Muchas veces resulta incómodo hablar de esta problemática por los tabúes
y la vergüenza que conlleva, pero es algo muy frecuente que afecta a muchísimas
personas. Se estima que 1 de cada 12 personas la padece, y sólo el 45% lo
consulta con un profesional. Es una patología subdiagnosticada, ya que más de
la mitad de las personas que padecen incontinencia fecal no consultan con los
médicos por pudor o vergüenza, y no pueden ser tratados. Es por esto que las
campañas de visibilización son tan importantes, ya que buscan posicionar en la
agenda pública estas cuestiones con el fin de erradicar los tabúes y la
vergüenza.
Incontinencia
de diferentes tipos
Existen distintos tipos de incontinencia anal
dependiendo si lo que se escapa es gas, materia fecal liquida o materia fecal
sólida. A su vez, puede existir urgencia para llegar al baño sin que el
paciente presente incontinencia. Estas situaciones pueden presentarse durante
el día, durante la noche o durante el día y la noche, por eso identificar esta
situación es el primer paso para poder llevar a cabo un tratamiento adecuado
realizado por coloproctólogos.
Para su diagnóstico, se realizan exámenes específicos para determinar la
severidad de la incontinencia y así indicar el tratamiento adecuado. Además, el
especialista determinará el origen de la incontinencia, y junto a un examen
físico y la historia clínica del paciente indicará qué abordaje de tratamiento
mejorará la calidad de vida.
Los
tratamientos más adecuados para la incontinencia
Generalmente el enfoque es escalonado, que va desde lo menos invasivo
hacía lo más invasivo, como una cirugía. Pueden ser tratamientos higiénico
dietéticos, farmacológicos, kinésicos (biofeedback) y quirúrgicos. Cuando estos
procedimientos son insuficientes, el paciente abandona el tratamiento. Por eso,
en situaciones de este estilo se aplica la terapia de neuromodulación sacra.
La neuromodulación sacra se trata de una terapia segura, reversible, con
eficacia comprobada, la única que tiene un periodo de prueba que permite al
paciente probarla antes de implantar el dispositivo definitivamente. Según el
Dr. Miguel Lumi, médico cirujano coloproctólogo del Hospital de
Gastroenterología ‘Dr. Carlos Bonorino Udaondo’ Universidad de Buenos Aires,
«la neuromodulación sacra es una terapia segura, reversible y con eficacia
comprobada y que otorga una mejora significativa en la calidad de vida».
Primero, se realiza una evaluación previa en la que se coloca un catéter
a través de uno de los orificios del hueso sacro del paciente, llegando a una
raíz nerviosa que estimula a la región esfinteriana y rectal. Este dispositivo
puede colocarse bajo sedación local o general, y puede hacerse en forma
ambulatoria o con internación breve.
Luego de 2 a 3 semanas se evalúa la cantidad de episodios de incontinencia
que tiene el paciente en cada semana. Esos resultados se comparan con previos a
la colocación del dispositivo y, de esa manera, se evalúa el porcentaje de
efectividad del método. Si los episodios de incontinencia semanales disminuyen
como mínimo en un 50%, se procede a colocar el estimulador definitivo. Cerca
del 90% de los pacientes que se someten a esta fase de evaluación, luego se
someten al implante definitivo. Una vez comprobada la efectividad del estimulador, se
llega a una segunda instancia en la que se coloca el dispositivo definitivo que
se implanta en la región glútea a un centímetro por debajo de la piel. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario