Un 18% de las personas diagnosticadas con hepatitis B y C, los tipos de
la enfermedad que pueden dañar progresivamente el hígado, recibe tratamiento,
por lo que especialistas advirtieron sobre la necesidad de prevención y acceso
gratuito a esa asistencia, que está contemplada en la nueva ley integral, en el
marco del Día Mundial de las Hepatitis
Virales que se
conmemora cada 28 de julio.
Las hepatitis B y C son las que evolucionan a la cronicidad (persisten
por largo tiempo y dañan de manera progresiva al hígado) derivando en cirrosis,
cáncer o insuficiencia hepática y se estima que solo entre 15 y 18% de las
personas que tienen ese diagnóstico se tratan.
«Cientos de miles de argentinos vienen cargando durante años con una
bomba de tiempo en su organismo sin saber que va generando daños irreversibles
y que pone en riesgo su vida», explicó a Télam Rubén Cantelmi, quien tuvo hepatitis y hoy preside
la Asociación Buena Vida.
La hepatitis viral es una infección que causa inflamación y daño al
hígado y la OMS calcula que hay alrededor de 500 millones de personas en el
mundo con algún tipo de hepatitis, es decir, 1 de cada 12.
De acuerdo a datos del Ministerio de Salud, el 50% de quienes tienen
hepatitis crónica desconoce su diagnóstico por ser una enfermedad que no
presenta síntomas específicos, sino cuando se encuentra en un estadio avanzado.
Ley
nacional
Argentina cuenta con la ley nacional número 27.675
de respuesta integral al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), Hepatitis
Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) sancionada por
el Senado el pasado 30 de junio.
La nueva norma contempla un abordaje integral desde la salud colectiva,
busca brindar contención e información para derribar prejuicios y situaciones
de discriminación, además de promover campañas para prevención y detección.
«La ley es un antes y un después en la historia de la respuesta integral
a las hepatitis virales», explicó a Télam María Eugenia De Feo Moyano, presidenta de la
Fundación HCV Sin Fronteras, que junto con la red federal de organizaciones de
sociedad civil y referentes de todo el país redactaron el capítulo de la ley
centrado en hepatitis.
De Feo Moyano remarcó que «es la primera vez que hay una legislación
para la hepatitis que no solamente garantiza el acceso gratuito al diagnóstico
y tratamiento, sino que promueve que se amplíen las campañas de información,
prevención y detección».
«Veíamos que las dificultades que tenían las personas con hepatitis
crónica eran similares a las de las personas con VIH antes de que existiera la
ley de los años 90 (Ley Nacional del Sida Nro.23.798) en cuanto acceso al
diagnóstico y tratamiento», puntualizó.
En este sentido, detalló que en la normativa recientemente aprobada se
incluyó las hepatitis en los programas de VIH porque «comparten la logística de
acceso a análisis de cargas virales y porque el 40% de las personas con VIH
pueden estar infectadas con hepatitis C».
De Feo Moyano hizo hincapié en la importancia de la detección temprana
ya que para la hepatitis C hay un tratamiento con antivirales que permite
alcanzar en 3 meses «lo que se llama la cura funcional (el virus está presente
en el cuerpo pero no está activo por lo que frena el deterioro en el hígado),
que en el 98% de los casos es 100% efectiva».
Según la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) la hepatitis C, que se
transmite a través de la sangre al compartir agujas o jeringas con personas
infectadas, hacerse un tatuaje o piercing con material no descartable o al
tener relaciones sexuales sin preservativo u otro método de barrera, es una de
las causas más comunes de enfermedad hepática crónica en todo el mundo.
Las personas que recibieron transfusiones antes de 1994 también pudieron
haber estado expuestas al virus, ya que se desconocía en ese momento.
«Con la ley le pedimos a los médicos que ofrezcan el test en la atención
primaria, porque si no tienes síntomas no vas a consulta», indicó De Feo
Moyano.
Es por eso que Cantelmi insistió en llevar a cabo estrategias en el
sistema de salud para buscar a un paciente que fue diagnosticado durante algún
contacto con una institución. «En el 60% de los pacientes entre el diagnóstico
y el tratamiento pasan entre 10 y 15 años», advirtió.
La propuesta consiste en que los distintos servicios de hepatología,
gastroenterología o infectología revisen entre sus archivos aquellas historias
clínicas de pacientes que recibieron el diagnóstico, pero no volvieron a la
consulta para tratarse y curarse.
«A veces se detectan en los bancos de sangre y no están los datos
suficientes para poder vincular a la persona al sistema de salud, es decir, no
se le pudo informar o no volvió a la consulta», reconoció la presidenta de la
Fundación HCV Sin Fronteras, quien manifestó que también hay falta de
información sobre los tratamientos.
La especialista contó que antes los tratamientos «eran peor que la
quimioterapia, con muchos efectos adversos y despertaban enfermedades que
estaban dormidas, por lo que la persona no quería hacerlo, además de que
algunas prepagas no los cubrían».
Pero desde 2015 ‘son efectivos, sin efectos adversos’ y la nueva
legislación contempla la atención a las enfermedades derivadas, por lo que
permite el acceso a medicamentos y atenciones.
Con respecto a la hepatitis B, es prevenible con una vacuna que se
aplica a los recién nacidos, y desde 2012 la Dirección Nacional de Control de
Enfermedades Inmunoprevenibles (Dinacei) recomienda la inmunización universal a
todas las personas desde los 11 años con un esquema de 3 dosis.
La SAHE destaca que el virus de la hepatitis B es cien veces más
infeccioso que el VIH con alto riesgo de contagio después de una exposición.
«La persona vacunada no va adquirir el virus, el problema es la
población no vacunada porque la hepatitis B se transmite sexualmente y las
personas embarazadas transmiten el virus al bebe; no hay cura pero hay
tratamiento es de por vida», precisó De Feo Moyano.
En tanto, la ley prevé el acceso a derechos sociales, como a una jubilación
anticipada o pensión no contributiva en los casos de las personas que fueron
diagnosticadas en un estadio avanzado de la enfermedad y no pueden seguir
trabajando.
La eliminación de las hepatitis virales es un compromiso asumido por
Argentina en la 69º Asamblea Mundial de la Salud de 2016, junto a 139 Estados
miembros. BP
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