1 Cuando llegaron a Ecbátana, Tobías dijo: «Hermano
Azarías, llévame directamente a la casa de nuestro hermano Ragüel». El ángel lo
llevó, y encontraron a Ragüel sentado a la puerta del patio. Ellos lo saludaron
primero, y él les respondió: «¡Salud, hermanos, sean bienvenidos!». Y los hizo
pasar a su casa.
2 Luego dijo a su mujer Edna: «¡Cómo se parece este
joven a mi hermano Tobit!».
3 Edna les preguntó: «¿De dónde son, hermanos?».
Ellos les respondieron: «Somos de los hijos de Neftalí deportados a Nínive».
4 «¿Conocen ustedes a nuestro hermano Tobit?», les
dijo ella. «Sí, lo conocemos», le respondieron. Ella les preguntó: «¿Cómo
está?».
5 «Vive todavía y está bien», le dijeron. Y Tobías
agregó: «Es mi padre».
6 Ragüel se levantó de un salto, lo besó y lloró.
7 Después le dijo: «¡Bendito seas, hijo mío! Tienes
un padre excelente. Es una gran desgracia que un hombre tan justo y generoso
haya quedado ciego». Y echándose al cuello de su hermano Tobías, se puso a
llorar.
8 También lloró su mujer Edna y su hija Sara.
9 Luego mataron un cordero del rebaño y los
recibieron cordialmente. Después de lavarse y bañarse, se pusieron a comer.
Entonces Tobías dijo a Rafael: «Hermano Azarías, dile a Ragüel que me dé por
esposa a mi hermana Sara».
10 Ragüel lo oyó y dijo al joven: «Come y bebe, y
disfruta de esta noche, porque nadie tiene más derecho que tú, hermano, a
casarse con mi hija Sara. Ni siquiera yo puedo dársela a otro, ya que tú eres
mi pariente más cercano. Pero ahora, hijo mío, te voy a hablar con toda
franqueza.
11 Ya se la he dado a siete de nuestros hermanos, y
todos murieron la primera noche que iban a tener relaciones con ella. Por el
momento, hijo mío, come y bebe; el Señor intervendrá en favor de ustedes».
12 Pero Tobías le replicó: «No comeré ni beberé
hasta que hayas tomado una decisión sobre este asunto». Ragüel le respondió:
«¡Está bien! Ella te corresponde a ti según lo prescrito en la Ley de Moisés, y
el Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. Desde ahora, tú eres su
hermano y ella es tu hermana. A partir de hoy es tuya para siempre. Que el
Señor los asista esta noche, hijo mío, y les conceda su misericordia y su paz».
13 Ragüel hizo venir a su hija Sara. Cuando ella
llegó, la tomó de la mano y se la entregó a Tobías, diciendo: «Recíbela
conforme a la Ley y a lo que está prescrito en el Libro de Moisés, que mandan
dártela por esposa. Tómala y llévala sana y salva a la casa de tu padre. ¡Que
el Dios del cielo los conduzca en paz por el buen camino!»
14 Después llamó a la madre y le pidió que trajera
una hoja de papiro. En ella redactó el contrato matrimonial, por el que
entregaba a su hija como esposa de Tobías, conforme a lo prescrito en la Ley de
Moisés. Después empezaron a comer y a beber.
15 Ragüel llamó a su esposa Edna y le dijo:
«Hermana, prepara la otra habitación, y llévala allí a Sara».
16 Ella fue a preparar la habitación, como se lo
había dicho su esposo, llevó allí a Sara y se puso a llorar. Luego enjugó sus
lágrimas y le dijo: «¡Animo, hija mía! ¡Que el Señor del cielo cambie tu pena
en alegría!». Y salió.
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