sábado, 5 de abril de 2025

Día litúrgico: Domingo V (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Jn 8,1-11): En aquel tiempo, Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?». Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?». Ella respondió: «Nadie, Señor». Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más».
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy estamos ante una escena genial, enternecedora. Aquella mujer, descubierta en adulterio, abandonada y culpada por todos, es acogida por la tierna misericordia de Jesús. Les dijo: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra». E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. ¡Desaparecieron todos! ¡Nadie tiró una piedra!
—«’¿Dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’. Ella respondió: ‘Nadie, Señor’. Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más’».

Pasión y muerte…

Lectura: Mc 15,20b-40
Lo hicieron salir para crucificarlo. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: «lugar del Cráneo». Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero Él no lo tomó. Después lo crucificaron.
Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: «El rey de los judíos». Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda. (Y se cumplió la Escritura que dice: «Fue contado entre los malhechores»)
Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: ¡«Eh, Tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!». De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: «¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!». También lo insultaban los que habían sido crucificados con Él.
Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: «Está llamando a Elías». Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». Entonces Jesús, dando un grito, expiró.
El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: «¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!». Había también allí algunas mujeres que miraban de lejos.
Meditación:
Mirando la Cruz, podemos contemplar tanto la obra de Dios como las diversas actitudes de los hombres. Vemos a Jesús que se entrega por nosotros, que lo hace hasta el final, que no ahorra sufrimientos, que nos da su Espíritu. “No hay amor más grande que dar la vida” (Cf. Jn 15,13).
Vemos también la crueldad de los soldados, los insultos de muchos, la ayuda -forzada al comienzo- del Cireneo, la compañía -a la distancia- de las mujeres…
Meditando la Pasión y Muerte del Señor no sólo nos acercamos a su amor infinito sino que somos transformados por ese amor. En la Cruz encontramos la mejor escuela de todas las virtudes: allí vemos la paciencia, la entrega, la humildad, la misericordia…
                  ¿Tengo presente en mi vida lo que Cristo hizo por mí?
                  ¿Uno mis sufrimientos a los del Señor Jesús por la salvación de los demás?
                  ¿Trato de luchar contra mis pecados, por los cuales Jesús murió en la Cruz?
Oración:
Dulcísimo Jesús, Hijo de Dios vivo, Dios y Hombre verdadero, Redentor de mi alma: por el amor con que sufriste ser vendido de Judas, preso y atado por mi salvación: ¡Ten misericordia de mí!
Benignísimo Jesús mío: por el amor con que padeciste por mi alma tantos desprecios, irrisiones, negaciones y tormentos en la casa de Caifás: ¡Ten misericordia de mi!
Pacientísimo Jesús mío: por el amor con que por mi padeciste tantos falsos testimonios, afrentas, injurias y acusaciones falsas en la casa de Pilato: ¡Ten misericordia de mí!
Mansísimo Jesús de mi alma: por los desprecios, escarnios y burlas de la casa de Herodes; por los azotes, corona de espinas y mofas sangrientas y condenación a muerte de la casa de Pilato: ¡Ten misericordia de mí!
Piadosísimo Jesús de mi alma: por todo lo que por mí padeciste en tu adorable Pasión, desde la casa de Pilato hasta el monte Calvario, donde toleraste por mi amor el ser crucificado para que yo me salvase: ¡Ten misericordia de mí, ten misericordia de mí, ten misericordia de mí! Amén (San Buenaventura).
Contemplación:
Contemplando la imagen del Crucificado, repitamos en nuestro interior: “Hijo de Dios”.
Acción:
Tener siempre una crucecita o un crucifijo para recordar el amor infinito de Dios y así tratar de corresponder.

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Alimentos que ayudan a aumentar la temperatura corporal para no pasar frío...

