Según datos del Ministerio de Salud de la Nación la prevalencia de obesidad en el país aumentó de manera constante en los últimos años. A nivel mundial ya hay unos 2 mil millones de adultos con sobrepeso. Qué hacer para evitarlo.
La obesidad se define como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El tema se ha convertido en una de las mayores preocupaciones sanitarias en el mundo por su creciente aumento en la población y es también una problemática en ascenso en la Argentina.
Según los datos más recientes publicados por el Ministerio de Salud de la Nación, la prevalencia de obesidad en el país pasó del 14,6% en 2005 al 18% en 2009, y al 20,8% en 2013, lo que implica un aumento del 42,5% en tan solo ocho años. Actualmente seis de cada 10 argentinos tienen sobrepeso.
“El exceso de peso es uno de los problemas más comunes asociados al estilo de vida actual y la obesidad es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas, como enfermedades respiratorias y cardiacas, la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer, y también de muerte prematura” explica el Dr. Hernán Provera, médico cardiólogo y Coordinador del Área de Prevención Cardiovascular en INEBA.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el año pasado más de 1.900 millones de adultos de 18 años o más tenían sobrepeso, de los cuales 600 millones eran obesos. Esto significa que el 39% de las personas adultas tenían sobrepeso y un 13% de esa población era obesa. A su vez, en 2013 más de 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.
“Aunque parezca una epidemia, la obesidad puede prevenirse. En INEBA trabajamos fuertemente en el camino de la prevención y en darle a nuestros pacientes herramientas para mejorar su calidad de vida. Es por esto que les proponemos que miren qué y cuánto comen como para llevar una dieta equilibrada, limitar la ingesta de alimentos con alta densidad energética, aumentar el consumo de frutas y verduras, organizar los menúes, hidratarse, comer despacio, hacer ejercicio y descansar lo suficiente, entre otras cosas”, agrega Provera.
“Las causas más comunes de la obesidad son la ingesta excesiva de alimentos no saludables y calorías, y el sedentarismo, aunque también hay una gran influencia genética. El tratamiento para combatirla se basa en un programa de modificación de hábitos que consiste en la elaboración de una dieta individualizada combinada con ejercicio físico. Durante el tratamiento dietético se deben modificar los hábitos alimentarios erróneos e instaurar hábitos saludables para mantener la pérdida de peso a largo plazo mejorando el perfil de salud”, explica la Licenciada en Nutrición Teresa Coccaro, a cargo del área en INEBA.
Algunas recomendaciones para bajar de peso:
• Comer correctamente y fraccionar la alimentación a lo largo del día.
• Realizar cuatro comidas principales y dos colaciones si se requieren.
• Tener una alimentación rica en fibra y pobre en grasas.
• Controlar la cantidad de azúcares simples y sustituir el azúcar o miel por edulcorante.
• Reducir los alimentos que contienen muchas calorías y pocos nutrientes.
• Remplazar las bebidas azucaradas por su versión light o diet.
• Comer a diario lácteos descremados.
• Elegir las carnes más magras y quitar la grasa visible antes de su cocinado.
• Consumir más pescado que carnes rojas.
• Elegir técnicas culinarias con poca grasa y evitar los fritos, rebozados y guisos.
• Beber un mínimo de 1,5 litros de agua a diario.
• Realizar cenas livianas.
• Hacer actividad física todos los días. Ayuda mantener el tono muscular y a reducir peso.
• Consultar a un profesional para obtener guía y seguimiento en el tratamiento.
• Realizar cuatro comidas principales y dos colaciones si se requieren.
• Tener una alimentación rica en fibra y pobre en grasas.
• Controlar la cantidad de azúcares simples y sustituir el azúcar o miel por edulcorante.
• Reducir los alimentos que contienen muchas calorías y pocos nutrientes.
• Remplazar las bebidas azucaradas por su versión light o diet.
• Comer a diario lácteos descremados.
• Elegir las carnes más magras y quitar la grasa visible antes de su cocinado.
• Consumir más pescado que carnes rojas.
• Elegir técnicas culinarias con poca grasa y evitar los fritos, rebozados y guisos.
• Beber un mínimo de 1,5 litros de agua a diario.
• Realizar cenas livianas.
• Hacer actividad física todos los días. Ayuda mantener el tono muscular y a reducir peso.
• Consultar a un profesional para obtener guía y seguimiento en el tratamiento.
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