El cáncer es un fenómeno multicausal y es probable que requiera de la interacción de varios factores en una compleja y desconocida combinación de secuencias, intensidades, tiempos de exposición y estados bioquímicos del organismo para que el resultado sea un cáncer diagnosticado clínicamente.
Siempre se ha acompañado de repercusiones psicológicas; en el año 1992, nace el concepto de “psiconcología”. El psicólogo formado en oncología, forma parte de un equipo multidisciplinario oncológico, brindando tareas de soporte desde el diagnostico hasta la curación o muerte del paciente.
Es importante la prevención primaria del cáncer antes de que surja la enfermedad y tiene como objetivo prevenir su aparición.
Los cánceres pueden ser evitables ya que la mayor parte de las causas (alrededor del 80%) son factores ambientales. Estudios epidemiológicos muestran que la incidencia de los diferentes tipos de cáncer, varía con las áreas geográficas.
• Fumar ha sido identificado como una causa de muerte, enfermedad y cáncer. Hoy sabemos desde una perspectiva científica, que los datos son contundentes. Los tratamientos médicos y psicológicos para dejar de fumar, dan alta eficacia.
• Alcohol, sustancia carcinogénica en seres humanos. Numerosos estudios han documentado la eficacia de las terapias psicológicas cognitivas conductuales a largo plazo en el tratamiento del alcoholismo.
• Estrés, puede influir de manera indirecta en el desarrollo del cáncer a través del sistema inmunitario, desde la prevención primaria y con un abordaje eminentemente psicológico se podría enseñar a la personas que se encuentran en situaciones de alto riesgo de padecer estrés.
• La personalidad tipo C puede consistir en un exceso de racionalidad como de anti emotividad. Se caracteriza por una tendencia a negar y reprimir emociones.
• Alimentación, se estima que el 35 % de los cánceres se atribuyen a la alimentación. Esto se puede prevenir consumiendo una dieta variada, rica en frutas, verduras, cereales y restringida en grasas.
• Rayos ultravioletas del sol se relacionan directamente con el riesgo a padecer el cáncer de piel.
Prevención secundaria cuanto más pronto se detecta el cáncer mayores posibilidades existen de superar la enfermedad.
La Prevención terciaria, se realiza cuando ya se ha instaurado la enfermedad, y se intenta evitar que empeore y que se produzcan complicaciones. La intervención tiene lugar en plena enfermedad, siendo su objetivo principal eliminar o reducir las consecuencias del desarrollo de la misma. Se basa en el cumplimiento de las prescripciones médicas, formación de los enfermeros en técnicas de afrontamiento psicológico de la enfermedad, colaboración en la resolución del problema tales como la comunicación del diagnostico de cáncer al enfermo, reinserción a su vida o la preparación para la muerte de los enfermos terminales, dolor, ansiedad, depresión y manejo de síntomas producto de los tratamientos quimioterápicos y/o radiantes. Técnicas de relajación y meditación (como reiki, masajes metamórficos) que modifican la predisposición del paciente al tratamiento mejorando su autoestima y forma de afrontar el tratamiento. Dra. Marcela Polizzi
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