En el marco del III Congreso Internacional que se desarrolla en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, los profesionales consideraron central y determinante “la detección temprana de cualquier problema auditivo”.
Profesionales en fonoaudiología que participan en Rosario de un congreso internacional de la disciplina que atiende la salud del oído sostienen que en Argentina “no existen sordos” porque la detección se realiza desde que la persona nace lo que permite que la patología sea tratada en forma eficiente con técnicas innovadoras que le otorgan una mejor calidad de vida.
“Nuestras estadísticas indican que 3 de cada 1000 personas tienen algún problema auditivo. Tenemos las herramientas y estudios que sin la participación del paciente nos permiten llegar a un diagnóstico diferencial correcto y dar solución al problema”, señaló a Télam el fonoaudiólogo doctorado en audiología, Vicente Curcio uno de los destacados disertantes que participa como invitado del evento.
El experto resaltó la “obligatoriedad” del diagnóstico, “que se realiza en nuestro país, por ley -la 25.415-a los recién nacidos que permite una detección temprana”.
“Con la prueba de otoemisiones se puede evaluar a los recién nacidos y de acuerdo a los resultados se hacen otras pruebas; lo importante es que se tenga un real conocimiento de cómo está la audición del paciente porque en caso de aparecer algún tipo de hipoacusia se puede llegar a un diagnóstico diferencial a los 3 o 4 meses de vida para que a los 6 meses aproximadamente, poder intervenir o proceder”, explicó sobre la técnica detección de la patología.
En esa línea, resaltó, “que hoy no existe más un chico sordo, se puede tratar, se puede trabajar el problema que tenga y a partir de ahí obrar en consecuencia”.
Sobre las causas de la hipoacusia, especialmente en pacientes pediátricos, explicó que pueden ser hereditarias o congénitas, de formación del feto y las adquiridas.
“Hereditaria es cuando se trata de causas genéticas; un 50% es por causas genéticas, en lo general no porque el papá o la mamá tengan un problema sino que la combinación de genes producen el problema o bien porque alguno de los dos es sordo y se hereda”, apuntó.
“Puede ser congénita y se da por ejemplo cuando la mamá tuvo algún problema durante el embarazo como haber sufrido alguna patología infecciosa que puede ser: citomegalovirus, toxoplasmosis, rubeola que si se produce en las primeros meses de gestación puede ser más perjudicial”, explicó.
“También puede ser una malformación o deformaciones debido a que por ciertos síndromes no se forma bien la carita o la cabecita y esto puede llevar a que el bebé nazca con problemas auditivos”, añadió.
Respecto de las hipoacusias adquiridas, el profesional y catedrático de la carrera de posgrado de Audiología de la Universidad del Museo Argentino (UMSA), dijo “que puede darse cuando una persona tiene alguna enfermedad en el oído como otitis agudas reiteradas que pasan a ser crónicas y puede derivar en algún grado de hipoacusia”.
Sobre la denominada socioacusia y sus consecuencias en la salud auditiva, advirtió “que por lo general el problema que puede derivar a una sordera comienza con síntomas como los denominados acúfenos o zumbidos”.
Esos primeros síntomas -explicó Curcio- “se dan en la adolescencia y en adultos con los ruidos urbanos, los laborales y el uso por muchas horas al día de las nuevas tecnologías como los auriculares de los celulares”.
“No hay que asustarse, hay que concurrir a la consulta médica para la detección porque cualquier problema auditivo tiene solución actualmente”, enfatizó el profesional.
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