Le
pregunté sorprendido:
¿A
dónde las envías?
No
es necesario hacerlo. Él las lee mientras escribo.
¿Y
Él te responde?
Dios
siempre responde. Además le gusta saber que lo amamos. ¿Acaso no conoces el
salmo 53? Dice así: “Se asoma Dios desde el cielo, mira a los hijos de Adán,
para ver si hay alguno que valga, alguien que busque a Dios”.
Buscamos
a Dios y Dios nos busca a nosotros.
Como
el Padre que espera ansioso la llegada de sus hijos.
No
he dejado de pensar en sus palabras. Un Dios Padre, bueno y generoso, que
anhela ser amado por sus hijos.
Por
eso, esta noche le escribiré a Dios, mi Padre Celestial. Le contaré mis cosas,
sabiendo que me escucha atento y que leerá emocionado mi carta. CC
No hay comentarios.:
Publicar un comentario