Investigadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)
implementan una técnica que consiste en irradiar mosquitos machos para
volverlos estériles y, de esta manera, hacer que al copular con una hembra no
se reproduzcan para reducir la población de este insecto capaz de transmitir
enfermedades como el dengue, zika o chikungunya.
Aunque hay quienes aún se sorprenden, los mosquitos son los animales que
más muertes humanas provocan a nivel mundial al ser vectores capaces de
transmitir virus de distintas enfermedades.
Es por ello que se aplican y se desarrollan distintas estrategias como
la Técnica del Insecto Estéril (TIE), un método que consiste en la cría y
esterilización de los machos a través de radiación para su posterior liberación
en el ambiente y control de especies que puedan resultar dañinas.
En la Argentina esta técnica se aplica con éxito desde mediados de los
años 80 para el control de la mosca del Mediterráneo con el fin de proteger los
cultivos de frutas y hortalizas y desde hace unos años el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) promueve su desarrollo en distintos
países.
Así, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está avanzando en la
investigación del uso de la TIE en el mosquito Aedes aegypti que puede
transmitir el virus de dengue, zika y la fiebre chikungunya.
Tras una demora causada por los años más difíciles de la pandemia, el
proyecto se reactivó y vuelve a criar cepas de la especie Aedes aegypti de la
localidad bonaerense de Ezeiza y de la ciudad misionera de Posadas.
«Estos años estuvimos avanzando en la puesta a punto y en el escalado de
la cría en laboratorio», detalló la jefa del Departamento Aplicaciones
Agropecuarias de la CNEA, Mariana Malter Terrada.
A partir de los estudios, lograron definir la dosis óptima de radiación
Gamma, de 70 gray, que permite «lograr la esterilidad de los insectos sin
perjudicar su desempeño para que tengan un estado lo suficientemente bueno que
les permita competir con los machos de campo y copular con las hembras», indicó
Malter Terrada.
Controles
de esterilidad
Con esta dosis se llevaron a cabo controles de
esterilidad con cruzamientos entre hembras y machos irradiados y no irradiados
hasta obtener el porcentaje de huevos eclosionados (que sería cuando el insecto
nuevo sale del huevo), con un 99% de eclosión en la descendencia de machos
fértiles y un 0,74% en los machos esterilizados.
El proyecto de la CNEA, publicado por Cecilia Farré en el sitio CONFIAR,
también obtuvo buenos resultados en la primera liberación en su predio de
Ezeiza de 4.328 machos de la cepa presente en un barrio cercano y criados en el
laboratorio.
Los animales habían sido irradiados cuando se encontraban en estadio de
pupa (cuando dejaron de ser larvas y están por ser adultos) y luego marcados
con polvo fluorescente para su identificación y control. Los ejemplares fueron
recapturados en trampas ubicadas en círculos concéntricos de 50, 100 y 150
metros de radio.
Durante la prueba, los mosquitos adultos tuvieron una esperanza de vida
media de 4 días tras su liberación y una distancia media de vuelo de cerca de
los 104 metros, resultados que se encuentran dentro de los que obtuvieron otros
investigadores.
Además, esta información es relevante para el diseño de la liberación
piloto que se realizará en 2023 para estimar la eficacia de la aplicación de
esta herramienta.
Esperanza
de vida
«Si la esperanza de vida es cada 4 días, las
liberaciones tendrán que ser en función de ese lapso y si mi mosquito se mueve,
por ejemplo, 50 metros tengo que planificar mi liberación cada 50 metros o
menos», explicó la investigadora del Laboratorio de Control de Mosquitos
Marianela García Alba.
A estas pruebas se le suman los ensayos de competitividad que «se hacen
en jaulas grandes en las que se simula la densidad que habría en campo para
probar la cantidad de mosquitos estériles a liberar», agregó la bióloga.
El aumento de la competitividad de los insectos esterilizados se logra a
través de un mayor número de los que se encuentran en estado salvaje, por lo
que esta técnica requiere de una ‘liberación inundativa’.
Según García Alba, «vas a soltar más porque siempre van a ser menos
competitivos que los que están en campo porque los criaste en laboratorio, los
irradiaste, lo sacaste y los enfriaste para su manejo y traslado».
Las hembras de Aedes aegypti pueden transmitir virus que causan
enfermedades como el dengue, no así los machos. Ellas son las que pican ya que
necesitan sangre para la producción de huevos.
Durante el próximo año, las investigadoras tienen planificado ampliar el
laboratorio para lograr escalar la producción de mosquitos estériles con el
aporte de materiales del OIEA.
No es la primera vez que en la Argentina se utiliza la técnica del
insecto estéril: el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza
(ISCAMEN) empezó en 1985 a trabajar en el desarrollo de esta herramienta para
el control de la mosca del Mediterráneo.
Así, en 1991 se inauguró una bioplanta en Guaymallén para proteger los 4
oasis productivos mendocinos y en 2007 fue reemplazada por la Bioplanta Santa
Rosa que produce anualmente 15.000 millones de pupas estériles de la mosca de
la fruta de las cuales 13.500 millones se liberan en Mendoza, 1.100 en
Patagonia y el resto a otros países como Bolivia y Chile. La frecuencia de
liberación establecida es cada 3 días. BP
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