Con los días frescos, se tiende a comer platos con muchas calorías. Qué aconseja la Sociedad Argentina de Nutrición para comer rico y saludable en el invierno sin engordar.
Con las bajas temperaturas del otoño y el invierno, el cuerpo humano suele necesitar más calorías para mantener el calor. Comer más pastas, sopas con carnes y salchichas calientes puede resultar atractivo para el momento. Sin embargo, el frío no debería ser una excusa para no seguir una alimentación saludable.
En invierno, es posible que las personas sientan más apetito: más ganas de comer un alimento que resulte placentero como golosinas, chocolates y productos de pastelería por su elevado contenido en grasas y azúcares.
Pero la Sociedad Argentina de Nutrición recomienda que su consumo solo debe ser ocasional y en porciones pequeñas. En cambio, sí enfatizan en consumir frutas y verduras típicas de la estación. “Las ganas de comer alimentos calóricos son inversamente proporcionales al descenso de las temperaturas en esta época del año. Por eso, se aumenta naturalmente la ingesta calórica en los días fríos es porque nuestro cuerpo está tratando de mantener una temperatura corporal constante”, dijo Gabriela Saad, licenciada en nutrición y coordinadora del grupo de investigación en alimentos de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Las bajas temperaturas suelen estar asociadas al incremento en el consumo de comidas y alimentos hipercalóricos.
Pero para mantener un peso corporal saludable, se pueden incluir todos los alimentos, adaptando la forma de preparación de aquellos que no se pueden consumir fríos, comentó Saad.
“En cuanto a los chocolates y amasados de pastelería, siempre es conveniente, moderar su consumo. Ya que hay evidencia científica de que la población está consumiendo más azúcares simples y grasas que lo necesario para mantener una salud óptima”, advirtió.
Qué hacer para aumentar la temperatura corporal cuando hace frío
El cuerpo necesita quemar combustible para mantener alta la temperatura corporal, especialmente cuando hace frío. Se aconseja hacer al menos una comida caliente al día y consumir frutas, verduras y otros alimentos no procesados.
En la alimentación diaria, hay que asegurarse una ingesta adecuada de hierro y vitamina B 12. Si los niveles no son óptimos, se puede sufrir anemia, lo que significa que tienes muy pocos glóbulos rojos para transportar oxígeno por el cuerpo. Eso puede hacer sentir más frío.
“En otoño e invierno -dijo Saad- se puede reemplazar las verduras crudas por otras cocidas al vapor, para conservar al máximo su contenido de vitaminas y minerales. También se pueden hacer otras preparaciones como soufflé de verduras, budín y panaché”.
Marianela Aguirre Ackermann, médica especialista en nutrición, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Universidad Favaloro, subrayó estos tres consejos:
1. Consumir bebidas calientes para hidratarse: tomar infusiones como té, mate, café o caldos ayuda a aumentar la temperatura corporal interna.
2. Mantenerse activo: una recomendación para los que trabajan sentados: pararse cada 30 minutos y caminar o hacer movimientos en el lugar durante 2-4 minutos. La actividad física ayuda a generar calor corporal y mejora la circulación.
3. Cuando hace frío, el cuerpo parece ‘demandar’ más energía. Las ensaladas son menos aceptadas. Sin embargo, se deben incluir vegetales porque en invierno hay que fortalecer el sistema inmunológico para prevenir cuadros respiratorios. Las verduras pueden emplearse en preparaciones tibias o calientes.
Algunas personas no obtienen suficiente vitamina B12 de los alimentos o no la absorben fácilmente. En esos casos, se debería hacer una consulta con un profesional de la salud.
Las mujeres embarazadas a veces tienen niveles más bajos de hierro, porque su organismo utiliza más de lo normal. La vitamina B12 se puede obtener al consumir pollo, huevos o pescado. El hierro se encuentra pollo, cerdo, mariscos, garbanzos y en verduras de hoja verde.
¿Qué alimentos ayudan a entrar en calor cuando hace frío?
Si bien con las bajas temperaturas se tiende a seleccionar alimentos más calóricos de lo habitual, no se debería olvidar el consumo de vegetales frescos. La ensalada de lechuga y tomate empieza a ser poco atractiva. Es un error frecuente que puede llevar al aumento del sobrepeso al final del invierno.
Puede parecer obvio, pero en el invierno se recomienda comer platos calientes, algo muy distinto a platos hipercalóricos. Una preparación puede estar a temperatura humeante, sin exceso de grasas ni azúcares.
Se debería consumir vegetales calientes y combinarlos con carne, pescado, pollo, legumbres o pastas. En el caso de las frutas, los cítricos son muy buenos porque aportan vitamina C. Hay que consumir mucho líquido tibio como sopa de verduras, caldos o té.
En el desayuno, se deberían incluir lácteos (leche, yogur, quesos) o galletas, pan sin grasa y algún jugo de frutas natural.
Las 5 verduras que se aconsejan en otoño e invierno son:
Acelga
Contiene proteínas, fibra, yodo, hierro, potasio, magnesio, folatos, vitamina C y vitamina A. Es un alimento de alto valor nutritivo y bajo aporte calórico. Aporta fibra soluble que favorece el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento
Apio
Es rico en agua, vitaminas A, B, C y K, ácido fólico, fibra y potasio. Ayuda a bajar de peso y a reducir el apetito
Batata
Contiene caroteno antioxidante, un componente que puede influir en la prevención de la enfermedad del corazón, el cáncer y otras afecciones.
Brócoli
Es rico en vitaminas A y C, ácido fólico, potasio y hierro. Es una de las verduras de mayor valor nutritivo. “El brócoli, la coliflor, el repollo de bruselas, la cebolla, el ajo y el ají morrón pueden usarse para rellenos en tartas”, comentó Saad.
Remolacha
Su color oscuro y fuerte se debe a los pigmentos que se llaman betalaínas. Tiene alto poder antioxidante. También incluye triptófano que ayuda a producir serotonina, un neurotransmisor que relaja la mente y alivia el estrés. La serotonina también regula el sueño.
En tanto, las frutas que se recomiendan para el otoño y el invierno son:
Banana
Es fuente de carbohidratos y aporta vitaminas y minerales. Protege al corazón, ayuda a reducir la fatiga y el cansancio, previene la anemia, estimula el sistema nervioso y regula la función intestinal.
Limón
Aporta una gran cantidad de vitamina C, potasio y cantidades menores de otras vitaminas y minerales. Además, tiene la propiedad de mejorar la cicatrización, y la función del sistema inmune.
Mandarina
El consumo de mandarinas contribuye a combatir el colesterol, estreñimiento, presión arterial, deshidratación, obesidad y estrés.
Naranja
Aporta vitamina C y A, folatos fibra y potasio. Es buena para el estreñimiento y ayuda a combatir la anemia.
Pera
Esta fruta posee vitaminas A, B, C y K, minerales como cobre, hierro, potasio y magnesio, además de ácidos saludables. Su cáscara contiene fitonutrientes y vitaminas que protegen al cuerpo de los radicales libres dañinos. Ayuda a fortalecer los huesos y a mejorar la digestión.
¿Cómo hay que protegerse cuando hay una ola de frío?
Ante un evento de frío extremo, el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina aconsejó que se debe evitar la exposición por tiempo prolongado al aire libre. Hay que generar más calor corporal: se debería caminar, levantarse y sentarse, mover las extremidades, y tomar mucho líquido.
El uso nocivo de alcohol durante el frío extremo genera una falsa sensación de calor debido a la dilatación de los vasos sanguíneos. Ese efecto del alcohol acelera la pérdida de calor en todo el cuerpo y se corre el riesgo de sufrir hipotermias.
Eso significa que el consumo de bebidas alcohólicas no ayuda a combatir el frío, sino que, por el contrario, expone al cuerpo a cualquier reacción adversa que se pueda producir.
“No se debería olvidar el movimiento durante el otoño y el invierno. Una caminata, yoga en casa y ejercicios que aumenten la fuerza muscular, la movilidad y la flexibilidad no tienen estación. Se sugieren todo el año, sin excusas”, expresó la licenciada Saad.

