Como católicos,
junto con toda la Iglesia: “Cuando anuncia, celebra y actúa en la caridad,
tiende a promover el desarrollo integral del hombre”. (Caritas in Veritas No. 11)
El Desarrollo
Integral no se agota en actividades de asistencia o educación, sino que
manifiesta toda su propia capacidad de servicio a la promoción del hombre y la
fraternidad universal cuando puede contar con un régimen de libertad.
La Caritas in
veritate sigue afirmando: “El auténtico desarrollo del hombre concierne de
manera unitaria a la totalidad de la persona en todas sus dimensiones”.
El hombre no se
desarrolla únicamente con sus propias fuerzas, así como no se le puede dar sin
más el desarrollo desde fuera. En realidad, las instituciones por sí solas no
bastan, porque el desarrollo humano integral es ante todo vocación y, por
tanto, comporta que se asuman libre y solidariamente responsabilidades por
parte de todos.
Este desarrollo
exige además una visión trascendente de la persona, necesita a Dios: sin Él, o
se niega el desarrollo, o se le deja únicamente en manos del hombre, que cede a
la presunción de la auto-salvación y termina por promover un desarrollo
deshumanizado.
Por lo demás,
sólo el encuentro con Dios permite no «ver siempre en el prójimo solamente al
otro», sino reconocer en él la imagen divina, llegando así a descubrir
verdaderamente al otro y a madurar un amor que «es ocuparse del otro y
preocuparse por el otro» (Caritas in
Veritate).
El desarrollo
integral, entendido como proceso dinámico por el cual cada persona, toda la
persona y todas las personas pasan de condiciones de vida menos humanas a
condiciones cada vez más humanas, justas e igualitarias, supone una determinada
concepción de persona humana y de sociedad:
La persona como
ser perfectible y la sociedad constituida sobre el fundamento de la
interdependencia o la solidaridad, como expresión de la naturaleza social del
ser humano. No tiene límite ni punto de llegada, pues siempre hay algo más en
su horizonte, siempre hay algo nuevo por hacer florecer o perfeccionar en toda
persona y en toda comunidad. Este perfeccionamiento es fundamentalmente
crecimiento en el ser y en segundo lugar, en el tener o en el saber.
Hoy,
crecimiento en el ser se entiende como mayor conciencia de la propia dignidad y
de los derechos y deberes humanos. El desarrollo no se reduce al simple
crecimiento económico, pues para ser auténtico, debe ser integral, es decir,
promover a cada hombre, a todos los hombres y a todo el hombre (Cfr. Populorum Progressio 14).
El Desarrollo
Integral del ser humano implica cada una de sus dimensiones: cuerpo y
alma, y espíritu. Para efectos de esta conferencia y desde una visión
integral de la persona, el Desarrrollo integral implica formar y educar a la
persona en cada una de sus dimensiones y áreas. HdelCD
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