Aleluya es una de las palabras que más se repiten en tiempo
de Pascua. No es ni siquiera una palabra castellana. ¿Qué significa? Significa
alegría, y encierra todo lo que deben de vivir los cristianos en ese período después
de la Semana Santa.
Todo debe ser alegría, debe ser un aleluya permanente. Ahora,
conviene preguntarnos: ¿Cuántos de esos cristianos que dicen aleluya, viven
interiormente una vida verdaderamente alegre y feliz? ¿Cuántos de veras han
resucitado? Porque resucitar significa tener certezas. Haber arrancado las
dudas de la vida. Haber convertido los problemas en soluciones. Significa
resucitar también, el tener una honda, profunda felicidad.
¿Cuántos de veras son felices? ¿Cuántos tienen rostro y alma
y vida de felicidad, de resucitados?
Resucitar significa salir del sepulcro de la tristeza, del
pecado, del pesimismo, del desaliento.
Muchos aleluyas por el aire. Muchos aleluyas en las iglesias.
¿Cuánto aleluya, cuánta felicidad, cuánta resurrección hay de verdad en los
corazones de los hombres?
La religión católica produce cientos de aburridos que no la
toman en serio, y miles de felices que la viven en plenitud. MdeB
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