Agustín Erlandsön, Santo
Obispo, 26 de Enero
Martirologio Romano: En la ciudad de Nidaros (hoy Trondheim), en Noruega, san Agustín (Eystein) Erlandsön, obispo, que rigió la Iglesia que le había sido encomendada como primer obispo, procurando su crecimiento y defendiéndola ante los príncipes (1188).
Agustín (Eystein) Erlandsön es conocido en la historia medieval Noruega como un obispo que se esforzó con celo por el progreso de la Iglesia.
Perteneció a una familia muy estimada y conocida en la Noruega del siglo XII, fue capellán de la corte del rey Inge “Krokrygg” (Krokygg = el jorobado), quien en 1157 lo nombró arzobispo de Nidaros, siendo consagrado algún tiempo después.
Parte de su existencia se desarrolló a la sombra del trono noruego de aquellos tiempos; coronó rey al joven Magnus V, hijo de Erling Stakke, y mantuvo buenas relaciones con sus partidarios, pero no se puede decir lo mismo de sus relaciones con el rey Sverre Sigurdsson (1151-1202) quien en 1182 derrocó a Magnus V para hacerse con la corona; este cambió le obligó a vivir fuera de su patria por tres años, hasta que se reconcilió con el rey Sverre.
En este punto hace falta indicar su función de obispo durante el reinado de los hijos del rey Harald IV: Sigur Mund, Inge Krokrygg y Eystein II, quienes gobernaron juntos. Fue en esta etapa que se organizó la Iglesia noruega; en 1152 los susodichos reyes negociaron un acuerdo con el Legado Pontificio el Cardenal Niccolò di Albano, erigiendo la sede Arzobispal de Nidaros (la ciudad actualmente se llama Trondheim), nombrando al primer arzobispo de la nueva provincia eclesiástica, que hasta ese momento pertenecía a la Arquidiócesis de Land.
La iglesia preexistente en Nidaros, construida en estilo románico, con una sola nave, por el rey Olaf Kyrre (1093); resulto ser ya muy pequeña para las celebraciones y queriendo Noruega tener una catedral más bella, se inició la construcción de una nave transversal, obra que no se había aun terminado en 1161.
Cuando Agustín Erlandsön volvió de su destierro en 1183, empezó una completa reconstrucción de la catedral pero en estilo gótico; en 1188 acaecida la muerte de este santo obispo, la imponente obra todavía no había sido concluida.
Agustín enseguida fue venerado como santo por las virtudes de su vida y por el celo que prodigó en la defensa los derechos de la Iglesia ante las prepotencias y abusos de los reyes y de los jefes feudales.
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