Desde hace décadas, los programas de computación han
ayudado a las personas a facilitar el trabajo: resolviendo ecuaciones
complejas, archivando audios, textos y videos, reorganizando información y mostrando conclusiones del análisis de estos datos.
¿Pero qué ocurriría si el desarrollo de la
inteligencia artificial permitiera que nuevos programas prácticamente hablen el
mismo lenguaje de un paciente y, es más, puedan diagnosticarlo?
Esta pregunta
está ahora en el ojo público luego del lanzamiento en noviembre de 2022
de ChatGPT, un programa de computación —conocido como chatbot— diseñado para simular y procesar una conversación con
usuarios humanos, especialmente a través de internet. ChatGPT es el más
nuevo de estos programas, que tiene, dicen, el potencial de realizar
diagnósticos médicos.
Los
dispositivos y programas para uso de salud no son algo nuevo. De hecho, son
populares desde hace tiempo las aplicaciones de celulares que controlan síntomas, alertan si suben, por ejemplo, los niveles de
glucosa o el ritmo cardíaco, e indican los pasos a seguir para
revertir estas crisis.
Pero estos
nuevos desarrollos informáticos tienen una capacidad que está poniéndole a muchos la piel de gallina: son más interactivos, no son como las voces automatizadas de los
servicios al cliente 1-800 que no entienden de acentos y solo piden algunos
datos para responder preguntas básicas o dirigir al cliente a la división
correcta.
Este chatbot
tiene una naturaleza interactiva más perfecta, dialoga con el paciente, y su
algoritmo podría barajar los datos provenientes de los signos y síntomas, y llegar eventualmente a establecer un
diagnóstico.
Algunos ven
esto como una posible herramienta complementaria para los profesionales de la
atención de salud, minimizando el riesgo de diagnósticos equivocados, una
realidad en el 10 a 15% de los casos clínicos.
Sin embargo,
otros alertan sobre el riesgo de que un algoritmo informático almacene la
información de un paciente, la ‘digiera’ y elabore un diagnóstico.
Entre varias cosas cuestionan la capacidad de estos
programas de estar ‘libres de prejuicio’.
Por ejemplo,
aquellos que se basan en el uso del lenguaje, ¿podrían reconocer matices,
acentos? ¿Alcanzaría un algoritmo a cubrir la diversidad de la lengua?
En un nuevo
estudio, investigadores usaron herramientas avanzadas de aprendizaje
automático y de procesamiento del lenguaje natural para evaluar los patrones de
habla de 206 personas. La meta era comparar los patrones lingüísticos con
imágenes del cerebro, para determinar el riesgo de Alzheimer.
Expertos se
preguntan si la precisión de estos programas es tan perfecta para captar
matices del lenguaje; en otras palabras si son confiables para un
diagnóstico.
Entre los posibles usos
de esta tecnología, están:
Secretario virtual. Utilizar el
ChatGPT como un secretario del médico, que ayude al paciente a programar sus
citas, que le recuerde sobre sus medicamentos. Un asistente virtual que incluso
ayude de manera remota con los procesos de salud que el paciente debe realizar
en el hogar.
Consejero y diccionario. La memoria
de este programa puede ser infinita. Por lo tanto, podría
ayudar en tiempo real con los diagnósticos, por ejemplo recordando otros casos
que sean antecedentes médicos del caso que se está analizando, o las
medicaciones y tratamientos adecuados para la afección diagnosticada.
Registro de casos en brotes. Este uso en
salud pública podría ayudar a recopilar información sobre casos en un brote específico, almacenarlos y
analizarlos.
Telemedicina en salud mental. El
ChatGPT podría actuar remotamente, ayudando a la persona con estrategias
para entender y confrontar afecciones de salud mental.
En una ‘entrevista’
publicada en Psychiatric Times, un reportero de carne y hueso entrevistó a
ChatGPT y cuando se le preguntó sobre sus conocimientos en el campo de la salud
mental, el mismo ChatGPT aclara que: “Como modelo de lenguaje de IA, mi
formación en los campos de la psiquiatría, la psicología y la salud mental se
basa en los datos con los que he sido formado. Fui entrenado en un gran corpus
de datos, que incluye una gran cantidad de información relacionada con estos
campos. Estos datos de texto incluyen artículos de investigación, libros de
texto, foros en línea, redes sociales y otras fuentes de información
relacionadas con la psiquiatría, la psicología y la salud mental...”
Y siguió
diciendo: “Durante mi formación, estuve expuesto a una variedad de patrones
lingüísticos, matices lingüísticos y conocimientos específicos de dominio
relacionados con estos campos. Esto me permite comprender y responder preguntas
relacionadas con la salud mental y el bienestar con un alto grado de precisión
y relevancia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que mis respuestas se
generan en función de los patrones y tendencias que se encuentran en los datos
de texto en los que me capacitaron, y es posible que no siempre coincidan
perfectamente con situaciones o casos individuales”. HD
No hay comentarios.:
Publicar un comentario