El dolor
agudo forma parte de un sistema protector del organismo que actúa como una
señal de alerta ante un daño presente o inminente, según la Asociación
Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés). Pero
para muchas personas, el dolor puede persistir durante semanas o incluso meses,
causando sufrimiento innecesario e interfiriendo en la calidad de vida.
Si bien no
son un sustituto de una visita a un profesional de la salud, las terapias
alternativas como el tai chi, yoga, y masajes pueden funcionar como
complementos para tratar el dolor de espalda, antes de recurrir a los
analgésicos con receta y de venta libre.
Los nuevos
lineamientos desaconsejan enfáticamente el uso de analgésicos de opioides con
receta debido al riesgo de adicción o de sobredosis. También se alejan de lo
que se conoce como ‘tratamientos de poco valor’, como resonancias magnéticas
(MRI) o inyecciones (como esteroides, que reducen la inflamación) para tratar
el dolor de espalda.
La Escuela
de Medicina Harvard señala que existen diversas técnicas para controlar y
reducir el dolor que no requieren de un procedimiento invasivo, o incluso tomar
un medicamento. Entre las que se encuentran las siguientes opciones:
Frío y calor
Estos dos
métodos probados y eficaces siguen siendo la piedra angular del alivio del
dolor para ciertos tipos de lesiones. Si las versiones caseras de compresas
frías o calientes no funcionan, consulta con un fisioterapeuta o quiropráctico
por opciones de estos tratamientos, que pueden penetrar más profundamente en el
músculo y el tejido.
Ejercicio
La actividad
física juega un papel crucial en la interrupción del ‘círculo vicioso’ del
dolor y movilidad reducida que se encuentra en algunas enfermedades crónicas,
como la artritis y la fibromialgia. Prueba con actividades aeróbicas suaves
como caminar, nadar o montar en bicicleta.
Fisioterapia y terapia
ocupacional
Los
terapeutas físicos pueden guiarte a través de una serie de ejercicios diseñados
para preservar o mejorar la fuerza y movilidad. En tanto, los terapeutas
ocupacionales te ayudan a realizar una variedad de actividades diarias para
evitar que el dolor no se incremente.
Técnicas de mente y cuerpo
Estas
técnicas, que incluyen la meditación, mindfulness y ejercicios de respiración,
entre otros, te ayudan a restaurar una sensación de control sobre tu cuerpo y
rechazar la respuesta de ‘lucha o huida’, que puede empeorar la tensión y el
dolor muscular crónico.
Yoga y Tai Chi
Estas dos
prácticas de ejercicio incorporan el control de la respiración, meditación y
movimientos suaves para estirar y fortalecer los músculos. Muchos estudios han
demostrado que pueden ayudar a las personas a controlar el dolor causado por
una serie de afecciones, desde dolores de cabeza hasta artritis y lesiones
persistentes.
Biofeedback
Esta técnica
consiste en aprender ejercicios de relajación y respiración con la ayuda de una
máquina de biofeedback, que convierte los datos en funciones fisiológicas, como
la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, en señales visuales. Observar y
modificar las visualizaciones brinda un grado de control sobre la respuesta del
cuerpo al dolor.
Terapia musical
Diversos
estudios han demostrado que la música puede ayudar a aliviar el dolor durante y
después de una cirugía y el parto. La música clásica ha demostrado funcionar
especialmente bien, pero escuchar cualquier tipo de música puede distraer del
dolor o la incomodidad.
Masaje terapéutico
El masaje
puede aliviar el dolor al trabajar la tensión de los músculos y las
articulaciones, aliviando el estrés y la ansiedad, y posiblemente ayudando a
distraerte del dolor al introducir una sensación de ‘bienestar’ que anula las
señales de malestar. HD
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