¿No es extraño? En realidad es extrañísimo. Damas, ustedes se pueden identificar con esto. Cuando estuvieron embarazadas, ¿no solían ver mujeres embarazadas doquiera que fuesen?
Tengo un amigo que, preocupado por perder su cabello, veía calvos doquiera que iba.
Lo mismo me pasa a mí. Cuando surge la discusión sobre mi ceguera, un montón de historias sobre el tema inunda la conversación. Recientemente, un amigo me contó que su padre también había perdido la vista. Sólo podía ver sombras y otra cosa: el color naranja. Así que, como buen hijo, él pinto todas las cosas en la casa de su padre de un color naranja brillante.
“Hmm”, dije, “Me pregunto cómo será eso, pero creo que es mejor que no ver color alguno”.
Pero entonces me golpeó la realidad. Como no tengo vista y no puedo ver ningún color, mi mundo está pintado más brillantes que un arco iris sobre el cielo azul.
Veo el color de la esperanza. Esperanza que llena mi corazón cada mañana y me anima a seguir adelante desde el momento en que me deslizo en mis alpargatas. Esperanza porque tengo el don de un día más. Esperanza de hallar aún otra manera de alumbrar la vida de otros. Y también, esperanza de que el triunfo sobre mis dificultades sirva para animar a otros.
Vívidos matices de aventura son pintados en el lienzo de mi mundo. Aventura, particularmente cuando viajo sola.
Cuando recojo mi bastón blanco, le doy un besito a mi esposo, me dispongo para la aventura por delante, sin saber qué amigos encontraré en el camino. Doy la bienvenida a cada paso desconocido. Me río por dentro, preguntándome qué historias escucharé del pasajero a mi lado en el avión. Y el entusiasmo de saber que regresaré a casa con historias, enriquece la aventura.
El valiente color de la determinación marca mis días también. Escribir ficción es duro, requiere toneladas de talento y escritura, paciencia y más trabajo duro.
Pero el tono profundo de la determinación hace a un lado las manchas del desánimo y la perseverancia se mezcla con la determinación resultando en una pintura de éxito.
También los brillantes tonos de gozo salpicados a propósito se arremolinan por doquier. Y aunque no arrollador, el acento le da una vista refrescante y revitalizante a mi mundo.
Un suave matiz de reflexión quieta agrega un tono cálido. La reflexión se silencia delante de Dios para sacar serenidad y calma en medio de un mundo ajetreado.
Y finalmente, un rico marco de madera de gratitud bordea el retrato que veo. Enorme gratitud al contemplar mis ojos al artista divino cuyas manos pintan vibrantes colores por mi mundo. JPE
La reflexión de hoy, de la inspiración de su autora ciega, agrega una maravillosa perspectiva a la manera cómo podemos y debiésemos ver la vida que Dios nos ha dado. Ella agrega un colorido inusual a una vida que, para la mayoría de nosotros se concibe como de oscuridad y tristeza. De igual manera, al reflexionar sobre cada día que el Señor nos concede—un don en sí mismo—podemos y debemos darnos cuenta que cada nuevo día es en realidad una nueva oportunidad de ser bendecidos para bendecir a otros. Adelante y que Dios les bendiga. RI
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