Dormir bien puede contribuir a mejorar la salud
cardiaca y general, e incluso a alargar la vida, asegura un nuevo estudio
presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología.
El trabajo ha descubierto que los jóvenes con buenos hábitos de sueño tienen
cada vez menos probabilidades de morir prematuramente. Además, los datos
sugieren que alrededor del 8% de las muertes por cualquier causa podrían
atribuirse a patrones de sueño deficientes.
«Vimos
una clara relación dosis-respuesta, de modo que cuantos más factores
beneficiosos tiene una persona en cuanto a una mayor calidad del sueño, menor
es también la mortalidad por cualquier causa y la mortalidad cardiovascular»,
señaló el Dr. Frank Qian, del Centro Médico Beth Israel Deaconess (EEUU).
«Estos resultados ponen de relieve que no basta con dormir las horas
suficientes, también hay que tener un sueño reparador».
El
Dr. Qian y equipo incluyeron datos de 172.321 personas (edad promedio de 50 años
y 54% mujeres) que participaron una encuesta es realizada cada año por los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el Centro
Nacional de Estadísticas de Salud de EEUU para evaluar la salud de la población
estadounidense e incluye preguntas sobre el sueño y los hábitos de sueño.
Los
investigadores evaluaron cinco factores diferentes de la calidad del sueño
utilizando una puntuación de sueño de bajo riesgo que crearon basándose en las
respuestas recogidas como parte de la encuesta.
Los
factores incluían: 1) duración
ideal del sueño de 7 a 8 horas por noche; 2) dificultad
para conciliar el sueño no más de 2 veces por semana; 3) dificultad para permanecer dormido no más de 2
veces por semana; 4) no utilizar medicación para
dormir; y 5) sentirse bien descansado tras despertarse
al menos 5 días por semana.
A
cada factor se le asignó 0 o 1 punto, hasta un máximo de 5 puntos, que indicaba
la máxima calidad del sueño.
«Las
personas que tienen todos estos comportamientos de sueño ideales, presentan más
probabilidades de vivir más tiempo -señaló el Dr. Qian-. Así que si podemos
mejorar el sueño en general e identificar los trastornos del sueño podríamos
prevenir parte de esta mortalidad prematura».
Entre
los hombres y las mujeres que declararon tener las 5 medidas de calidad del
sueño (una puntuación de 5), la esperanza de vida era 4,7 años mayor para los
hombres y 2,4 años mayor para las mujeres, en comparación con los que no tenían
ninguno o sólo uno de los cinco elementos favorables del sueño de bajo riesgo.
«Es
importante que los jóvenes comprendan que muchos comportamientos saludables son
acumulativos a lo largo del tiempo. Igual que nos gusta decir que nunca es
demasiado tarde para hacer ejercicio o dejar de fumar, nunca es demasiado
pronto. Y deberíamos hablar del sueño y evaluarlo más a menudo», dijo el
especialista.
Los
investigadores reconocieron que una limitación del estudio es que los hábitos
de sueño fueron autoinformados y no medidos ni verificados objetivamente.
Además, tampoco hubo información disponible sobre los tipos de somníferos o
medicamentos utilizados o con qué frecuencia o durante cuánto tiempo los
utilizaron los participantes. BP
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