Las
cataratas son la primera causa de ceguera no infecciosa en el mundo, pero
existen muchas más, sobre todo ligadas a condiciones socioeconómicas
regionales. Veamos qué puede provocar pérdida de visión.
La
ceguera es un problema grave a nivel social y sanitario. La OMS estima que
2.200 millones de personas en todo el mundo viven con algún tipo de
discapacidad visual y, además, la mitad de los casos se podrían evitar o
retrasar con el tratamiento pertinente.
La
mayoría de pacientes con pérdidas de visión graves son personas adultas y
ancianas, pero este grupo de patologías pueden aparecer a todas las edades y en
todo el espectro de géneros, grupos étnicos y asociaciones poblacionales. Sin
ir más lejos, 153 millones de pacientes en el mundo padecen de discapacidad
visual por errores de refracción no corregidos, es decir, miopía, hipermetropía
o astigmatismo. Esta cifra no hará más que aumentar pues, según estudios, hasta
la mitad de la población global será miope para el año 2050.
En
base a todas estas cifras, vemos necesario informar a la población sobre los
agentes causales de la pérdida de visión. Algunos de ellos son inevitables,
pero otros se pueden corregir o frenar si se detectan a tiempo. Por ello, hoy
te presentamos las 5 causas de ceguera más prevalentes a nivel global.
¿Cuáles son las causas de
ceguera en el mundo?
La
ceguera se define como una discapacidad sensorial que consiste en la pérdida
parcial o total del sentido de la vista. El sistema visual abarca 3 partes
distintas en concepto, pero indivisibles en la práctica: órganos periféricos
(globos oculares y asociados), nervio óptico y centro visual del córtex
cerebral. Si cualquiera de ellos falla, se pierde en mayor o menor medida la
capacidad visual y, si esta afecta a ambos ojos, el paciente pierde el 80% de
sus habilidades para responder al ambiente.
Así
es: la vista es responsable de casi todas nuestras respuestas ante los cambios
y variaciones constantes que nos rodean. Por tanto, no es de extrañar que en
los idiomas occidentales hasta el 70% de las palabras estén relacionadas con la
visión (ver, mirar, observar, ojear, leer, etc.). Desde la conversación y
transmisión de información verbal hasta la reacción ante un peligro inminente,
nuestros ojos nos permiten ‘ser’ a nivel de especie y sociedad.
Todos
estos datos evidencian que vivir sin el sentido de la vista es posible, pero
extremadamente difícil. A continuación, te presentamos algunas de las
enfermedades que imposibilitan la vista a corto y largo plazo en el mundo. No
te lo pierdas.
1. Cataratas
Las
cataratas se definen como una opacidad parcial o total del cristalino, cuyo
propósito general es permitir el enfoque de objetos situados a diferentes
distancias en el plano tridimensional. El 71% de las personas del mundo sufren
cataratas a partir de los 70 años de edad, así que podemos afirmar sin duda que
esta afección es la causa principal de ceguera no infecciosa en todo el
planeta.
Cuando
un paciente tiene cataratas, el cristalino se nubla, así que su visión general
se mostrará ‘empañada o empolvada’. La mayoría de estos cuadros clínicos se
desarrollan lentamente con la edad y, como resultado, es probable que el
individuo no perciba la pérdida gradual de visión hasta que esta es muy obvia.
De todas formas, este evento clínico también se puede ver propiciado por un
traumatismo directo, tras el cual se evidencia de forma obvia la falta de
visión.
Se
calcula que el 90% de las personas ciegas en el mundo viven en países con
economías emergentes y el 80% de ellas son mayores de 50 años, así que
claramente esta condición está ligada a la edad y las condiciones
socioeconómicas personales. De todas formas, la diabetes, el tabaquismo, la
exposición a la luz ultravioleta y otros eventos dañinos pueden acelerar el
proceso o fomentar su aparición.
Más
allá de todos los condicionantes exógenos citados, el tiempo es el principal
factor de riesgo: las células del cristalino van perdiendo organización a nivel
del citoesqueleto y, además, sintetizan cuerpos densos y vacuolas que
dificultan mucho la visión, debido a la pérdida de transparencia.
Esta
patología solo se puede abordar con cirugía, mediante el uso de láseres que
permiten el vaciado del cristalino opacificado. Tras ello, se introduce una
lente intraocular que permitirá al paciente recuperar la visión en mayor o
menor medida, en muchos casos revirtiendo la situación casi hasta un marco de
normalidad.
2. Glaucoma
El
glaucoma se caracteriza generalmente por el aumento patológico de la presión
intraocular. Los seres humanos presentamos en los ojos una sustancia fluida que
se conoce como humor acuoso, situado entre las cámaras anterior y posterior del
ojo, cuya función es brindar nutrientes y sustancias a las capas que no se ven
irrigadas directamente por capilares sanguíneos. Si este líquido no drena bien
y se acumula, se produce un aumento de la presión intraocular, lo que favorece
la aparición del temido glaucoma.
