Acercarnos
a la luz
La
Cuaresma es un tiempo de preparación para la Pascua, la fiesta más importante
del año cristiano, en la que celebramos la resurrección de Jesús, el triunfo de
la vida sobre la muerte, de la luz sobre las tinieblas. Pero para llegar a la
Pascua, tenemos que pasar por la Pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús,
que nos muestra el amor extremo de Dios por nosotros. ¿Cómo podemos vivir este
tiempo de Cuaresma de manera que nos ayude a acercarnos más a Jesús, a su luz,
a su amor?
La
transfiguración de Jesús
El
texto que nos sirve de base para la reflexión es el relato de la
transfiguración de Jesús, que encontramos en los evangelios de Mateo, Marcos y
Lucas. Se trata de un episodio en el que Jesús, después de anunciar a sus
discípulos que iba a padecer y morir en Jerusalén, los lleva a una montaña alta
y se transforma ante ellos, mostrando su gloria divina. Su rostro resplandece
como el sol, sus vestidos se vuelven blancos como la nieve, y aparecen junto a
Él, Moisés y Elías, representantes de la ley y los profetas. Una voz desde el
cielo dice: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo”.
El
sentido de la transfiguración
¿Qué
significa este acontecimiento? ¿Qué nos quiere decir Jesús con esta
manifestación de su luz? Podemos encontrar varias claves de interpretación:
·
Jesús
nos revela su identidad como el Hijo de Dios, el
Mesías esperado, el cumplimiento de la ley y los profetas. Él es el centro de
la historia de la salvación, el que da sentido a todo lo que ha ocurrido y
ocurrirá.
·
Jesús
nos anticipa su resurrección, su victoria
sobre la muerte, su entrada en la gloria del Padre. Él nos muestra el destino
al que nos llama, la meta de nuestra vida, la plenitud de la felicidad.
·
Jesús
nos invita a escucharlo, a seguirlo, a confiar en él.
Él es el maestro, el guía, el amigo. Él nos enseña el camino, nos da la fuerza,
nos acompaña siempre.
·
Jesús
nos prepara para su Pasión, para el
misterio de su cruz, para el escándalo de su muerte. Él nos muestra que el
sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, que son el paso necesario
para la resurrección, que son el signo de su amor por nosotros.
La
luz de Jesús en nuestra vida
La
transfiguración de Jesús no es solo un hecho del pasado, sino una realidad
presente y actual. Jesús sigue transfigurándose ante nosotros, mostrándonos su
luz, su amor, su vida. ¿Dónde podemos ver la luz de Jesús en nuestra vida?
Podemos encontrarla en varios lugares:
·
En
la oración, el diálogo personal con Dios, el
encuentro íntimo con Jesús. La oración nos permite subir con él a la montaña,
contemplar su rostro, escuchar su voz, sentir su presencia.
·
En
la Palabra de Dios, la Biblia, especialmente el Nuevo
Testamento, el libro sagrado que nos revela el plan de Dios, la voluntad de
Dios, el amor de Dios. La Palabra de Dios nos permite conocer a Jesús, aprender
de él, imitarlo, amarlo.
·
En
los sacramentos, los signos eficaces de la gracia,
los medios de salvación, los dones de Dios. Los sacramentos nos permiten
participar de la vida de Jesús, recibir su perdón, su alimento, su fuerza, su
unción.
·
En
las personas, especialmente en los más pobres, los
más necesitados, los más sufrientes, los más olvidados. Las personas nos
permiten ver a Jesús, servirlo, ayudarlo, consolarlo, amarlo.
El
propósito de la Cuaresma
La
Cuaresma es un tiempo propicio para cultivar la mirada de la fe, para abrir los
ojos a la luz de Jesús, para buscar su rostro en la oración, en la Palabra, en
los sacramentos, en las personas. La Cuaresma es un tiempo de conversión, de
cambio de mentalidad, de actitud, de comportamiento. La Cuaresma es un tiempo
de gracia, de don, de oportunidad, de bendición. ¿Qué podemos hacer para vivir
mejor la Cuaresma? Podemos proponernos algunas acciones concretas:
·
Rezar más,
dedicar más tiempo a la oración, a la meditación, a la adoración. Rezar con el
corazón, con sinceridad, con confianza, con amor.
·
Leer más
los Evangelios, escuchar más la Palabra de Dios, estudiarla, memorizarla,
compartirla. Leer la Biblia con la mente, con atención, con comprensión, con
fe.
·
Recibir más
los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación, que nos unen
más a Jesús, que nos perdonan, que nos alimentan, que nos sanan. Recibir los
sacramentos con reverencia, con gratitud, con esperanza.
·
Ayudar más
a los demás, especialmente a los que más lo necesitan, a los que sufren, a los
que están solos, a los que no tienen nada. Ayudar a los demás con tus manos,
con generosidad, con solidaridad, con misericordia.
Transmitir
la luz a los demás
La
Cuaresma es un camino hacia la Pascua, hacia la luz de Cristo resucitado, hacia
la alegría de la vida nueva. La Cuaresma es una invitación a seguir a Jesús, a
no apartar la vista de su luz, a dejarnos iluminar por él. La Cuaresma es una
llamada a ser luz del mundo, a reflejar la luz de Jesús, a transmitir su luz a
los demás. Que la Virgen María, la que mejor supo mirar a Jesús, la que más se
dejó iluminar por él, la que más brilló con su luz, nos acompañe y nos ayude en
este tiempo de Cuaresma. Amén. Cn
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