Retener las ganas de orinar es
un hábito más común de lo que parece. Muchas personas, ya sea por comodidad,
falta de tiempo o simplemente por no tener un baño cercano, optan por
«aguantar» cuando sienten la necesidad de ir al baño. Sin embargo, esta
práctica aparentemente inofensiva puede tener consecuencias negativas para la
salud del sistema urinario, incluyendo el aumento del riesgo de desarrollar
incontinencia urinaria.
¿Qué es la incontinencia
urinaria?
La incontinencia urinaria es
la pérdida involuntaria de orina. Puede manifestarse de diferentes formas,
desde pequeñas fugas al toser o reír, hasta la incapacidad total de retener la
orina. Este problema afecta a personas de todas las edades, aunque es más común
en mujeres y en personas mayores.
¿Cómo afecta retener la orina
al sistema urinario?
El acto de retener la orina de
forma frecuente puede tener varios efectos negativos en el sistema urinario:
·
Debilitamiento de los músculos pélvicos. La vejiga es un músculo que se
expande y contrae para almacenar y expulsar la orina. Si se fuerza a retener
grandes cantidades de orina de manera constante, los músculos del suelo pélvico
y el esfínter uretral pueden debilitarse, lo que dificulta el control
voluntario de la orina.
·
Sobreestiramiento de la vejiga. Al mantener la vejiga llena por largos
periodos, sus paredes pueden estirarse excesivamente, reduciendo su capacidad
para contraerse adecuadamente y vaciarse por completo. Esto puede llevar a una
sensación de urgencia o a fugas accidentales.
·
Aumento del riesgo de infecciones urinarias. Al no vaciar la vejiga con
regularidad, las bacterias tienen más tiempo para multiplicarse, aumentando el
riesgo de infecciones del tracto urinario (ITU).
·
Impacto en los nervios de la vejiga. Retener la orina con frecuencia
puede interferir con las señales nerviosas que indican la necesidad de orinar,
causando problemas para reconocer cuándo es el momento adecuado de ir al baño.
Relación entre la retención de
orina y la incontinencia urinaria
El debilitamiento de los
músculos pélvicos y la pérdida de elasticidad de la vejiga pueden conducir a
diferentes tipos de incontinencia urinaria:
·
Incontinencia de esfuerzo. Se produce al toser, reír, estornudar o
realizar actividades físicas que aumentan la presión abdominal.
·
Incontinencia de urgencia. Una necesidad repentina e intensa de orinar,
a menudo sin tiempo suficiente para llegar al baño.
·
Incontinencia mixta. Una combinación de los tipos anteriores.
Consejos para mantener una
vejiga saludable
1. No ignores las señales de
tu cuerpo. Acude al baño cuando sientas la necesidad de orinar, en lugar de
aguantar hasta el último momento.
2. Establece un horario
regular. Orina cada 3 a 4 horas, incluso si no sientes una necesidad urgente.
3. Fortalece el suelo pélvico.
Realiza ejercicios de Kegel para mejorar el control de los músculos pélvicos.
4. Mantente hidratado. Beber
suficiente agua ayuda a mantener el sistema urinario saludable y reduce el
riesgo de infecciones
5. Consulta a un profesional
de la salud. Si experimentas síntomas de incontinencia, es importante hablar
con un médico o un especialista en urología.
Conclusión
Retener las ganas de orinar no
solo puede ser incómodo, sino también perjudicial para la salud urinaria.
Aunque hacerlo ocasionalmente no suele causar problemas graves, convertirlo en
un hábito puede llevar al debilitamiento de los músculos pélvicos, afectar la
función de la vejiga y favorecer la aparición de incontinencia urinaria. Cuidar
de la salud del sistema urinario implica escuchar al cuerpo y adoptar hábitos
que promuevan el buen funcionamiento de la vejiga.
¿Tienes dudas sobre cómo
cuidar tu salud urinaria? ¡Consulta con un profesional para recibir orientación
personalizada y prevenir problemas a largo plazo! BP
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