el descenso se indica realizar la maniobra de Valsalva para “compensar” los cambios de presión. Si persisten los síntomas se sugiere no continuar con el buceo en esa jornada y evaluar la posibilidad de consultar con el especialista.

Cuando el hijo llega enfermo


Bentley Glass (1906-2005), un famoso genetista, escribió hace años que no debería nacer ningún hijo con defectos.
En un artículo publicado en una revista científica en 1971, decía literalmente: “En el futuro ningún padre de familia tendrá derecho de cargar a la sociedad con un hijo deforme o mentalmente incapaz”. Apoyaba esta idea con la defensa del derecho a nacer con una sana constitución física y mental.
Han pasado más de 30 años de unas afirmaciones que eran, en su tiempo, una provocación, un reto, casi una amenaza. Hoy día, sin embargo, las palabras de Glass están convirtiéndose en una triste realidad: con o sin presiones, muchos padres deciden no acoger la vida del hijo que llega enfermo. Usan, para actuar así, la misma excusa propuesta por Glass: todo niño tendría derecho a nacer sano. Lo cual se ha convertido en negar el derecho a nacer para los hijos enfermos.
Muchas sociedades, hemos de reconocerlo en justicia, han hecho un trabajo enorme para permitir el acceso a los edificios y a la vida comunitaria de personas con lesiones o enfermedades de diverso tipo. Pero ese esfuerzo a favor de los minusválidos convive trágicamente con la eliminación de miles y miles de hijos antes de nacer, porque un test genético o una ecografía descubrieron en ellos defectos de mayor o menor gravedad.
En un libro publicado el año 2002, Leon Kass, conocido experto de bioética en los Estados Unidos, exponía esta anécdota. Un médico, acompañado por sus alumnos, visitaba a los pacientes de un hospital anexo a un centro universitario. Se detuvo ante un niño de 10 años que estaba allí por haber nacido con espina bífida, pero que en lo demás era bastante normal. En voz alta, delante del niño, explicó a sus alumnos: “Si este niño hubiera sido concebido hoy día, habría sido abortado”.
Ver al hijo enfermo como una carga, pensar incluso que sería normal o que existiría una “obligación” de eliminarlo, debería provocar una sana reacción de alarma. No podemos permitir que se discrimine, que se margine, que se elimine, a un ser humano por el hecho de tener defectos. Necesitamos movilizarnos, a nivel personal, familiar, social, en el mundo de la cultura y de la medicina, para que nunca una enfermedad o un cromosoma se conviertan en un permiso, o peor aún, en un mandato, para eliminar al hijo.
Las afirmaciones de Bentley Glass viven hoy día entre quienes, a través de la fecundación artificial, buscan “producir” hijos sanos. No nos advierten de la doble injusticia que se esconde en esas “producciones”: por un lado, recurrir a la fecundación artificial, con todos sus peligros y con su tendencia a considerar al hijo como objeto; por otro, escoger, después de un análisis genético, sólo a los embriones (hijos) sanos, mientras los embriones enfermos son eliminados o congelados de modo indefinido.
El progreso de la medicina diagnóstica y de la genética debe ir acompañado por un progreso en la justicia y en el amor hacia todos y cada uno de los seres humanos. Conocer la situación sana o enferma de un hijo tiene sentido humanizante sólo si buscamos cómo curarlo y cómo atenderlo de la mejor manera posible.
Un test nunca debe convertirse en un permiso para matar. Más bien, el test tendrá que ser siempre un medio para ayudar y proteger la vida de cada ser humano. Lo cual será posible sólo si el test está acompañado por una conciencia recta y por un corazón bueno, capaz de reconocer que, siempre, sin condiciones, cada vida humana es algo maravilloso, merecedor de nuestro amor y de la mejor asistencia médica. FP

Evangelio del Lunes 30 de Enero

Día Litúrgico: Lunes IV (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mc 5,1-20): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes». Es que Él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?». Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos». Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. 
Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. 
Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con Él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti». Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados.

«Espíritu inmundo, sal de este hombre»

Comentario: Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero (Viladecans, Barcelona, España)

Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.
La actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».

sábado, 28 de enero de 2017

Deja de llorar...


Cree y verás...


29 de Enero - Boleslava María Lament

Boleslava María Lament, Beata
Fundadora de la Congregación de Hermanas de la Sagrada Familia, 29 de Enero

Martirologio Romano: En la ciudad de Bialystok, en Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, que, en un período de cambios políticos, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes (1946). 
Fecha de beatificación: 5 de junio de 1991 por el Papa Juan Pablo II en Bialystok, durante su viaje apostólico a Polonia.