De la ceniza al amor, una invitación a vivir la Cuaresma con el corazón…

El miércoles de ceniza es el inicio de la Cuaresma, un tiempo de preparación para la Pascua, la fiesta más importante del cristianismo. En este día, los fieles reciben una cruz de ceniza en la frente, como signo de humildad y penitencia. Pero ¿qué significa la ceniza para nosotros? ¿Qué nos quiere decir Dios con este símbolo?

El Papa Francisco, en su homilía del miércoles de ceniza 2024, nos recuerda que la ceniza es una expresión de nuestra condición humana. Somos frágiles, limitados, mortales. Somos polvo que vuelve al polvo. Pero no somos polvo cualquiera. Somos polvo amado por Dios, creado a su imagen y semejanza, destinado a una vida eterna. Somos ceniza sobre la que Dios sopló su aliento de vida, somos tierra que Él plasmó con sus manos, somos polvo del que resurgiremos para una vida sin fin preparada desde siempre para nosotros.

La ceniza, entonces, no es solo un recordatorio de nuestra debilidad, sino también de nuestra dignidad. Somos hijos e hijas de Dios, llamados a vivir en comunión con Él y con los demás. Somos amados con amor eterno, un amor que nos modela y nos transforma. Un amor que nos invita a amar como Él nos ama, a ser compasivos, misericordiosos, generosos, atentos. Un amor que nos impulsa a compartir lo que somos y lo que tenemos con quien lo necesita, a practicar la limosna, la oración y el ayuno como medios para purificar nuestro corazón y acercarnos más a Dios y a nuestros hermanos.

La Cuaresma es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con este amor. Es un tiempo para dejar atrás lo que nos aleja de Dios, lo que nos ensucia el alma, lo que nos hace olvidar nuestra verdadera identidad. Es un tiempo para volver al corazón, a lo esencial de la vida cristiana, a la fuente de nuestra alegría y nuestra esperanza. Es un tiempo para buscar el rostro de Dios, para entrar en el aposento de nuestro espíritu, para escuchar su voz, para entregarnos a Él.

San Anselmo de Aosta, un gran teólogo y místico del siglo XI, nos dejó una hermosa exhortación que podemos hacer nuestra en esta Cuaresma: «Huye un momento de tus ocupaciones, apártate por un instante de tus tumultuosos pensamientos. Deshazte de las preocupaciones que te agobian y pospón tus laboriosos quehaceres. Entrégate un poco a Dios y descansa un instante en Él. “Entra en el aposento” de tu espíritu, ahuyenta todo excepto a Dios y lo que te ayude a hallarle, y una vez cerrada la puerta búscale. Ahora di “corazón mío”, di todo entero ahora a Dios: Busco tu rostro, Señor; tu rostro es lo que busco».

Que esta Cuaresma sea para nosotros un camino de conversión, de crecimiento, de amor. Que la ceniza que recibimos sea una señal de nuestra disposición a cambiar, a seguir a Cristo, a vivir como Él nos enseñó. Que el fuego del amor de Dios arda en la ceniza que somos, y que ese amor se esparza sobre la ‘ceniza’ de tantas situaciones cotidianas, para que en ellas renazca esperanza, confianza y alegría. Cn

Cuando finalmente aprendes...

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05 de Abril...

Buenos días... 2025-090

viernes, 4 de abril de 2025

Día litúrgico: Sábado IV (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Jn 7,40-53): En aquel tiempo, muchos entre la gente, que habían escuchado a Jesús, decían: «Éste es verdaderamente el profeta». Otros decían: «Éste es el Cristo». Pero otros replicaban: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?».
Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de Él. Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: «¿Por qué no le habéis traído?». Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre». Los fariseos les respondieron: «¿Vosotros también os habéis dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en Él algún magistrado o algún fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos».
Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús: «¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace?». Ellos le respondieron: «¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta». Y se volvieron cada uno a su casa.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy la Escritura nos vuelve a dar una ‘foto’ reflejando el ambiente poco antes de la Semana Santa. Han transcurrido más de 20 siglos y muchos siguen igual. ¡Curioso!
—Menos mal que hay gente con sentido común: «Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre», decían algunos.

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La vacunación repetida contra el COVID protegería contra una amplia gama de variantes del virus...

