La fibromialgia es una patología compleja, tanto para quienes la padecen como para los médicos tratantes, debido a que los pacientes presentan dolor crónico y generalizado. Por este motivo, suelen visitar diferentes profesionales, como clínicos, especialistas en dolor y reumatólogos antes de dar con una respuesta definitiva.
En el Día Mundial de la Fibromialgia, que se conmemora el 12 de mayo, los especialistas resaltan la importancia de contar con un equipo interdisciplinario. La Dra. Cecilia Reimundes, integrante del servicio de Clínica Médica del Hospital, explicó que el diagnóstico es clínico, es decir, que se concreta gracias al interrogatorio y el examen físico que realiza el médico, más allá de la realización de estudios complementarios como de imágenes y laboratorio, cuyos resultados dan en los parámetros normales, y se solicitan para descartar otras patologías.
“No hay ningún estudio que haga diagnóstico definitivo. Entonces, ante la sospecha clínica por la presencia de un cuadro compatible, lo que se hace es descartar otras patologías que pueden causar dolor musculoesquelético, como por ejemplo las enfermedades reumáticas inflamatorias”, explicó-
Esto es así porque los síntomas iniciales de esta enfermedad, que es más prevalente en el sexo femenino, son variables. Según el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), la fibromialgia involucra cuatro cuadrantes del cuerpo y el esqueleto axial, y las regiones más frecuentes son la lumbar, cervical, hombros, rodillas, muslos y brazos. El dolor suele empeorar con el frío, las infecciones, el estrés y la falta de sueño. Cabe destacar que los pacientes con fibromialgia presentan un umbral bajo al dolor por lo cual pueden presentar síntomas y molestias más agudas si tienen alguna patología que curse con malestar, (por ejemplo postoperatorios, tendinitis y traumatismos).
Reimundes explicó que “aunque el síntoma principal es el dolor corporal generalizado crónico, los pacientes pueden presentar también fatiga y mal descanso nocturno, trastornos del ánimo, cefalea, hormigueos, síntomas digestivos y urinarios”.
En cuanto al tratamiento, la especialista aseguró que si bien hay fármacos que resultan eficaces, por ejemplo para mejorar el descanso (analgésicos que actúan a nivel central), se realizan estudios continuamente. La Dra. Reimundes detalló además que “la actividad física es tan importante que en algunos casos es la primera línea de tratamiento, y muchos pacientes mejoran sin necesitar medicación” y agregó que para este fin se deben primar las rutinas “de bajo impacto y sin carga que involucren todo el cuerpo como natación, aquagym, yoga o Tai Chi”. También consideró que es importante mantener un peso adecuado y descansar por la noche, al margen de la psicoterapia.
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