No resulta
fácil recibir una corrección. Por ejemplo, cuando alguien nos dice, con una
sinceridad sorprendente, que vivimos de modo egoísta, o que no mostramos
sensibilidad para con los otros, o que estamos perdiendo muchísimo tiempo en
Internet.
Pero cuando
descubrimos que una corrección nace del cariño e interés que el otro tiene por
nosotros; cuando constatamos que necesitábamos esa corrección para romper con
un vicio y para mejorar, entonces la acogemos con alegría.
Porque es
sumamente triste que los demás nos abandonen a nuestra suerte, con excusas del
tipo: “ya es mayor de edad”; “no es para tanto”; “no hay que meterse en la vida
de otros”; “se va a molestar, mejor seguir como amigos”.
Esas excusas
impiden a muchos emprender a esa aventura difícil de ofrecer correcciones
buenas, de ayudar a quien necesita un empujón oportuno para darse cuenta de un
problema concreto y para iniciar un camino de cambios profundos.
Pero cuando un
familiar preocupado por nuestro bien, un amigo valiente que desea ayudarnos,
rompen con su miedo y se lanzan a la sana corrección, recibimos una ayuda que
puede ser decisiva en algunos momentos de nuestra vida.
Ser corregido y
dejarse corregir: quizá experimentamos algo de dolor, vergüenza, sobre todo
ante ciertos temas más personales. Pero también resulta bello constatar que
alguien nos encara para que tomemos conciencia de esa mala costumbre que nos
daña y que hiere a otros.
El que mejor
sabe corregir, porque ama mucho, es Dios. Porque es Padre, porque busca que
dejemos el egoísmo, porque desea que amemos, nos corrige de maneras
sorprendentes, sobre todo gracias a su Palabra y a los consejos de tantos
hermanos que nos aman.
Cuando llegue
el momento de ser corregido, con humildad y gratitud podremos acoger la
invitación de quien me pide un cambio radical en mi vida. Entonces será más
fácil convertirme, pedir perdón a Dios y a los hermanos, e iniciar el camino
que conduce al amor verdadero... FP
NO TENGAMOS MIEDO DE NUESTROS ERRORES MEJOR PIDAMOSLE A NUESTRO PADRE DIOS Y A NUESTRA AMADISIMA MADRE SANTÍSIMA QUE SEAMOS HUMILDES GENEROSOS Y QUE SI ESTAMOS EN UN ERROR Y NUESTRO PRÓJIMO O ALGÚN FAMILIAR AMIGO O QUIEN TE QUIERA DAR UN CONSEJO O TE QUIERA HACER RECONOCER TU ERROR TU LO ACEPTES Y RECUERDA QUE ESA PERSONITA QUE TE LO ESTA DICIENDO ES NUESTRO DIVINO PADRE PERO TE LO MANDA DECIR CON UN ANGEL AL QUE EL ESCOGIÓ PORQUE LE TIENE MUCHA CONFIANZA Y EL SABE QUE TU LO ESCUCHARAS Y EL TE HARA HACER RECONOCER EN EL ERROR QUE QUIZÁS TU TENÍAS Y NO TE HABÍAS DADO CUENTA DE DICHO ERROR. AMÉN ASÍ SEA AMÉN 🙏 AMÉN 🙏.
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