Primera de los ocho hijos del matrimonio de Martino Lament y Lucia Cyganowska, Boleslava Lament, nació el 3 de julio de 1862 a Lowicz en Polonia.
Durante su niñez, vivió el dolor de ver morir a sus hermanitas Elena y Leocadia y al pequeño Martino, era un tiempo en que la mortalidad infantil diezmaba a los niños, haciendo que las familias numerosas perdieran a muchos de sus miembros; la pequeña Boleslava fue marcada irremediablemente por estas dolorosas experiencias. 
Después de las escuelas elementales y el colegio, Boleslava fue a Varsovia a una escuela de artes y profesiones dónde consiguió el diploma de modista; de regreso a Lowicz abrió, junto a su hermana Stanislava, una casa de modas, todo esto mientras en su interior su vida era intensamente espiritual.
Es a 22 años, en el 1884, decididas de entrar a la Congregación de la Familia de María, que se estaba organizando en Varsovia en la clandestinidad a causa de las persecuciones zaristas. 
Fue una monja voluntariosa, que se distinguió por el don de la oración, del recogimiento, de la seriedad y de la fidelidad para cumplir sus deberes. Después del noviciado y la profesión de los votos simples, trabajó como maestra de costura y educadora en muchas Casas de la Congregación abiertas en el territorio del imperio ruso.
Más después de nueve años, antes de pronunciar los votos solemnes, tuvo una profunda crisis que la hizo sentir insegura de su vocación en aquella congregación, por ello la dejó, volviendo a su casa en Lowicz con el intento, en cuanto fuera posible, de entrar en un convento de clausura; por el consejo de su confesor, optó por las obras de asistencia a los sin techo, actividad que también continuó en Varsovia, cuando la familia os se trasladó allá; para ayudar con los gastos familiares abrió, con su hermana María, un casa de moda.
Bien pronto le fue confiada la dirección de un dormitorio para los sin techo, donde también se preocupó en poner orden en la vida ética y religiosa de sus socorridos.
Los preparaba para recibir los Sacramentos, visitaba a los enfermos en sus pobres casas o en los refugios, cuidaba a los niños; en el 1894 la enésima epidemia de cólera se le llevó a su padre, poniendo sobre sus hombros otras responsabilidades familiares; llevó consigo a su madre y a su hermano Stefano, quien asistía al colegio en Varsovia y que deseaba ser sacerdote.
Ingresó a la Tercera Orden Franciscana, donde conoció beato Onorato Kozminski (1829 -1916), fraile capuchino, fundador de diversas congregaciones religiosas que trabajaban en la clandestinidad a causa de los acontecimientos políticos que afectó a Polonia en aquellos tiempos.
En el año 1900 una vez más la muerte golpeó a su familia, allí, al pie del ataúd de su hermano Stefano, Boleslava Lament prometió volver a la vida de religiosa: dos años después el padre Onorato le presentó a una señora llegada de Bielorrusia, quien buscaba religiosas para dirigir la Tercera Orden y un centro educativo en Mogilev ciudad al pie del río Dniéper.
Boleslava advirtió que sería necesario crear relaciones y contactos para estimular a los ortodoxos a reunirse con la Iglesia Católica, mientras debería ayudar a la población católica a mantenerse fiel a su Iglesia, sin dejar a un lado las dificultades que tendría que sortear bajo el régimen zarista, siendo consciente de todo esto aceptó, y en 1903 partió a Mogilev en Bielorrusia, una ciudad de cerca de 40.000 habitantes.
Al principio habitó cerca de Leocadia Gorczynska, quien dirigía un taller de costura, para enseñar allí esa profesión a las chicas de las familias pobres; luego Boleslava Lament alquiló una casa de madera para convertirla en su casa de modas.
Admirada por la laboriosidad de Boleslava, Leocadia Gorczynska decidió ir a vivir con ella; luego se unió a ellas Lucia Czechowska; en este punto Boleslava empezó a pensar en fundar una Congregación, rigurosamente religiosa, entregada al apostolado entre los ortodoxos.
Con la ayuda del Padre Félix Wiecinski, quien contribuyó directamente con la fundación, en octubre de 1905 las tres mujeres empezaron la nueva congregación, inicialmente llamada Sociedad de la Sagrada Familia pero casi enseguida cambió su nombre al de Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia. Boleslava fue su primera superiora.
En el otoño de 1907, Boleslava con las seis monjas que entonces tenía la comunidad, se trasladó a San Petersburgo, dónde desarrolló una vasta actividad educativa, dedicada sobre todo a los jóvenes, y ya en el 1913 pudo extender su actividad a Finlandia, abriendo un colegio para chicas en Wyborg.
En Petersburgo desarrolló una intensa actividad catequística, educativa y asistencial en los barrios más pobres, se esforzó de crear las condiciones por un ecumenismo auténtico y social, profundizando una recíproca comprensión y generosidad entre las alumnas y familias, que eran de diferentes nacionalidades y religiones.
En este contexto del ecumenismo, pensó en la Congregación una rama separada de monjas en rito oriental.
La vida de su Institución no fue fácil, tuvo que superar las dificultades introducidas por la política religiosa zarista, luego aquéllas brotadas de la Primera Guerra Mundial y de las persecuciones del Insurreccionista Movimiento Bolchevique, que se apoderó del poder en Rusia, con la “Revolución de Octubre” de 1917; en 1921 fue obligada a dejar Rusia y volver a Polonia, pero siempre tuvo la intensión de retomar las actividades en Petersburgo, cuando las circunstancias lo permitieran.
Todo esto produjo enormes pérdidas materiales, aun en Polonia encontró una situación preocupante; la Congregación vivía pobremente pero la madre Boleslava Lament, con su gran fe, se encomendó totalmente a la voluntad de Dios y paulatinamente se fueron superando aquel conjunto de circunstancias sociales y políticas.
Por algunos meses, dirigió el trabajo de las monjas en Wolynia, en 1922 fundó una nueva Casa en la Pomerania en la Polonia oriental, dónde la población era pobre y la mayor parte de religión ortodoxa.
A partir de 1924, empezó a abrir otras Casas en la archidiócesis de Vilna y en la diócesis de Pinsk, para 1935 ya existían 33 Casas esparcidas por toda Polonia y una en Roma.
En 1925, la madre Boleslava fue a Roma para conseguir la aprobación pontificia de la “Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia”, pero la práctica se estancó por falta de claridad sobre las tareas de las monjas, divididas en dos ramas, apostolado-enseñanza y dirección doméstica de las Casas.
En el 1935, la madre Boleslava María Lament, decide renunciar al cargo de Superiora General por graves motivos de salud y en un acuerdo con la nueva Superiora se retiró a Bialystok, dónde incluso siendo anciana y gravemente enferma, se dedicó a abrir escuelas, guarderías, un hospicio para las mujeres solas y un comedor para los desempleados.
La Segunda Guerra Mundial llevó nuevas dificultades a la anciana madre Boleslava, incluyendo la amenaza nazi; fue obligada a cambiar la forma de actuar, adaptándose a las necesidades de la época. En 1941 fue atacada por la parálisis y se dedicó a una vida más ascética, transmitiendo preciosos consejos a sus hermanas de hábito.
Murió santamente en Bialystok el 29 de enero de 1946, a los 84 años; su cadáver fue llevado en el convento de Ratow y enterrado en la cripta bajo la Iglesia de San Antonio.
La Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, está difundida ampliamente en Polonia, Rusia, Zambia, Libia, E.E.U.U. e Italia.

