1 El joven partió con el ángel, y el perro los
seguía. Caminaron los dos y, al llegar la primera noche, acamparon a orillas
del río Tigris.
2 El joven bajó a lavarse los pies en el río, y de
pronto saltó del agua un gran pez que intentó devorarle el pie. El joven gritó,
3 pero el ángel le dijo: «¡Agárralo y no lo dejes
escapar!». Entonces él se apoderó del pez y lo sacó a tierra.
4 El ángel le dijo: «Ábrelo, sácale la hiel, el
corazón y el hígado, y colócalos aparte; luego tira las entrañas. Porque la
hiel, el corazón y el hígado son útiles como remedios».
5 El joven abrió el pez, y le sacó la hiel, el
corazón y el hígado. Asó una parte del pez y la comió, y guardó la otra parte
después de haberla salado.
6 Luego los dos juntos continuaron su camino hasta
llegar cerca de Media.
7 Entre tanto, el joven preguntó al ángel: «Hermano
Azarías, ¿qué clase de remedio hay en el corazón, en el hígado y en le hiel del
pez?».
8 El ángel le respondió: «Si se quema el corazón o
el hígado del pez delante de un hombre o de una mujer atacados por un demonio o
espíritu maligno, cesan los ataques y desaparecen para siempre.
9 En cuanto a la hiel, sirve para ungir los ojos
afectados de manchas blancas: basta con soplar sobre esas manchas para que se
curen».
10 Cuando entraron en Media y ya se acercaban a
Ecbátana,
11 Rafael dijo al joven: «¡Hermano Tobías!». Este
le preguntó: «¿Qué quieres?». El ángel continuó: «Es necesario que pasemos esta
noche en casa de Ragüel; él es pariente tuyo y tiene una hija que se llama
Sara.
12 Ella es su única hija, Por ser tú el pariente
más cercano, tienes más derecho sobre ella que todos los demás, y es justo que
recibas la herencia de su padre. Es una joven seria, decidida y muy hermosa, y
su padre es una persona honrada».
13 Y añadió: «Tú tienes el derecho de casarte con
ella. Escúchame, hermano: esta misma noche, yo hablaré de ella a su padre para
que él la haga tu prometida; y cuando volvamos de Ragués, celebraremos la boda.
Yo sé que Ragüel no podría negártela ni comprometerla con otro, sin hacerse reo
de muerte, conforme lo prescrito en el Libro de Moisés. El sabe, en efecto, que
a ti te corresponde tomar por esposa a su hija antes de cualquier otro. Por
eso, óyeme, bien, hermano: esta noche, hablaremos de la joven y la pediremos en
matrimonio. Cuando volvamos de Ragués, la tomaremos y la llevaremos con
nosotros a tu casa».
14 Tobías dijo a Rafael: «Hermano Azarías, he oído
decir que ella se ha casado siete veces, y que todos sus maridos han muerto la
noche misma de la boda, apenas se acercaban a ella. También he oído decir que
es un demonio el que los mataba.
15 Yo tengo miedo, ya que a ella no le hace ningún
mal, porque la ama, pero mata a todo el que intenta tener relaciones con ella.
Y soy hijo único, y si muero, mi padre y mi madre bajarán a la tumba llenos de
dolor por mi causa. Y ellos no tienen otro hijo que les dé sepultura».
16 El ángel le dijo: «¿No recuerdas que tu padre te
recomendó casarte con una mujer de tu familia? Escúchame bien, hermano. No te
preocupes de ese demonio y cásate con ella. Estoy seguro de que esta noche te
la darán por esposa.
17 Pero eso sí, cuando entres en la habitación,
toma una parte del hígado y del corazón del pez, y colócalos sobre el brasero
de los perfumes. Entonces se extenderá el olor, y cuando el demonio lo huela,
huirá y nunca más aparecerá a su lado.
18 Antes de tener relaciones con ella, levántense
primero los dos para orar y supliquen al Señor del cielo que tenga misericordia
de ustedes y los salve. No tengas miedo, porque ella está destinada para ti
desde siempre y eres tú el que debe salvarla. Ella te seguirá, y yo presiento
que te dará hijos que serán para ti como hermanos. No te preocupes».
19 Cuando Tobías oyó decir esto a Rafael y supo que
Sara era hermana suya, de la misma descendencia que la familia de su padre, la
amó intensamente y se enamoró de ella.
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