Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, el cáncer de colon y recto (colorrectal) es el segundo cáncer más frecuente en nuestro país (11,8% del total de casos), luego del de mama (16,8%) y por sobre el de próstata (9,7%). Según estadísticas de 2014, fallecen en promedio 20 argentinos por día por esta causa, lo que da un valor anual de 7.313 casos, cifra solo superada por la mortalidad por cáncer de pulmón (9.340 defunciones), Sin embargo, la buena noticia es que 9 de cada 10 casos de cáncer de colon pueden curarse, y mediante tratamientos mínimamente invasivos, en la medida en que sean diagnosticados a tiempo.
Por este motivo, y en pleno marco del Mes Mundial de la Concientización del Cáncer Colorrectal que se conmemora en marzo, el Instituto ‘Ángel Roffo’ dispuso la instalación de un colon inflable gigante durante una semana, desde el 27 hasta el 31 de marzo en el horario de 8 a 16. Mediante esta iniciativa de concientización, se invita a la comunidad a acercarse y recorrer el colon por dentro, escuchando de boca de los especialistas las principales medidas para prevenir y detectar a tiempo cualquier potencial alteración que pueda avanzar hacia una condición oncológica.
“Cuando hablamos de cáncer colorrectal nos referimos a tumores malignos en el colon o el recto, los dos sectores que conforman el intestino grueso, la última porción del tubo digestivo. Es un cáncer que tiene la característica de ser muy frecuente y potencialmente severo, pero afortunadamente muy tratable y curable si es detectado en forma precoz” sostuvo el Dr. Pablo Sánchez, Jefe del Departamento de Cirugía Abdominal y Proctología del Instituto de Oncología Ángel Roffo.
“Un tumor en el colon demora cerca de una década en desarrollarse. Por eso hay margen para hallarlo a tiempo y removerlo para evitar que siga creciendo. Esto hace que se vuelva imprescindible insistir con iniciativas de concientización para que todos los mayores de 50 años -e inclusive antes en aquellos que pertenezcan a los grupos de riesgo- se realicen regularmente una colonoscopia, que es un estudio indoloro y mínimamente invasivo que permite identificar rápidamente cualquier anomalía”, completó el Dr. Pablo Cura, gastroenterólogo y endoscopista también del Instituto ‘Ángel Roffo’.
En nuestro país, se detectan alrededor de 13 mil nuevos casos por año. Entre los factores de riesgo de padecer cáncer colorrectal, se encuentran la edad (a partir de los 50 años aumenta el riesgo), tener antecedentes de pólipos o de esta enfermedad en la familia (aunque también es muy frecuente el diagnóstico en personas sin antecedentes familiares), padecer enfermedad inflamatoria intestinal, llevar una mala alimentación, ingerir alcohol en exceso, fumar, presentar sobrepeso y una vida sedentaria sin actividad física. El cáncer de colon afecta levemente más a hombres que a mujeres y su mayor incidencia se presenta entre los 65 y 75 años.
Algunos síntomas que merecen la consulta al médico porque eventualmente podrían estar indicando la presencia de un posible caso de cáncer colorrectal, son los cambios en los hábitos de evacuación intestinal, sangrado en materia fecal, reiterado dolor abdominal o rectal y anemia o pérdida de peso repentina.
“Es muy importante no esperar a que aparezcan síntomas de este tipo, porque podría ser una señal de que la enfermedad ya ha avanzado, que es justamente lo que se debe evitar. Sin embargo, muchas veces la enfermedad no da síntomas, sobre todo en sus primera etapas, por eso es tan importante la realización periódica de las pruebas de detección, siempre de acuerdo a la recomendación del médico tratante”, aclaró el Dr. Sánchez.
Entre los estudios disponibles para detectar un cáncer colorrectal, se encuentran fundamentalmente el test de sangre oculta en materia fecal y la colonoscopia. La frecuencia de realización dependerá de las características de cada paciente y la consideración de su médico. El test de sangre oculta es un método sencillo, que cada persona puede hacer en su propia casa, y que en caso de dar positivo se complementa con la colonoscopia, que es un estudio endoscópico indoloro realizado con equipamiento y profesionales especializados, que mediante un tubo flexible con una cámara permite examinar en forma minuciosa el interior del colon y del recto, posibilitando la detección y extracción de pólipos o la determinación de cáncer.
Sin embargo, de acuerdo a los resultados de la última Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles llevada a cabo en 2013 por el Ministerio de Salud de la Nación, solo 3 de cada 10 personas de entre 50 y 75 años se había realizado alguna prueba de rastreo de cáncer de colon.
En cuanto a su tratamiento, el cáncer de colon hoy se combate con cirugía para remover el tumor y los ganglios linfáticos y/o quimioterapia, según el nivel de desarrollo del tumor y el perfil de paciente. Inclusive para las etapas más avanzadas de la enfermedad hoy se cuenta con tratamientos blanco específicos que han demostrado resultados muy favorables.
Como principales medidas que podrían contribuir a prevenir o disminuir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, se encuentran llevar un estilo de vida saludable, realizándose chequeos médicos con frecuencia, mantener una alimentación variada, rica en fibras (especialmente frutas y vegetales) y pobre en carnes rojas y grasas de origen animal, limitar las calorías de la dieta y mantener un peso corporal saludable, evitar el tabaquismo, reducir la ingesta de bebidas alcohólicas y realizar actividad física en forma regular.
Se estima que 3 de cada 4 casos de cáncer colorrectal se presentan en individuos sin antecedentes personales ni familiares y se considera que se originan por una combinación de factores dietéticos y ambientales: Mientras que el otro 25% corresponde a personas con riesgo adicional debido a antecedentes personales o familiares de cáncer colorrectal o enfermedad inflamatoria intestinal o de adenomas únicos o múltiples.
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