Un daño para la afectividad


Muchas personas se encuentran con que la imagen que en su interior tienen del sexo está distorsionada. Notan que sus ojos se han enturbiado. Que se ha dañado su afectividad, y su imagen del sexo no es precisamente la de un modo de expresar amor tierno y profundo a la persona amada. Que su imaginación y su memoria están artificial y enfermizamente polarizadas hacia el deseo sexual.
— ¿Y qué crees que deben hacer?
Para descubrir la riqueza del amor pleno, para llegar a conocer y a enamorarse de verdad, y no simplemente desear a otro para saciar el afán de sexo, necesitarán un notable esfuerzo para que su atención no quede absorbida por los aspectos externos y meramente sexuales de la otra persona.
De entrada, conviene no asombrarse demasiado al ver lo intenso que puede llegar a ser el instinto sexual sobrealimentado por esa omnipresencia de lo erótico. Ese tirón puede ser en efecto muy fuerte, y por momentos presentarse incluso de modo agobiante. Encauzarlo rectamente será indudablemente costoso, pero no un esfuerzo permanente, pues se presenta solo en algunos momentos puntuales. Para quien aprende a mantenerse a una prudente distancia de las ocasiones más claras, puede decirse que es solo un pequeño conjunto de esfuerzos aislados que no cuestan tanto.
Además, abandonarse al mal uso del sexo suele resultar aún más fatigoso, y con facilidad lleva a angustias y conflictos psicológicos. Basta pensar, por ejemplo, en la ansiedad del chico o la chica que, en vez de disfrutar de la amistad o del noviazgo, pasa la noche probando estrategias diversas, con todo su cortejo de tensiones y frustraciones, hasta conseguir seducir a su presa..., para comprobar después que aquel placer tan anhelado... no era para tanto.
En cambio, la lucha por vivir la castidad brinda al hombre una oportunidad de ganar mucho precisamente en su dignidad como persona, pues una de las cosas que nos distinguen de los animales es que somos capaces de educar nuestros impulsos. AA

Mas poderoso...


