sábado, 9 de enero de 2016

Las verdaderas riquezas del matrimonio


Las riquezas son abundancia de algo. ¿Cuál es su riqueza más preciada? Lucas 12:15 ¡Tengan cuidado! —Advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no consiste en la abundancia de sus bienes.
El concepto verdadero de riqueza no es la abundancia de bienes, sino la capacidad de disfrutar de lo que se tiene. Todo el mundo anhela riquezas materiales, pero en realidad son las que menos se necesitan, y la mayoría de las personas, lamentablemente no lo entienden. Viven atrapadas en sus deseos de poseer y disfrutar cosas materiales y placeres temporales.
¡Rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita!
Mateo 6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y herrumbre los corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Dios nos instruye y nos advierte acerca de las consecuencias de hacer tesoros en la tierra, o sea llenarse de bienes materiales que te pueden alejar de los propósitos de Dios. Dentro del exceso de bienes y de placeres está escondido un gran fracaso que puede destruir tu vida espiritual y tu familia. La instrucción para defendernos de la tentación a hacer tesoros en la tierra, es: hacer tesoros en el cielo.
¿Cómo hacemos tesoros en el cielo? Los tesoros en el cielo se hacen primeramente con la obediencia a la palabra de Dios. En segundo lugar amando a las personas a nuestro alrededor comenzando por la esposa o esposo y luego los hijos según el orden de Dios. Y en tercer lugar siendo generosos, sembrando en otros.
Hacer tesoros en el cielo es aportar a los propósitos de Dios en la tierra como fortalecer las Iglesias y apoyar ministerios que producen bienestar a los hijos de Dios, especialmente aquellos que suplen necesidades espirituales, emocionales y económicas.
El Tesoro más valioso que poseemos en esta tierra es nuestra familia. Si cuidamos y sembramos en este tesoro, seremos inmensamente ricos. Todas las enseñanzas bíblicas están orientadas a desarrollar el amor como estilo de vida. Si somos obedientes a las enseñanzas bíblicas respecto al matrimonio y la familia, seremos extraordinariamente ricos.
La riqueza más grande y más hermosa que podemos tener es aquella que nos permite disfrutar de una familia saludable; que a pesar de las luchas y las dificultades de la vida, mantenemos una relación de amor y unidad con las personas más queridas.
No hay placer más maravilloso en esta tierra que disfrutar y pasar buenos tiempos con nuestra familia. Disfrutar tiempo de calidad con nuestra pareja y con nuestros hijos es un hábito que enriquece la vida. Invierta en su familia tiempo, amor, consideración, perdón, paciencia y apoyo. Y será inmensamente rico.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. Cuídalo. LyHF

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