30 de noviembre - Día de la Lucha contra los
Trastornos de Conductas Alimentarias
Argentina sigue siendo el segundo país en cantidad de
casos de trastornos de conducta alimentaria y más de un 30% de personas con
sobrepeso y obesidad sufren de atracones.
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) es un
desorden en los hábitos alimentarios, y se puede manifestar como bulimia,
anorexia o atracones. Se conoce como atracón el momento en que la persona
ingiere grandes cantidades de alimentos de manera rápida, sin tener hambre y a
escondidas.
Desde la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la
Anorexia (Aluba), alertan sobre la salud, principalmente de las mujeres ya que
el 70% no está conforme con su cuerpo y el 60% quiere adelgazar. Desde la
asociación advierten que las redes sociales y la industria de la moda afecta
considerablemente en los trastornos de conducta alimentaria.
Los factores predisponentes en un TCA son aquellos
que generan una vulnerabilidad en la persona; volviéndola más sensible a
padecer dicha enfermedad. Las redes sociales generan múltiples prejuicios e
ideales falsos de belleza, que afectan sobre todo a los adolescentes. Esto se
debe a que, además de ser los principales consumidores de las redes sociales,
los jóvenes se encuentran en un período crítico, donde forman su identidad.
«Imponer modelos físicos idealizados y ocultar los
‘defectos’ de nuestra belleza natural con ediciones y filtros, da a entender
que lo que se muestra es una meta sana y alcanzable, cuando en realidad no hace
más que reforzar vicios y alimentar obsesiones que, si bien al principio
aparentan ser inofensivas, tienen consecuencias reales y dañinas» alertan desde
la asociación.
Los TCA afectan a 70 millones de personas en todo
el mundo y tienen la tasa de mortalidad más alta de cualquier enfermedad
mental.
Es importante conocer las manifestaciones de estos
trastornos. Algunas de ellas son: la preocupación extrema por la alimentación;
sentimiento de culpa luego de comer; ingerir de manera descontrolada; verse con
sobrepeso, aun cuando se tiene un bajo peso; cambios frecuentes de carácter y
aislamiento, realizar actividad física de manera excesiva, esconder el cuerpo.
Antes que sea reconocido como una patología en sí
misma, el atracón podría confundirse con la bulimia nerviosa, ya que comparten
la ingesta de alimentos de manera compulsiva. La diferencia sustancial es que
en los atracones no hay una posterior conducta compensatoria como vómitos o
abuso de laxantes.
Usualmente, los factores que pueden generar los
atracones son baja autoestima, existencia de conflictos interpersonales, poco
reconocimiento de afectos, y también hay una tendencia a que los atracones
tengan mayor incidencia en las personas que se someten a dietas restrictivas.
«Me diagnosticaron obesidad a los 6 años, por lo
que durante toda mi infancia y adolescencia sufrí de bullying escolar y fui
sometida a diferentes dietas y otros tratamientos ridículos para intentar bajar
de peso. Los atracones es algo con lo que aún hoy en día tengo que lidiar, pero
que fui controlando con tratamiento psicológico, educación nutricional y
trabajo interno», contó Inti David, autora del libro ‘Veggies al Poder’ donde
además de compartir recetas, cuenta su historia de cambios de hábitos
alimentarios.
Inti es vegetariana de nacimiento por decisión de
sus padres y fue diagnosticada con obesidad mórbida a los 6 años. En 2015 se
realizó una cirugía bariátrica que la llevó a descender algo de peso, pero como
sus conductas alimentarias no fueron tratadas de manera integral, tuvo un
efecto rebote que la llevó a pesar 160 kilos. Años más tarde y con ayuda
profesional, logró bajar más de 90 kilos.
El tratamiento recomendado para este trastorno por
atracones es una combinación de terapia psicológica, educación alimentaria,
supervisión clínica y en algunas ocasiones, también se acompaña con medicación.
La Lic. Anabel Luases, psicóloga, explicó que cada persona es particular y cada
tratamiento es diferente, pero es fundamental que cada paciente se sienta
acompañado por su círculo íntimo, que tanto el paciente como su familia puedan
reconocer al trastorno como tal y se aborde de manera integral. No sirve de
nada someterse a cirugías bariátricas u otros tratamientos invasivos si el
paciente no está concientizado a cambiar sus hábitos alimentarios.
Según la especialista, los pacientes con TCA
muestran ansiedad, siendo este factor el que generalmente, desencadena la
acción compulsiva. También deberá evaluarse la presencia de otras patologías
que pueden estar asociadas al TCA, por lo que es muy importante realizar un
diagnóstico preciso en cada caso. Estas patologías deben ser tratadas de manera
integral con una terapia psicológica y en algunos casos con alguna medicación,
pero se evaluará dependiendo del caso qué es lo más recomendable.
15
señales de alerta que pueden indicar la presencia de un trastorno de la
alimentación:
1. Adoptar una dieta vegetariana demasiado
restrictiva
2. Omitir comidas o poner excusas para no comer
3. Prepararse los alimentos, en lugar de comer lo
que la familia come
4. Alejarse de las actividades sociales normales
5. Preocuparse o quejarse continuamente por estar
gordo y hablar sobre cómo bajar de peso
6. Mirarse con frecuencia al espejo para ver los
defectos que se perciben
7. Comer reiteradamente grandes cantidades de
dulces o de alimentos con alto contenido de grasas
8. Tomar suplementos dietéticos, laxantes o
productos herbarios para bajar de peso
9. Ejercitarse en exceso
10. Tener callosidades en los nudillos por
provocarse los vómitos
11. Tener problemas de pérdida del esmalte dental,
un posible signo de vómitos reiterados
12. Ir al baño durante las comidas
13. Durante una comida o refrigerio, comer una
cantidad mucho mayor de lo que se considera normal
14. Expresar depresión, enojo, vergüenza o culpa
respecto de los hábitos de alimentación
15. Comer a escondidas. BP
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