Evangelio del Domingo 29 de Enero

Día Litúrgico: Domingo IV (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 5,1-12): En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».

«Bienaventurados los pobres de espíritu...»

Comentario: Rev. D. Pablo CASAS Aljama (Sevilla, España)

Hoy leemos este Evangelio tan conocido para todos nosotros, pero siempre tan sorprendente. Con este fragmento de las bienaventuranzas, Jesús nos ofrece un modelo de vida, unos valores, que según Él son los que nos pueden hacer felices de verdad. 
La felicidad, seguramente, es la meta principal que todos buscamos en la vida. Y si preguntásemos a la gente cómo buscan ser felices, o dónde buscan su propia felicidad, nos encontraríamos con respuestas muy distintas. Algunos nos dirían que en una vida de familia bien fundamentada; otros que en tener salud y trabajo; otros, que en gozar de la amistad y del ocio..., y los más influidos quizá por esta sociedad tan consumista, nos dirían que en tener dinero, en poder comprar el mayor número posible de cosas y, sobre todo, en lograr ascender a niveles sociales más altos.
Estas bienaventuranzas que nos propone Jesús no son, precisamente, las que nos ofrece nuestro mundo de hoy. El Señor nos dice que serán «bienaventurados» los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de la justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que buscan la paz, los perseguidos por causa de la justicia... (cf. Mt 5,3-11).
Este mensaje del Señor es para los que quieren vivir unas actitudes de desprendimiento, de humildad, de deseo de justicia, de preocupación e interés por los problemas del prójimo, y todo lo demás lo dejan en un segundo término.
¡Cuánto bien podemos hacer rezando, o practicando alguna corrección fraterna, cuando nos critiquen por creer en Dios y por pertenecer a la Iglesia! Nos lo dice claramente Jesús en su última bienaventuranza: «Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa» (Mt 5,11).
San Basilio nos dice que «no se debe tener al rico por dichoso sólo por sus riquezas; ni al poderoso por su autoridad y dignidad; ni al fuerte por la salud de su cuerpo... Todas estas cosas son instrumentos de la virtud para los que las usan rectamente; pero ellas, en sí mismas, no contienen la felicidad».

viernes, 27 de enero de 2017

28 de Enero - Julián Maunoir

Julián Maunoir, Beato
Sacerdote Jesuita, 28 de Enero

Martirologio Romano: En el lugar de Plévin, de la Bretaña Menor, en Francia, beato Julián Maunoir, presbítero de la Compañía de Jesús, que se entregó por espacio de cuarenta y dos años a las misiones populares por todos los lugares y aldeas de la provincia (1683).
Fecha de beatificación: 20 de mayo de 1951 por el Papa Pío XII.

Maunoir nació el 1 de octubre de 1606 en Saint Georges-de-Reintembault cerca de Rennes. A los catorce años ingresó en el colegio jesuita de Rennes. Julián entró en la Compañía de Jesús en París a los diecinueve años con la misión canadiense en mente.
Estudió filosofía en La Fleche y posteriormente fue asignado a la universidad de Saint-Ives en Quimper, en Bretaña, donde enseñó latín y griego. Un compañero de clase de los Santos Isaac Jogues y Gabriel Lalemant, aspiró a ser un misionero para los pueblos de Canadá. Durante su período de formación sacerdotal con la Compañía de Jesús, estudió el idioma bretón para enseñar la fe a los campesinos bretones. Trabajó duro y en dos meses fue lo suficientemente fluido para poder predicar en bretón. Maunoir es considerado un ortografista de la lengua bretona, habiendo completado una gramática bretona. Continuó predicando en las aldeas de Bretaña hasta que fue a Tours para comenzar sus estudios teológicos antes de la ordenación.
Fue ordenado en 1637 y regresó a Bretaña en 1640 y fue asignado nuevamente a Quimper. Se le encontró especialmente adaptado a la difícil tarea de evangelizar al pueblo empobrecido de Bretaña. Junto con su compañero, el padre Pierre Bernard, el padre Maunoir trabajaba entre los pobres, los campesinos y los pescadores. El padre Maunoir trabajó como misionero en el pueblo bretón durante 43 años, y logró dar un significado cristiano a lo que se había convertido en costumbres piadosas.
Hacia 1683 había formado casi 1.000 misioneros bretones que llevaban a cabo las obras pastorales que había comenzado. Julián Maunoir murió en Plévin, Bretaña, el 28 de enero de 1683 y fue enterrado en los argumentos de la iglesia parroquial a la insistencia de su gente.

