viernes, 11 de marzo de 2016

Compartamos la luz


Hu-Song, filósofo de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:
“... Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó”.
Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song: ¿Qué nos enseña, maestro, este relato?
Y Hu-Song contestó: Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.
“El compartir nos enriquece en lugar de hacernos más pobres”
“Los momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir”
Que Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro lado.
La verdadera amistad. Es flor, que se siembra con honestidad se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión.
Si una vela enciende a otra, y así pueden llegan a brillar miles de ellas.
De igual modo si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro corazón, así se pueden llegar a iluminar miles de corazones con amor.

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