Vacunas potentes contra COVID podrían preparar a los sistemas inmunitarios de las personas para que luchen con éxito no solo contra futuras variantes de COVID, sino también contra otros tipos de coronavirus, muestra un estudio reciente.

Las personas vacunadas repetidamente contra COVID (las dosis iniciales, seguidas de refuerzos y vacunas actualizadas) generan anticuerpos capaces de neutralizar no solo las variantes de COVID, sino incluso algunos coronavirus lejanamente relacionados, reportaron los investigadores en la edición del 17 de mayo de la revista Nature.

Parece que la revacunación periódica contra COVID podría hacer que las personas acumulen gradualmente una reserva de anticuerpos que las protejan de una variedad de coronavirus, concluyeron los investigadores.

Esto va en contra de las preocupaciones de que las vacunas anuales contra COVID podrían interferir con la respuesta inmunitaria en los años siguientes, como sucede con las inyecciones contra la gripe, señalaron los investigadores.

“La primera vacuna que recibe un individuo induce una fuerte respuesta inmunitaria primaria que da forma a las respuestas a la infección y a la vacunación posteriores, un efecto conocido como impronta”, explicó el investigador sénior, Dr. Michael Diamond, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.

“En principio, la impronta puede ser positiva, negativa o neutral”, añadió Diamond en un comunicado de prensa de la universidad. “En este caso, vemos una fuerte impronta que es positiva, porque está acoplada al desarrollo de anticuerpos neutralizantes de reacción cruzada con una notable amplitud de actividad”.

Una primera vacuna desencadena el desarrollo de células inmunitarias de memoria. Una segunda vacuna similar reactiva esas células de memoria, que luego dominan y dan forma a la respuesta inmunitaria al segundo pinchazo, dijeron los investigadores.

En el caso de la vacuna contra la gripe, la impronta tiene efectos negativos, ya que las células de memoria desplazan a los nuevos anticuerpos producidos por el último pinchazo. Como resultado, las personas desarrollan menos anticuerpos contra las cepas de la vacuna más nueva.

Pero los investigadores encontraron que la impronta en realidad funciona bien con la vacuna contra COVID.

Para evaluar la amplitud de los anticuerpos de las personas, los investigadores los probaron en el laboratorio contra un panel de coronavirus. Estos incluyeron dos variantes de ómicron, así como los coronavirus SARS-1 y MERS y otro coronavirus de una especie de oso hormiguero escamoso.

Los anticuerpos terminaron matando a todos los virus, así como al MERS, que proviene de una rama diferente del árbol genealógico del coronavirus que el resto, encontraron los investigadores.

Experimentos posteriores revelaron que estos anticuerpos eran tan potentes y flexibles debido a la combinación de la vacuna original y la variante.

Las personas que solo recibieron las vacunas originales contra el COVID solo tuvieron una protección débil contra los otros coronavirus, pero después de un refuerzo de la era ómicron, incluso ellos tenían mejores anticuerpos.

El hallazgo sugiere que la vacunación regular con vacunas actualizadas contra COVID dará a las personas las herramientas para combatir las nuevas variantes, así como otros coronavirus relacionados.

“Al comienzo de la pandemia de COVID-19, la población mundial era inmunológicamente ingenua, lo cual es parte de la razón por la que el virus pudo propagarse tan rápido y hacer tanto daño”, dijo Diamond.

“No sabemos con certeza si recibir una vacuna actualizada contra COVID-19 cada año protegería a las personas contra los coronavirus emergentes, pero es plausible”, añadió Diamond. “Estos datos sugieren que si estos anticuerpos de reacción cruzada no disminuyen rápidamente (tendríamos que seguir sus niveles a lo largo del tiempo para saberlo con certeza), podrían conferir cierta protección o incluso una protección sustancial contra una pandemia provocada por un coronavirus relacionado”. HDN

Cuaresma: el tiempo de la libertad y el amor…

La Cuaresma es un tiempo especial en el año litúrgico, en el que los cristianos nos preparamos para celebrar la Pascua, el misterio central de nuestra fe. La Pascua es la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, que nos abre las puertas de la vida eterna. Pero para llegar a la Pascua, tenemos que recorrer el camino de la Cuaresma, un camino de conversión, de libertad y de amor.
La Cuaresma nos invita a recordar quién es Dios y quiénes somos nosotros. Dios es nuestro Padre, que nos creó por amor y nos liberó de la esclavitud del pecado. Nosotros somos sus hijos, llamados a vivir en su amistad y a seguir su voluntad. Dios no se cansa de nosotros, sino que nos busca siempre con su misericordia. Nos dice: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2).
La Cuaresma nos invita a imitar a Jesús, que fue conducido por el Espíritu al desierto para ser probado en su libertad. Jesús resistió las tentaciones del diablo, que le proponía falsos caminos de felicidad, y se mantuvo fiel al Padre. Jesús es el Hijo encarnado, que asumió nuestra condición humana y nos mostró el camino de la santidad. Durante cuarenta días, Jesús estará ante nosotros y con nosotros, para ayudarnos a vencer nuestras propias tentaciones y a crecer en nuestra libertad.
La Cuaresma nos invita a entrar en el desierto, el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. El desierto es el lugar del silencio, de la soledad, de la oración, donde podemos escuchar la voz de Dios y discernir su voluntad. El desierto es también el lugar de la prueba, del combate espiritual, donde podemos fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza. El desierto es, finalmente, el lugar de la purificación, del desprendimiento, donde podemos renunciar a todo lo que nos aleja de Dios y de los demás.
La Cuaresma nos invita a encontrar nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido. No estamos solos en el desierto, sino que formamos parte de la Iglesia, el pueblo de Dios, que camina junto a nosotros hacia la Pascua. La Iglesia nos ofrece la Palabra de Dios, que ilumina nuestra mente y nuestro corazón. La Iglesia nos ofrece los sacramentos, que nos alimentan y nos sanan. La Iglesia nos ofrece la comunión de los santos, que nos animan y nos interceden.
La Cuaresma nos invita a actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse. Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo. Por eso la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan. Entonces el corazón atrofiado y aislado se despertará.
La Cuaresma nos invita a desacelerar y detenerse. La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos en hermanas y hermanos, percibimos a los demás con nueva intensidad; en lugar de amenazas y enemigos encontramos compañeras y compañeros de viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos cuando salimos de la esclavitud. En la medida en que esta Cuaresma sea de conversión, entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza.
La Cuaresma es el tiempo de la libertad y el amor. Es el tiempo de dejar atrás el pecado y la muerte, y de abrazar la gracia y la vida. Es el tiempo de prepararnos para celebrar con alegría la Pascua de Cristo, que nos hace partícipes de su resurrección. Cn