Lo que veo no me gusta


“Lo peor que puede pasarle a un hombre es llegar a pensar mal de sí mismo” Johann Wolfang Goethe
¿Te gusta lo que estás viendo en tu vida?
¿Estás conforme o quieres mejorar?
¿Qué te detiene que no puedes alcanzar tus sueños?
Probablemente si te colocas frente a un espejo no te gustará lo que ves de ti, verás a alguien quizás con problemas de sobrepeso, con problemas de arruga, una persona con una autoestima muy baja, que tiene problemas para nutrir su mente de pensamientos positivos.
Tus pensamientos determinan tu destino, tus pensamientos son los que te debilitaran o te darán fuerzas, son los que te desanimaran o inspiraran. Tus pensamientos crean emociones, estos se convierten en actitudes y luego comienzan a formarse conductas, patrones o hábitos que formaran nuestro carácter y nuestro destino.
Soy responsable de mis pensamientos, así que si lo que veo no me gusta debo cambiar los malos hábitos que dominan mi mente.
James Allen en su libro “Como un Hombre Piensa”, un libro basado en Proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”,  dice “Los buenos pensamientos nunca producen malos resultados; los malos pensamientos nunca producen buenos resultados”.
Si lo que veo no me gusta, entonces debo cambiar los lentes con los cuales observo la vida o colocarme colirio en los ojos para ver mejor.
El escritor David Fischman, autor del libro “El Espejo del Líder”, cuenta que una vez un rey estaba muy enfermo y pidió a un gurú que lo curara. Éste le dijo que se salvaría cuando consiguiera ver todo azul. El rey inmediatamente mandó a pintar de azul casas y campos, a teñir las telas y exigió a todos sus súbditos vestirse de azul. Meses después regresó el gurú a ver al rey.
El guardia, viéndolo vestido de blanco, lo obligó a ponerse traje azul. Cuando éste preguntó por qué, le respondieron: “Hace algunos meses un gurú loco aconsejó al rey ver todo azul”. El sabio respondió: “Yo soy ese gurú, pero quien se ha vuelto loco es el rey”. Al ver al rey le dijo: “Su Majestad, yo le pedí que viera todo azul, no que cambiase la creación de Dios. Lo que debió hacer fue ponerse lentes azules y así arreglar su problema”.
La historia de este rey se parece mucho a la nuestra cuando pensamos que es más fácil que cambien otros o que cambien las circunstancias antes de pensar que yo necesito hacer ese cambio.
Para comenzar a ser ese cambio, debes comenzar a cambiar tus pensamientos. Tus pensamientos le dan sentido a tu realidad. Si piensas de forma negativa te vas a expresar de manera negativa.  Imagina que tu mente es una computadora donde has venido almacenando datos desde que naciste, con toda esa información has desarrollado creencias y paradigmas que te recuerdan muchas veces que hay cosas que no puedes lograr,  no puedes hacer, que no es para ti, y vas por la vida pensando que eres un fracaso, y por eso lo que ves de ti no te gusta.
Hay algunos principios para desarrollar pensamientos saludables:
  • Es un hábito que tenemos que aprender. Necesitamos reemplazar cada uno de los pensamientos negativos por pensamientos positivos y agradables de nosotros mismos. Somos responsables de nuestros pensamientos. Somos 100% responsables de todo lo que experimentamos en nuestra vida. Debes comenzar por renunciar a las excusas.
“El 99% de los fracasos de las personas provienen de personas que tienen el hábito de inventar excusas” George Washington Carver
  • Presta atención a tus pensamientos. Siempre el pensamiento viene antes de sentir y antes de la acción. Muchas personas se tornan infelices, se quejan de sus sentimientos miserables sin darse cuenta de que pueden cambiar los sentimientos por pensamientos saludables. No puedes dejar que los sentimientos te controlen. De hecho tus miedos están basados en tus creencias, en aquellas cosas que consideras te limitan y la única persona que puede eliminarlos eres tú. Dios te ha facultado para controlar tus pensamientos.
“Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” 2 Corintios 10:5 (NVI)
Hoy es un buen día para colocarte lentes o colirio llenos de confianza, que te permitan crecer y desarrollarte como persona. Cuando lo hagas podrás apreciar la belleza de la vida y te gustará lo que ves. PS