Juan Bautista Mazzucconi, Beato
Presbítero y Mártir, 07 de Septiembre
Martirologio Romano: En la isla Woodlark, en Oceanía, beato Juan Bautista Mazzucconi, presbítero del Instituto de Milán para Misiones Extranjeras y mártir, que después de dos años evangelizando, ya exhausto por fiebres y llagas, fue decapitado por odio a la fe (1855).
Fecha de beatificación: Juan Pablo II lo beatificó en el año 1984.
Sus padres eran dueños de una hilandería y muy estimados por su generosidad. Tuvieron doce hijos, de los cuales tres se hicieron sacerdotes y cuatro fueron monjas. Juan, el noveno hijo, es ordenado sacerdote en el 1850 y enseguida entra en el Seminario para las misiones extranjeras recientemente fundado (actualmente lo conocemos como PIME: Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras). Con él los aspirantes a misioneros son seis, y empiezan una preparación apasionada, pero incompleta por el lugar en que serán enviados: Oceanía.
En el marzo de 1852 se embarcan en Londres con destino a Australia cinco presbíteros: Paolo Reina, Carlo Solerio, Timoleone Raimondi, Ángel Ambrosoli y Juan Mazzucconi, junto con los catequistas Luis Tacchini y José Corti. De Australia parten, en octubre, a su zona misionera, se dividen en grupos sobre las islitas Rook y Woodlark, cerca de Nueva Guinea. Reciben las consignas de los misioneros Maristas, que se retiran totalmente maltrechos.
Mazzucconi, con el Padre Reina, el Padre Ambrosoli y José Corti, se establece en Rook. Pero pronto cae enfermo: y su aspecto doliente le hace recibir con mayor fuerza la hostilidad de los isleños. Mazzucconi descubre pronto que “los padres y las madres matan más que la mitad de sus hijos” apenas nacidos. Todo va mal. Pero él acepta la situación, se empeña en entender a los lugareños y busca medios para ganar la confianza de aquellos, venciendo las dificultades y peligros. Luego da fiebres terribles tiene que ir a recibir tratamiento médico en Australia.
Una vez curado, se reembarca, y cuatro meses después reaparece en Woodlark en una goleta de nombre Gazelle. Aquí se entera que Corti ha muerto, y que todos los misioneros han tenido que regresar a Australia, sin haber podido comunicarle a él sobre ese retorno. Estaba pues tan solo con la tripulación de la Gazelle. Y es el primero a morir: un notable de la isla, sube al barco aparentando deseos de saludarlo, lo derriba con un golpe de hacha en la cabeza, luego más hombres abordan la nave, todo es matanza y saqueo. Los cuerpos de las víctimas acaban en mar.
Después de meses una expedición de Australia llega a la islita, recoge testimonios del crimen, sobre el sitio en que tuvo lugar y sobre cómo fue su suplicio. 125 años después, el PIME ha vuelto, un miembro de aquél instituto, contemporáneo nuestro, ha escrito sobre Juan Bautista Mazzucconi: “No es un personaje que tenerlo en un nicho... Es un joven moderno y actual, por la sensibilidad y mentalidad que tuvo, por el camino que trazó, por la vocación misionera que realizó” (Piero Gheddo).
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