Que tu corazón... 03

04 de Abril - Día Internacional de los Animales Callejeros... 01

04 de Abril...

Buenos días... 2025-089

jueves, 3 de abril de 2025

Día litúrgico: Viernes IV (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Jn 7,1-2.10.14.25-30): En aquel tiempo, Jesús estaba en Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito.
Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. Decían algunos de los de Jerusalén: «¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que éste es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es». Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: «Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy ya está cerca la Semana Santa. En Jerusalén, el ambiente en torno a Jesús de Nazaret se ha crispado. Jesús sube discretamente a la capital. Se renueva la controversia: «Éste sabemos de dónde es; cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es». En realidad, no saben de dónde viene.
—«Yo no he venido por mi cuenta»: Jesucristo viene del Padre, es concebido por obra del Espíritu Santo y nacido de María. No faltan datos; ¡falta fe!

Tomás Bretón - La Dolores jota - Dir.: Miguel Roa…

Omar García - 18 Temas Románticos Instrumentales...

Toda la música - Recuerdo 27...

Ajo, propiedades y sus beneficios para la salud…

¿Qué es el Ajo?
El ajo (Allium sativum L.) es una planta anual bulbosa, acaulescente (en roseta herbácea) de la familia de las Amaryllidaceae. Se cree que es originario de la cuenca mediterránea, aunque algunos autores sitúan su origen en Asia. Hoy se cultiva en todo el mundo.
Otros nombres
Según la región, al Allium sativum L. se lo conoce de diferentes maneras:
·        En español: Ajo, Ajo Común.
·        En portugués: Alho, Alho-Bravo, Alho-Comum, Alho.
·        En inglés: Garlic.
·        En alemán: Alterswurzel, Gemeine Knoblauch, Knoblauch, Knofel, Knufl auk, Knuflook, Knoblich, Stinkerzwiebel.
·        En francés: Ail, Ail Ordinaire, Ail Blanc, Ail Commun, Ail Cultive, Ail De Printemps, Ail Sans Baton, Ail, Rose Sans Baton.
·        En italiano: Agilo, Aglio, Agilo Domestico.
·        Ayurvédica: Lashuna, Rasona, Yavaneshta, Ugragandha, Mahaushadh, Arishta.
·        Unani: Seer, Lahsun.
En medicina natural
Es una de las plantas más estudiadas a raíz de sus usos en medicina tradicional y natural. En la actualidad se encuentran disponibles numerosos ensayos que analizaron su efectos fungicida, anticoagulantes, anticancerígeno, bacteriostático, hipoglucémico, hipotensivo e hipocolesterolémico, entre otros. Muchos de estos con resultados positivos y prometedores.
Durante la primer guerra mundial, y antes que se descubriera la penicilina, el ajo cumplía la función de evitar la gangrena y las infecciones en los soldados heridos.
‘Papiro Ebers’ es uno de los textos médicos más antiguos, data de 1550 a. C., y contiene 877 apartados de afecciones y su procedimiento curativo. Entre ellas hay 22 que utilizan ajo para su tratamiento.
Descripción botánica
Los bulbo (parte comestible) son algo ovoides, cubierto por una membrana blanca e integrado por 8 o más bulbos pequeños llamados dientes o clavos. Las flores son blancas, forman una umbela y aparecen en verano.
Composición
Cada 100 gramos (g.) el bulbo de ajo crudo otorga 98 kilocaloría (kcal.), 64,3 g. de agua, 33 g. de carbohidratos, 2,1 g. de fibra dietética, 1 g. de azucares, 7,9 g. de proteínas y menos de 1 g. de grasas. Además, contiene Niacina, ácido pantoténico, Vitamina B6 (1,3/100 g.), Vitaminas A9, C, E, K, minerales, como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, cobre, manganeso, selenio y zinc.
También posee los aminoácidos, triptófano, treonina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, cistina, fenilalanina, tirosina, valina, arginina, histidina, alanina, ácido aspártico, ácido glutámico, glicina, prolina y serina.
Para qué se usa
Se lo aprovecha en la medicina natural con fines:
·        Cardiocirculatorios: protector de pequeños vasos, antihemorroidal y antihipertensivo.
·        Respiratorios: antiasmático y expectorante.
·        Digestivos: antiespasmódico y antiparasitario, específicamente antihelmíntico y antiamebiano.
·        Dermatológicos: antinflamatorio, antifúngico, antiséptico, antiviral, antibacteriano y analgésico.
·        Genitourinarios: diurético.
·        Hematopoyéticos: antitrombótico, antiagregante plaquetario y hipocolesterolemiante.
