Los
investigadores sugieren que los análisis de sangre podrían usarse para
determinar la edad biológica de los órganos de una persona, lo que les
permitiría abordar problemas de salud antes de que se manifiesten. Según un
estudio realizado por científicos estadounidenses, el método también podría
utilizarse para predecir la progresión de enfermedades como el Alzheimer. Las
investigaciones sugieren que las personas cuyos órganos envejecen más rápido
que el resto de su cuerpo tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades
específicas de órganos dentro de 15 años.
El
equipo, dirigido por investigadores de la Universidad de Stanford en
California, utilizó el aprendizaje automático para analizar los niveles de
proteínas en la sangre humana. El estudio se centró en 11 órganos, sistemas de
órganos o tejidos, incluidos el cerebro, el corazón, los pulmones, los riñones,
el hígado, el páncreas y los intestinos, así como el sistema inmunológico, los
músculos, la grasa y la vasculatura.
Para
desarrollar su algoritmo, los investigadores observaron los niveles de proteína
en la sangre de 1.398 personas sanas en el Centro de Investigación de la
Enfermedad de Alzheimer Knight, con edades comprendidas entre 20 y 90 años, con
especial atención en las etapas media y tardía de la vida.
Los
investigadores identificaron 858 proteínas específicas de órganos analizando
casi 5.000 proteínas y señalando aquellas con genes que mostraban un aumento
cuatro veces mayor en la activación en un órgano en comparación con otro
órgano. Posteriormente, se entrenó el algoritmo para estimar la edad de una
persona utilizando estas proteínas específicas.
El
autor principal del estudio, Tony Wyss-Coray, profesor de neurología y DH Chen
Professor II en la Universidad de Stanford, dijo: “Podemos estimar la edad
biológica de un órgano en una persona aparentemente sana. Eso, a su vez,
predice el riesgo de una persona de sufrir enfermedades relacionadas con ese
órgano”.
Los
investigadores probaron su técnica en un total de 5.676 pacientes de cinco cohortes
distintas. Los hallazgos, publicados en Nature, revelaron que aproximadamente
el 20% de los pacientes tuvieron una aceleración significativa del
envejecimiento en un órgano específico, y el 1,7% tuvo efectos de
envejecimiento en varios órganos.
También
descubrieron que el envejecimiento acelerado de los órganos se asociaba con un
aumento del 20% al 50% en el riesgo de mortalidad. Las personas con
envejecimiento cardíaco acelerado tenían un 250% más de probabilidades de
desarrollar insuficiencia cardíaca, pero el envejecimiento rápido en el cerebro
y el sistema vascular superó al biomarcador sanguíneo disponible más eficaz
para predecir la progresión del Alzheimer.
En el
futuro, el profesor Wyss-Coray cree que el hallazgo puede ayudarnos a
identificar los órganos que experimentan un rápido envejecimiento en el cuerpo
de las personas y tratarlos antes de que enfermen si se puede replicar en una
muestra más grande de 50.000 a 100.000 personas.
El
desarrollo de métodos más precisos y menos intrusivos para detectar señales de
trastornos relacionados con la edad, como los primeros síntomas y la progresión
del Alzheimer, es un paso esencial hacia su curación. Es necesaria una
investigación continua para potenciar y evaluar herramientas de este tipo que
nos pongan a la vanguardia en la lucha contra estas enfermedades. JQR
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