El
glaucoma puede ser de ángulo cerrado o abierto, siendo la segunda variante la
más común y silenciosa (más del 60% de los casos). La prevalencia se sitúa en
torno al 2 y 4% de la población general con más de 40 años, lo que convierte a
esta patología en la segunda causa de ceguera en todo el mundo.
A
medida que la presión intraocular daña al nervio óptico, el paciente va
perdiendo visión de forma lenta y progresiva. Con frecuencia, en el glaucoma de
ángulo abierto no hay síntomas ni dolores, así que se conoce con razón a la
patología como ‘la ladrona de visión silenciosa’. Cabe destacar que se puede
evitar su avance hacia la ceguera con diversos tratamientos y cirugías, pero,
una vez se producen los daños en el nervio, el porcentaje de agudeza visual
perdido no se puede recuperar de ninguna forma.
3. Oncocercosis
Entramos
en terrenos patológicos muy desconocidos para la mayoría de habitantes en
países occidentales, pero que castigan duramente a las regiones de bajo
ingreso. El causante de esta enfermedad es el nematodo Onchocerca volvulus, que
utiliza como vehículo a varias especies de moscas negras. La infestación de
estos parásitos provoca dermatitis, atopia de la piel y queratitis (inflamación
de la córnea) que, en los casos graves, puede traducirse en una ceguera
permanente.
En
las infecciones crónicas, con el tiempo, la córnea infectada e inflamada puede
volverse opaca, lo que favorece una pérdida drástica de visión en el paciente.
El 99% de los afectados por esta patología se encuentran localizados en África,
pero esto no evita que las cifras sean extremadamente preocupantes: 18 millones
de personas están infectadas en cualquier momento y lugar dado, 270.000 de
ellas con ceguera irreversible. Debido a estos datos, la oncocercosis es la
primera causa de ceguera en muchas regiones africanas.
4. Tracoma
Alrededor
de 2 millones de personas presentan una pérdida parcial o total de visión por
el tracoma, una infección bacteriana por parte de Chlamydia trachomatis, que
afecta a los ojos. Según la OMS, 450.000 personas quedan ciegas anualmente por
este patógeno, lo que convierte al tracoma en la causa de ceguera infecciosa
más importante en todo el mundo.
Esta
patología es contagiosa y se propaga a través de secreciones y esputos emitidos
por las personas infectadas. Todo comienza con una inflamación folicular del
ojo, lo que provoca cambios en el párpado superior. Si la infección se repite
de forma prolongada, el párpado se deforma, lo que hace que las pestañas se
inviertan (triquiasis) y raspen la córnea del ojo, causando daños irreversibles
a largo plazo.
En
las primeras etapas, los antibióticos suelen ser suficientes para evitar el
empeoramiento del cuadro clínico. Cuando ya se ha producido afectación corneal,
la cirugía de rotación palpebral o el trasplante de córnea pueden ayudar al
paciente a recuperar la visión. Por desgracia, como el 85% de los infectados
están situados en África, a muchos se les niega cualquier tipo de abordaje
clínico y sufren pérdidas de visión completamente prevenibles.
5. Errores refractivos sin
corregir
Alrededor
de 124 millones de personas en todo el mundo presentan errores refractivos sin
corregir, es decir, miopía, hipermetropía o astigmatismo. Con unas gafas o unas
lentillas sería suficiente para que estos pacientes recuperaran la visión, pero
como podrás imaginar, la condición socioeconómica en ciertas regiones del mundo
imposibilita una tarea tan sencilla como conseguir unas gafas.
Resumen
Como
habrás podido observar, en este mundo, la vista es cuestión de privilegio. En
un país de alto ingreso una persona puede tratarse las cataratas, comprarse
unas gafas si es miope, evitar la progresión del glaucoma y acabar con el
tracoma con unas sencillas dosis de antibióticos orales. Además, los habitantes
de los países industrializados en zonas frías no tienen ni que preocuparse de
la oncocercosis, ya que el 99% de los infectados están en África.
Por
desgracia, la realidad en los países de bajo ingreso es mucho más cruel. Algo
tan sencillo como un par de gafas o un antibiótico son imposibles de conseguir
en los países más pobres del mundo y, por tanto, una infección o un error
refractivo completamente tratables se pueden convertir en una ceguera irreversible
con el tiempo. Sin duda, tenemos suerte de poder ver, pues está claro que las
probabilidades de hacerlo dependen del lugar de nacimiento y las condiciones
socioeconómicas.
Y
como siempre aconsejamos, ante la menor duda, consulte a su oftalmólogo de confianza.
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