·        Endocrinos: hipoglicemiante.
·        Osteomioarticulares: antinflamatorio, antirreumático y analgésico.
El uso tradicional del bulbo de Allium sativum L. dio lugar a numerosos estudios sobre sus propiedades y los beneficio para la salud humana. Mucho de ellos luego de observarse sus efectos en animales se estudiaron sus consecuencias sobre las personas, comprobando así su actividad antioxidante, anticancerígena, antifúngica, antibacteriana, antitrombótica / antiplaquetaria, antihiperlipidémica, antihipercolesterolémica, antiaterosclerótica, hipotensora / antihipertensiva, cardioprotectora, antiparasitaria.
Los estudios sugieren su potencial uso para las actividades nombradas, aunque aún no se analizan en profundidad los efectos adversos.
También se han observado los efectos del suministro de ajo, y sus extractos, en laboratorio, sin experiencias en consumo humano, para comprobar la actividad antihiperglucémica / antidiabética, inmunomoduladora / hemaglutinante, antiviral, antimutagénica / anticlastogénica, antiinflamatoria, neuroprotectora, hepatoprotectora, antilitogénica, antihiperhomocisteinemia, renoprotectora, gastroprotectora, antihipertiroidica, antiespasmódica, actividad de fertilidad femenina / masculina, diurética y natriurética, de mejora cognitiva, antiosteoporótica, radioprotectora, prebiótica, actividad de curación de heridas / verrugas, antianémica, antihipóxica, hemolítica, antitóxica, anti-ototóxica, inhibitoria de la enzima, antihelmíntica, entre otras.
Algunos de estos estudios, incompletos para su uso en medicina, se muestran prometedores para lograr nuevos tratamientos en un futuro. Es utilizado en la cocina mundial, principalmente para saborizar carnes y vegetales.
Cómo se usa el ajo
Vía oral
Consumir una vez al día 2 o 3 dientes de ajo. Los dientes del bulbo de ajo se consumen cortados en rodajas, pero no machacados para evitar que se volatilice la aliina.
También se puede buscar algún suplemento dietario que contenga ajo y recomiende una dosis diaria.
Uso tópico
Se pica el ajo y se aplica sobre la piel afectada en compresas o fomentos 2 o 3 veces al día.
Preocupación sobre su uso
Se ha demostrado que el consumo de ajo produce hemorragias, por lo tanto, los pacientes con enfermedades relacionada a la mala coagulación, que consumen otros anticoagulantes, o próximos a cualquier intervención quirúrgica u odontológica, deben tener precaución al consumirlo para evitar sangrados anormales y consultar previamente a un profesional de la salud.
La ingestión continuada puede producir trastornos digestivos y renales, y el contacto prolongado con la piel puede ocasionar reacción alérgica.
Uso contradictorio
No es aconsejable usar ajo en caso de hemorragias activas en los diferentes aparatos y sistemas, gastritis con hiperclorhidria, úlcera péptica gastroduodenal, fibroma uterino, o hipertiroidismo.
Siempre consumir el ajo bajo supervisión médica. Ante problemas o en casos especiales el profesional de la salud deberá reajustar la dosis sobre todo a pacientes sometidos a terapias con betabloqueadores, insulina, hipoglicemiantes orales o anticoagulantes, entre otros. HD

Los tres deseos…

Este es un cuento viejo. Lo he escuchado mucha veces y de distintas manera. Pertenece a aquello que han rodao mucho y que vienen muy golpeados. Diría que no sólo lo he sentido contar en forma de cuento, sino que a veces en mi vida de cura lo he tenido que escuchar como historia. Claro que son muchas variantes, según los casos.

Erase una noche de invierno. Y en ella una pareja que habitaba un rancho frío, por el que se colaba el viento pampero haciendo parpadear el candil de sebo que lo alumbraba. Don Ciriaco y la Nemesia, su mujer, aparentemente ya no tenían nada que decirse. Hacía añares que vivían juntos, y los hijos emplumados habían dejado el rancho buscando otros horizontes donde anidar. La ancianidad se les iba acercando despacio como para que tuvieran todo el tiempo de sentirle los pasos cansados.

Se encontraban uno frente al otro, simplemente porque el braserito improvisado con una lata, estaba entre ellos. Sus miradas clavadas en los carbones incandescentes que de vez en cuando chisporroteaban, buscaban mirar realidades muy lejanas. El diálogo ya parecía inútil. Se había desdoblado en dos monólogos interiores en el que cada uno soliloquiaba con sus propios recuerdos.

