El Matrimonio, luego de un tiempo tiende a convertirse en una rutina. El agua llegó a su nivel. Entonces es cuando de verdad podemos saber si amamos o no a nuestro cónyuge.
Después de la experiencia del enamoramiento y la luna de miel, es normal que la mayoría de los matrimonios entren en una relación más pasiva. Es frecuente encontrar en esta etapa momentos de duda si realmente amo a mi cónyuge o no. Nos enfrentamos con una gran interrogante: ¿Es posible continuar viviendo con una persona que ya no expresa amor, ni te abraza, indiferente? ¡Si es posible! ¡Pero no es fácil! El Amor verdadero es un conjunto de decisiones en favor de la persona a la que amas y no debe estar sujeta a la reciprocidad.
El Amor real es incondicional y está dispuesto a dar sin recibir. ¿Cómo puedo medir si realmente le tengo amor a mi pareja? ¡Por medio del interés que tengo y demuestro en procurar su bienestar más que el propio! Si no muestro interés en el bienestar de mi pareja, entonces es muy probable que esté operando bajo un espíritu de egoísmo y orgullo. ¿Cuáles son los síntomas de que algo se está perdiendo en la relación? Comunicación deficiente; Ausencia de detalles; Desconsideración; Desconexión como amantes. ¿Cómo puedo incrementar mi amor hacia mi cónyuge? ¿Es eso posible?
1 Cor 13: 1-7: Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Sin amor verdadero, la vida no tiene ningún sentido. Se convierte en una vida guiada por la pasión egoísta de las personas que buscan solamente su propia felicidad a costa de otras personas.
En el pasaje anterior es evidente que el verdadero amor desde la perspectiva del Creador del ser humano, son decisiones a favor de la persona a quien se quiere amar. Si el verdadero amor son decisiones, uno de los dos, o preferiblemente ambos pueden incrementar sus acciones de amor hacia el otro. Y si el verdadero amor es incondicional, se puede dar sin recibir. ¡No es nada fácil, pero si es totalmente posible! Aquí entra en función otro principio fundamental de la Creación de Dios: La siembra y la cosecha. Si sembramos amor verdadero como lo enseña 1 Cor 13, tarde o temprano vamos a cosechar ese mismo amor y probablemente en mayores cantidades.
No obstante, para poder amar a la manera de Dios, es imprescindible tener mucho alimento espiritual, porque ese tipo de amor viene de nuestro Padre Celestial, que es la única fuente inagotable de amor. Si tu matrimonio esta frío, debes procurar de inmediato fortalecer tu vida espiritual y procurar alimento para tu matrimonio por medio de Seminarios, Conferencias, Retiros y Cursos para Matrimonios. Si tu relación está muy fría, debes buscar ayuda calificada para que te guíen en como restaurar y fortalecer la relación. Nunca busques ayuda con amigos, familiares o personas neófitas en el tema. Busca Mentores especializados en temas de matrimonios y familia. ¡No lo dejes para después, podría ser demasiado tarde!
Tu matrimonio y tu familia es el regalo más preciado que Dios te ha dado. ¡Cuídalo! LyHF
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