Hay un virus que se expande en el país más poblado del mundo en el peor
momento posible: a las puertas del Año Nuevo chino, cuando cientos de millones
de personas vuelven a sus hogares para celebrar en familia la festividad.
También hay otras muchas que ya han comprado el billete para visitar a sus
familiares en el extranjero o que van a aprovechar las vacaciones para pegarse
un gran viaje internacional por varios países.
Esto está pasando a finales de diciembre de 2022, pero el párrafo está
sacado de un artículo que publicó este periódico de principios de 2020. Hay
otras varias similitudes entre aquellos primeros días de pandemia, cuando el
coronavirus explotó en la ciudad de Wuhan, con la situación que se ve ahora en
muchos rincones de China: hospitales colapsados, falta de medicamentos y
ausencia de cifras creíbles de contagios y muertos por la alergia a la
transparencia que tiene el régimen de Pekín.
Incluso la respuesta de algunos países a la ola de Covid en China
recuerda a lo que pasó hace casi tres años: más controles en aeropuertos,
exigencia de pruebas negativas a los viajeros que llegan desde el gigante
asiático y cuarentenas para los positivos. Recuperar algunas de estas medidas
es lo que ya han decidido en Estados Unidos, Japón, Malasia, Taiwán, India e
Italia. En este último, en un vuelo que aterrizó en el aeropuerto de Milán el
26 de diciembre, el 52% de los pasajeros dieron positivo.
China, a la inversa de lo que hizo a principios de 2020, ha anunciado
que sus fronteras, después de más de 1.000 días selladas, se reabrirán a partir
del 8 de enero. Pero ahora está probando de su propia medicina. El país que ha
pasado 3 años restringiendo vuelos internacionales, prohibiendo la entrada a
turistas y obligando a hacer largas cuarentenas a sus nacionales y extranjeros
con permiso de residencia, se encuentra con que son otras naciones las que
ahora levantan barreras a los vuelos que salen de China por miedo a que aparezcan
nuevas variantes del virus.
«La falta de transparencia sobre el Covid es preocupante porque no
sabemos qué variantes están circulando allí en este momento y si esas variantes
son diferentes en términos de su respuesta a la vacunación», ha advertido el
virólogo australiano Dominic Dwyer, uno de los expertos que participó en el
viaje que la OMS organizó a Wuhan a principios de 2021 para investigar los
orígenes de la pandemia.
La respuesta internacional a la primera gran ola de contagios sin
control en China no ha hecho ninguna gracia en Pekín. El miércoles (28/12),
Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, acusó a los
países occidentales y a los medios de ‘exagerar’ y ‘distorsionar los ajustes de
la política de Covid de China’.
Además, señaló que las respuestas de todos los países deberían estar ‘basadas
en la ciencia’. Parece que a Wang se le ha olvidado todas las veces que salió a
la rueda de prensa de Pekín para avivar teorías nada científicas sobre que el
virus lo soltaron por Wuhan militares estadounidenses o que llegó a China a
través de productos congelados y paquetes importados de otros países.
El portavoz ha pedido que las medidas que están tomando los países sean
‘proporcionales’ y que ‘no afecten al intercambio normal entre personas’.
Retrocediendo apenas unos meses atrás, era el Gobierno chino el que había
dictado la orden de no aprobar solicitudes de emisión de nuevos pasaportes por
‘razones no esenciales’ como parte de la campaña de la política nacional de
Covid cero. Incluso a muchos nacionales con el pasaporte en vigor se les echaba
para atrás cuando estaban a punto de embarcar si trataban de salir con una visa
de turismo.
El Covid cero terminó de golpe y ahora Pekín demanda que el resto del
mundo abra los brazos a los viajeros chinos, quienes antes de la pandemia, en
2019, realizaron 155 millones de viajes dejando un gasto de 250.000 millones. O
lo que es lo mismo: el 20% de todo el gasto en turismo internacional, según la
Organización Mundial del Turismo.
Los medios chinos han explicado que se han disparado las búsquedas de
destinos en el extranjero en las principales páginas de viajes, como Trip.com y
Fliggy, desde que se anunció el levantamiento de las estrictas restricciones de
control fronterizo. Aunque los precios de los vuelos siguen por las nubes, un
60% más de media cada billete en comparación con los niveles previos a la
pandemia.
Japón fue el primero esta semana en anunciar que se limitarán los vuelos
hacia y desde China a partir del 30 de diciembre, además de pedir una PCR
negativa a todos los viajeros que procedan del vecino asiático. El viejo
requerimiento de la prueba también la va a recuperar Estados Unidos a partir de
enero.
El departamento de salud estadounidense acusó además a China de no
proporcionar datos ‘adecuados y transparentes’ sobre la situación de las
infecciones masivas que se están reportando. «Hay una creciente preocupación en
la comunidad internacional sobre los aumentos repentinos de Covid en China y la
falta de datos transparentes, incluidos los datos de secuencias genómicas
virales», dijeron.
Una preocupación que ya trasladó a Pekín hace unos días Tedros Adhanom
Ghebreyesus, director general de la OMS. «Para realizar una evaluación integral
de riesgos de la situación sobre el terreno, la OMS necesita información más
detallada sobre la gravedad de la enfermedad, los ingresos hospitalarios y los
requisitos de apoyo en la UCI», solicitó. A punto de cumplirse exactamente 3
años desde que la Covid fuera notificada por primera vez en Wuhan, el mundo
vuelve a mirar con temor a China. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario