¿A veces sonríes y te
esfuerzas por mostrar que todo va bien, aunque por dentro te sientas
intranquilo, con el mundo pintado de tonos grises? En una situación así, muchos
se referirán a esos sentimientos -que aparecen en ellos o entre quienes les
rodean- como ‘depresión’, sin profundizar demasiado en ella ni tratar de entenderla.
Sin embargo, la palabra ‘depresión’ es un nombre en clave para una amplia gama
de problemas mentales.
Para tratarlos, primero es
importante entender a qué nos enfrentamos. La depresión clínica, también
conocida como depresión mayor, es una depresión importante y profunda que es
muy difícil de ignorar. Sus síntomas son complejos e incluyen, entre otras
cosas, trastornos del sueño, disminución del apetito, dificultades reales de funcionamiento,
disminución de la concentración y la memoria y, en algunos casos, incluso
desesperanza y pensamientos suicidas. La depresión mayor no deja mucho lugar a
dudas, pero ¿qué hacer cuando las dificultades mentales son más sutiles pero
siguen siendo agobiantes y muy frustrantes?
Hoy en día, muchas personas se
enfrentan a lo que se conoce como ‘depresión de alto funcionamiento’ o
distimia. A primera vista, los afectados pueden parecer normales y capaces de
mantener su trabajo, sus relaciones y su vida cotidiana. Sin embargo, en el
fondo, pueden sentirse vacíos, tristes y faltos de energía, algo que nada
parece poder mejorar. Alguien con distimia puede dar la impresión de que todo
va sobre ruedas, e incluso es capaz de sonreír y parecer que ‘sigue con su vida
como siempre’, pero por dentro puede estar desanimado, amargado y agotado.
Entonces, ¿cómo se trata la depresión que se oculta bajo una sonrisa y un
estilo de vida aparentemente corriente? Para empezar, es importante comprender
los signos más notables:
1. Búsqueda eterna de una
perfección inalcanzable
El perfeccionismo se considera
un rasgo bendito del que presumimos en las entrevistas de trabajo, pero las
personas con un deseo de perfección tienden a tener un mayor riesgo de
depresión de alto funcionamiento. Esto se debe a que estas personas se crean
unas expectativas imposiblemente altas, que el entorno y ellas mismas no pueden
cumplir. Este desfase acaba provocando un exceso de autocrítica, frustración,
resentimiento y baja autoestima.
2. Siempre sientes que quieres
escapar
¿No puedes dejar el tabaco o
tu bebida alcohólica favorita? ¿No puedes moverte para hacer nada que no sea
una larga siesta frente al televisor o el ordenador? ¿Todo lo que quieres
después de un día de trabajo es meterte en la cama y dormir? Uno de los signos
más destacados de la depresión de alto funcionamiento es la tendencia a
recurrir a hábitos que a veces se consideran de naturaleza destructiva. Al
refugiarnos en estos hábitos, no tendremos que movilizar demasiada energía ni
lidiar con los pensamientos que intentamos evitar.
3. Los sentimientos de placer
disminuyen
Tómese un momento para
reflexionar sobre cómo ha cambiado su vida en la última década: ¿había antes
más alegría y placer en su vida? Esto puede deberse a una depresión de alto
funcionamiento que nos hace perder el interés por actividades que antes nos
hacían sentir muy bien. Por eso, cuando la gente nos sugiere actividades
recreativas o nuevas aventuras, tenemos tendencia a rechazar la oferta y a
inventar excusas como “no tengo tiempo” o “he tenido un día duro en el trabajo”.
4. Preocupación e inquietud
constantes
Es importante tener en cuenta
que la ansiedad y la depresión están estrechamente relacionadas, y las personas
que padecen depresión de alto funcionamiento suelen experimentar pensamientos
intrusivos, inquietud, problemas para concentrarse y un mayor nivel de
irritabilidad. Esto puede llevar a una sensación de estar ‘al límite’ y de que
en cualquier momento pueden estallar.
5. Dificultad para tomar
decisiones
Las personas que sufren
depresión suelen tener dificultades para reunir la fuerza y la fortaleza mental
necesarias para tomar decisiones y afrontar los cambios. Incluso las tareas más
insignificantes pueden parecer abrumadoras, sobre todo cuando se trata de tomar
decisiones importantes sobre el futuro. Quienes padecen distimia pueden
llenarse de dudas sobre cualquier opción que elijan y centrarse en la
dificultad más que en el potencial de la decisión. Entonces, ¿cuál es la mejor
forma de tratar la depresión de alto funcionamiento?
¿Cómo se puede tratar la
depresión de alto funcionamiento?
Es esencial evaluar el propio
interior y aceptar la necesidad de una alteración. Entonces es posible
encontrar enfoques adecuados para mejorar la calidad de vida. La experiencia
clínica ha demostrado que la terapia psicodinámica o la terapia
cognitivo-conductual (TCC) son métodos eficaces para tratar la distimia. La TCC
puede ayudar a determinar qué procesos de pensamiento son defectuosos y cómo
ajustarlos, así como el comportamiento pertinente. En la terapia psicodinámica,
la atención se centra en establecer el origen de los problemas mentales que
conducen a la depresión, resolver desacuerdos internos, tomar conciencia de
diversos problemas y aprender a gestionarlos mejor. Otra opción para abordar
esta forma de depresión es el uso de antidepresivos recetados por un
psiquiatra. SF
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