-¡Velay con mi triste suerte! – se decía Ciricaco-. Haber renunciado a tantas cosas por atarme a la Nemesia. Yo era tropero libre. Sólo los caminos eran mi querencia. Anidaba al sereno, y ente el montado y el carguero repartía mi cuerpo y mis cosas en mi libre andar de pago en pago. Pero un día me embretaron los ojos de la Nemesia, y me dejé pialar de parado nomás. Me aquerenció en este trozo de tierra, y aquí levanté este ranchito lleno de sueños, que ahora de a poco va despajando el pampero, yo que podría haber llegado a tener tropilla de un pelo con madrina y cencerro. Yo, que habría podido conocer mundo, aquí estoy, estaqueado entre dos horcones por haber creído que la Nemesia me iba a hacer feliz. Quizá la pobre no pudo dar más. Pero lo mismo. Aquí estoy y es esta mi triste suerte.

También la Nemesia tenía sus recuerdos para rumiar. Ella había sido la flor del pago. Cuántas veces los troperos al pasar habían detenido adrede sus fletes delante del rancho, con cualquier excusa, por el simple deseo de recibir de sus manos el mate cordial y prometedor. Si recordaba patente aquella tarde en que él, mozo guapo, con montado y carguero de tiro, había pedido humildemente permiso para desensillar en cualquier parte, mientras con la mirada decía bien a las claras, cuál era el patio donde quería hacer pie. Tantas cosas había ella soñado aquella noche. Sus ilusiones le habían prometido un futuro feliz, con horizontes infinitamente más amplios que los de aquel rancho que terminaba con la mirada entre los cardos y el pajonal. Lo vio libre, y se imaginó que sería el creador de la libertad. Lo vio fuerte, y lo soñó el distribuidor de la firmeza y la seguridad. No estaba segura de haberse equivocado. Pero sentía pena que no le había podido llenar sus sueños.

Y así estaban los dos, en sus soliloquios, deseando imposibles y desperdiciando oportunidades. Pidiendo a Dios en el secreto de sus corazones todo aquello que creían podría llenar sus anhelos y curar sus frustraciones.

Y Dios los estaba escuchando. Como escucha todo lo que pasa por dentro del corazón de cada uno de nosotros, aunque no nos animemos a sacarlo hecho súplica y palabra. Y Tata Dios en su bondad quiso hacerles dar un paso hacia delante. Eligió a uno de sus mejores chasquis. Mandó al ángel Gabriel que fuera de un bólido a llevarles su propuesta.

¡Impresionante el refucilo! A pesar de lo serenito de aquella noche de pampero frío en que las estrellas brillaban como nunca, el rancho fue sacudido por el trueno, y un relámpago lo llenó de luz. La Nemesia se santiguó, como en un conjuro, mientras que Ciriaco levantó instintivamente el brazo izquierdo a la altura de la cara, como si en él tuviera enrollado el poncho.

-¡Nómbrese a Dios! ¡La paz con ustedes! ¡No tengan miedo! – dijo Gabriel con tono tranquilo, como para infundirles confianza.

No podían creer lo que sus ojos veían a pesar del encandilamiento. En su mismo rancho, un ángel del cielo había aparecido, y les hablaba. Si parecía un sueño. Pero no. Ahí estaba, todo resplandeciente, hecho un temblor de luz, trayéndoles un mensaje del mismo Tata Dios para ellos dos.

-¡Nómbrese a Dios! ¡La paz esté con ustedes! – volvió a repetir el arcángel San Gabriel-. Vengo de parte de Tata Dios para anunciarles que El ha escuchado lo que ustedes piensan, desean y andan diciéndose en su corazón. Y ahora les manda el siguiente recado: tres deseos se les van a cumplir. Los primeros que ustedes pidan. Usted, doña Nemesia, tiene derecho a pedir individualmente un deseo. El primero que pida en voz alta se le va a cumplir en el acto. Lo mismo para usted, don Ciriaco. Lo primero que se le ocurra en voz alta será cumplido en el acto. Piénselo bien cada uno. Porque más luego, tendrán todavía la oportunidad de un tercer deseo. Pero para que éste se realice tendrán que ponerse de acuerdo los dos y pedirlo en forma conjunta. Ya saben: piénsenlo bien, y que Dios esté con ustedes.

Dichas estas palabras el ángel desapareció como había venido, en medio de un refucilo de luces y temblor de plumas.

Imagínense cómo habrán quedado los dos esposos con semejante sorpresa. No podía hacerse a la idea. Pero al final tomaron conciencia de que la cosa era cierta. La primera en reaccionar fue la Nemesia. Como fuera de sí por la emoción, se levantó de un salto y tomando el banquito donde estaba sentada lo dio vueltas dando la espalda a su esposo, mientras le decía:

-¡Por favor Ciriaco, no me digas nada, no me hables! Déjame pensar a solas lo que tendré que pedir. –Y luego exclamó para sí: ¡Ay, mi diosito lindo! ¡Quién lo hubiera imaginado! Podré al fin cumplir mis sueños. Esos que el Ciriaco nunca pudo darme-.

Y extasiada consigo misma comenzó a pasar a toda velocidad la película de sus sueños, sus deseos y sus ambiciones personales. Pensó en pedir de nuevo la juventud, la belleza, las oportunidades. Luego se imaginó que todo eso era poco. Pediría plata, salud, larga vida. Tampoco así quedaba satisfecha del todo. Debería pedir además amistades, un palacio, vestidos, cantidad de sirvientes, y la oportunidad de hacer fiestas todas las semanas.

