lunes, 1 de diciembre de 2025

Cristo en la Ciudad - A la Puerta, Cristo Espera…

‘A la puerta, sin escándalo’.
No hay truenos. No hay ángeles cantando. Solo una casa sencilla, una noche callada y Cristo esperando.
No derriba. No exige. Solo está... como quien respeta el umbral del alma ajena.
Quizá adentro hay miedo, cansancio o silencio acumulado. Pero Él no se impacienta. Porque el amor verdadero no toca para entrar: toca para avisarte que está ahí... cuando te atrevas a abrir.
“Mira que estoy a la puerta y llamo...” (Ap 3,20)
Ni la fe de tus padres, ni las oraciones de otros pueden girar el picaporte por ti.
Solo tú puedes abrir. Solo tú decides si se queda fuera... o si conviertes tu casa en hogar. RM

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