martes, 3 de noviembre de 2015

Buscando Radiador Springs… un lugar de aprendizaje


Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Mateo 5:6
Hay veces en la vida que crees que porque tienes talento no hace falta aprender, todos necesitamos aprender y más en esta época donde el cambio es la constante.
En una oportunidad estábamos regresando a Panamá desde Costa Rica y tuvimos la oportunidad de volver a ver la película Cars, donde Rayo McQueen es un auto que está a punto de conseguir su primera Copa Pistón, aún siendo un novato. Sin embargo, el día que se dirige hacia el circuito en la ciudad californiana de Los Ángeles, tiene un accidente y acaba perdido en un pueblo llamado Radiador Springs. Un pueblo medio abandonado, desplazado por la famosa ruta 66, en el que se ve obligado a quedarse. Allí descubre y aprende muchos valores que parecía no tener y su vida da un vuelco absoluto. Se da cuenta de que todo lo que el parecía tener no tiene importancia en ese lugar y que lo que realmente importa no es el éxito o poder, sino el esfuerzo por lograrlo y el compañerismo.
Amigos, la vida es un constante aprendizaje. Aprender es expandir nuestra capacidad de acción efectiva. Cuando tienes talento, es más difícil estar dispuesto a ser enseñable.
Algunas veces, las personas más dotadas actúan como si lo supieran todo, por lo que les cuesta mucho seguir progresando.
La habilidad para aprender no tiene que ver tanto con la aptitud y la capacidad mental del individuo como con su actitud: el ansia de descubrir y de crecer. Es más bien la disposición para aprender, desaprender y aprender de nuevo.
El famoso entrenador John Wooden dijo: “Lo más importante es lo que aprendas después de saberlo todo”. Cuando dejas de aprender, ya no puedes liderar. Sólo cuando sigas siendo enseñable, seguirás creciendo e impactando en otros. Necesitamos ir a Radiador Springs.
Además de ser un pintor y escultor impresionante, Leonardo da Vinci era un genio en muchas más áreas que ningún otro científico de todos los tiempos. Sus apuntes iban cientos de años por delante de su tiempo. Él previó los submarinos, los helicópteros y otros inventos modernos. En una de sus libretas de notas escribió:
“El hierro se oxida si no se usa, el agua estancada pierde su pureza y cuando hace frío se congela; de la misma manera, la inactividad socava el vigor de la mente”.
Su gran motivación era el deseo de acumular más conocimiento; aprendió y anotó nuevos descubrimientos en sus cuadernos hasta el final de su vida.
Y la buena noticia es que no tienes que tener la mente o el talento de Leonardo da Vinci para querer aprender. Simplemente tienes que disponer de la actitud correcta.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Mateo 5:6. En otras palabras dichosos los que tienen hambre y sed de aprender porque ellos aprenderán.
Eric Hoffer dijo: “En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe”.
La habilidad más importante que debes conseguir es la de aprender a aprender. Inténtalo en esta semana; pide consejo a otras personas y, deliberadamente, no des los consejos que normalmente sueles dar. Al final de cada día, escribe todo lo que hayas aprendido por hacer caso a los demás. ¡Te sorprenderás de lo que puedes aprender en Radiador Springs! PS

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