José Máximo Moro Briz, Beato
Sacerdote y Mártir, 24 de Julio
Martirologio Romano: En Ávila, España, Beato José Máximo Moro Briz y cuatro compañeros sacerdotes, asesinados por odio a la fe († 1936).
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Jorge Moro, de Villavieja de Yeltes (Salamanca) y Fernanda Briz, de Santibáñez de Béjar (Salamanca) forjaron, en un hogar profundamente cristiano, el clima propicio para que creciera y se desarrollara la respuesta a la llamada vocacional de varios de sus hijos. Don Jorge fue maestro con un brillante historial de pedagogo en Santibáñez durante 48 años. Murió el 4 de octubre de 1933 en Ávila. El matrimonio engendró siete hijos: tres de ellos se entregaron a Dios; dos de ellos están a punto de ser elevados a los altares, por causa de su muerte martirial: el sacerdote don José Máximo y Sor Modesta, Hija de la Caridad. El tercero, don Santos, fue durante más de treinta años obispo de Ávila.
Don José Máximo Moro Briz
Nació el 29 de mayo de 1882 en Santibáñez de Béjar, provincia de Salamanca, y entonces diócesis de Ávila. Realiza sus estudios eclesiásticos en el seminario abulense, destacando, durante todos los cursos, por sus brillantes calificaciones. El Obispo dominico fray Máximo Fernández le ordenará el 24 de septiembre de 1910.
Antes de ser nombrado en 1926 párroco de Cebreros atendió varias parroquias: Santa Lucía en Gredos, Tormellas, Velayos, Navalonguilla, El Barco de Ávila. Su actividad pastoral en Cebreros, donde permanecerá durante 10 años, fue ejemplar e intensa.
Muy de mañana abría personalmente la iglesia. Y en ella hacía su prolongada oración. Su atención a los feligreses era constante, especialmente hacia los más necesitados y, con los enfermos. Durante varios años, dada la importancia de la parroquia de Cebreros, contó con la ayuda de un coadjutor: el Siervo de Dios Zacarías Cecilio Martín y Martín, desde 1928 a 1936.
El 22 de julio de 1936 recibe las primeras amenazas que ponen en serio peligro su vida. Pero será el 24 de julio, poco después del mediodía, cuando milicianos de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), bien armados, asaltan la residencia del párroco. Don José es conducido a la plaza, junto a la iglesia. En la plaza está ya preparada una camioneta. Le obligan a subir y, en medio de insultos, emprenden la marcha. Él va dentro de la cabina, atrás más de 20 milicianos. Salen de Cebreros por la carretera en dirección al Tiemblo. Recorren pocos metros por dicha carretera. Tienen prisa por matar al sacerdote. Obligado a bajar de la camioneta es colocado junto a la cuneta. Le fallan las fuerza físicas y es sujetado por unos milicianos. Va a empezar el fusilamiento del Siervo de Dios.
Inesperadamente, un tiro encuentra blanco en uno de los propios milicianos con el consiguiente revuelo del grupo. La herida es mortal, don José que lo percibe le da la absolución, siendo éste su último acto sacerdotal.
Con rapidez y con mayor puntería, don José cae muerto. Serían casi las cuatro y media de la tarde. Sus últimas palabras fueron de perdón para sus mismos perseguidores.
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