Mientras la Nemesia continuaba su soliloquio fantasioso, el Ciriaco hacía más o menos lo mismo. Dando vueltas la cabeza de vaca que le servía de asiento, comenzó a golpearse despacito las botas con la lonja de su rebenque, mientras soltaba la tropilla de ambiciones por los campos de su imaginación. Ya se veía al trotecito del redomón haciendo punta a su tropilla de un pelo, con madrina zaina y cencerro cantor. La estancia que pensaba pedir no tendría límites, y la hacienda que la poblaría no necesitaría ser contada. Hasta donde diera la vista, campo y cielo, todo sería de don Ciriaco.

En estos y otros pensamientos estaban ambos, mientras la noche seguía su curso y el pampero enfriaba cada vez más el interior del rancho. Entumecida por la inmovilidad y la temperatura exterior, la Nemesia volvió a la realidad buscando con los ojos el brasero. Se dio vuelta y volvió a estirar sus manos sobre él para calentarse un poco. Y cayó en la trampa. Al ver aquellas brasas rojas y sobre ellas la parrillita, no va y se le cruza el maldito con una tentación haciéndole imaginar un chorizo chirriando sobre los carbones encendidos. Imaginarlo y desearlo es casi lo mismo. Lo peor fue que lo expresó en voz alta: -¡Qué hermosas brasas! ¡Cómo me gustaría tener aquí sobre la parrillita un chorizo de dos cuartas de largo asándose!

¡Para qué lo habrá dicho! Aunque ni se le había pasado por la mente que este sería su pedido, de hecho lo fue. Decirlo y suceder fue lo mismo. Porque en ese preciso instante un hermoso chorizo aparecido milagrosamente goteando grasa en el centro del brasero, sobre la parrillita.

Nemesia pegó un grito. Pero ya era tarde. Su pedido estaba realizado. Se quedó atónita mirando el fuego y sintiendo el crepitar de las gotitas de grasa al caer sobre las brasas, mientras un humo apetitosos comenzaba a llenar el rancho. Ciriaco, que casi ni había escuchado a su mujer, volvía la realidad con su grito. Fue ver, y darse cuenta de lo sucedido. Y como era hombre de genio arrebatado y de palabra rápida, también él cayó en la trampa que parecía pensada por el mismo Mandinga. Se levantó de un salto y dirigiéndose a su mujer la apostrofó: -¡Pero mujer! Tenías que ser siempre la misma. Mira lo que has hecho. Venir a gastar la gran oportunidad de tu vida pidiendo solamente un miserable chorizo. Si sería como para sacarte zumbando ahora mismo del rancho. Tenías que ser vos, siempre la misma arrebatada, incapaz de pensar con la cabeza antes de meter la pata. ¡Cómo me gustaría que este chorizo se te pegar en la nariz y no te lo pudieras sacar!

¡Para qué lo habrá dicho! Porque el hombre no imaginó que al decir aquello estaba expresando en voz alta su primer deseo. De esto solo se percató cuando ante sus ojos asombrados vio cómo el chorizo pegaba un brinco desde el brasero para ir a colgarse de la punta de la nariz de Nemesia. Imagínense el grito de dolor y de rabia de la mujer al sentir que su nariz ardía por la quemadura, lo mismo que sus dedos al querer sacárselo.

La escena que siguió no es para describir, sino para imaginar. Porque ahora le tocó el turno a la Nemesia, que arremetió con todo lo peor de su abundante vocabulario para hacerle sentir al Ciriaco la enormidad de lo que acababa de realizar. Porque no sólo había malgastado también él su oportunidad, sino que lo había hecho provocándole semejante estropicio a ella.

Todo fue inútil para calmarla. El Ciriaco se arrodilló, suplicó, lloró, prometió, quiso hacer que la Nemesia se calmara para reflexionar. Pero nada. Y no era para menos. Gritaba pidiendo que se llamara inmediatamente al ángel para que en forma conjunta le pidieran que se pudiera sacar de su nariz ese maldito chorizo que la estaba martirizando.

Ciriaco sintió que el mundo se le venía abajo. Acababan de desperdiciar ambos su oportunidad personal, y ahora veía con angustia que tendrían que malgastar también la tercera posibilidad de ser felices, simplemente tratando de arreglar el desastre que habían provocado. Pero no le quedaba otra alternativa que ceder. Y con pena cedió.

El ángel fue llamado. Apareció en el pobre rancho llenándolo nuevamente de luz. Escuchó con bondad la súplica compungida del hombre en favor de su mujer, y simplemente dijo:

-¡Hágase como ustedes han deseado!

En aquel mismo instante todo volvió a estar como al principio. Solamente que a la pobre Nemesia le quedó ardiendo la nariz, y por todo el rancho los cuzcos y perros grandes andaban husmeando en busca del chorizo desaparecido.

A veces se me ocurre pensar que el cuento podría haber terminado diferente, si lo hubiera podido inventar yo. Me lo imaginaría al Ciriaco tomándolo de las manos a la Nemesia, y mirándola profundamente a los ojos, le diría: -Al fin tengo la oportunidad de cumplir tus sueños. Quisiera saber cuáles son tus esperanzas y anhelos, porque deseo gastar esta gran oportunidad de mi vida, en tu favor. Emocionada la Nemesia le respondería más o menos de la misma manera. Gastaría su oportunidad pidiendo que se cumplieran los sueños de Ciricaco.

Y todavía les quedaría la tercera posibilidad conjunto. Sugiero que la piensen ustedes mismos. Porque este cuento tiene que completarlos cada uno según el momento del cuento en que esté. MM