viernes, 5 de diciembre de 2025

Cristo en la ciudad – Esperando el ‘ADVIENTO’ (2)…

“La claridad que no se ve”.

Hoy la claridad no aparece en el horizonte ni en las noticias. No viene en forma de buenas nuevas ni de certezas que alivian. Pero está.

A veces la claridad no ilumina: apenas acompaña. Es ese brillo tenue que no se nota, como el reflejo en un charco, como la sombra de una vela a lo lejos.

Hoy descubrí que hay días que parecen iguales a todos, pero traen una claridad silenciosa.

Una claridad que no resuelve, pero sostiene. Que no cambia las circunstancias, pero cambia la forma en que uno respira.

Pensé en este año: en lo que pesó, en lo que costó, en lo que se rompió sin que lo buscáramos. Y sin embargo, algo se mantuvo firme, algo nos trajo hasta aquí. Quizá esa es la claridad que importa.

No vine a entenderlo todo hoy. Ni a ordenar lo que sigue revuelto. Vine sólo a reconocer que, aun sin verla, la claridad hace su trabajo y el corazón ya empieza a orientarse.

Como quien, en medio de la noche, descubre que la luz no está lejos: simplemente está encendiendo sus pasos… despacio. RM

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