“El significado de la vida no es la seguridad, las grandes oportunidades
son riesgosas” Shirley Hufstedler.
Tengo miedo a
crecer es una afirmación que muchos de nosotros en algún momento de nuestras
vidas llegamos a decirla, y sobre todo cuando estamos viviendo en caos, cuando
vemos que nuestra vida se desmorona, cuando nuestros sueños se vuelven
inalcanzables, son esos momentos cuando comenzamos a añorar ser niños, porque
pensamos que los problemas no existen. Esa es una historia que te cuentas para
no entrar en caos.
Nos olvidamos
que el caos también representa una fuente de oportunidades para crecer, la
clave es buscar esos momentos que me permitan ver que vale la pena vivir.
¿Puedes
identificar esos momentos de pánico? ¿Cuál es la historia que te dices para no
crecer?
Es fácil contar
la historia de la crisis:
“Mi matrimonio
o mi relación está en crisis… necesito amor”
“No tengo
trabajo… necesito dinero”
“Si tuviera
tiempo, pero a esta edad creo que es demasiado tarde”
“Quiero cambiar
mi manera de ser pero…”
Tú puedes
escribir la tuya y te darás cuenta que en ti hay una necesidad, todos tenemos
necesidades que queremos cubrir, la de sentirnos amados, protegidos, valorados,
afirmados, respetados, plenos.
¿Cuál es tu
necesidad hoy? Escribe esa necesidad que tienes pero que no puedes alcanzar
porque tienes miedo.
El miedo te ha
paralizado, y ha llenado tu corazón de dudas y temores y te dices mejor me
quedo así y no hago nada, nunca lo voy a lograr o quizás la historia que
te cuentes es que ya lo has intentado todo y nada has logrado, y llegas a la
conclusión de: ¿Para qué arriesgarse? Al fin y al cabo nos vamos a morir, creo
que me tocó vivir así, que cuando Dios estaba haciendo los planes de bienestar
para mí se extraviaron en el camino.
Patty Hansen,
coautura del libro ‘Sopa de pollo para el alma’ escribió la siguiente historia
que nos habla acerca del correr riesgos.
Dos semillas
están juntas en la tierra fértil.
La primera
semilla dijo: “Quiero crecer… Quiero que mis raíces lleguen muy
abajo en la tierra y que mis retoños rompan la corteza que tengo arriba… Quiero
desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llegada de la
primavera… Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío
matinal en mis pétalos”.
Y entonces
creció.
La segunda
semilla dijo: “Tengo miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué
encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a través de la tierra dura que
tengo encima puedo dañar mis delicados retoños… ¿Y si dejo que mis brotes se
abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal
vez un niño pequeño me arranque de la tierra. No, me conviene esperar hasta que
sea seguro”.
Y entonces
esperó.
Un ave que
andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró la semilla que
esperaba y enseguida se la tragó.
Aquí
encontramos una lección de vida y los que no corren riesgos no pueden crecer.
Si quieres crecer tienes que tomar acción sobre tu vida empezando con un cambio
de pensamiento. Y quiero invitarte a que te cuentes una historia en el
día de hoy.
Imagina lo
bueno que Dios tiene para ti, comienza a verte alcanzando esos planes que Él
diseñó para ti, siente tus emociones, escribe las cosas que harás para alcanzarlos
y ponte en acción. No dejes que la vida te trague.
La vida te fue
dada para que la vivas y la mejor manera para vencer tus miedos es el amor.
Toma hoy el
riesgo de amar, dar, servir, disfrutar y vivir. Hoy es el mejor día para ver
las oportunidades y contar las bendiciones que tienes. Hoy es el mejor día para
crecer. PS
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