El virus
que causa Covid-19 no deja de dar malas noticias. Se sabe que haber tenido la
infección se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y ahora
un gran estudio realizado en más de 160.000 personas advierte que estos riesgos
no solo son a corto plazo, sino que se mantienen incluso hasta 18 meses
después.
Según este
trabajo que se publica en Cardiovascular Research, en comparación
con las personas no infectadas, la probabilidad de que los pacientes con
Covid-19 mueran es de hasta un 81 veces mayor en las primeras 3 semanas de
infección y se mantiene hasta 5 veces mayor hasta 18 meses después.
«Los
pacientes con Covid-19 tenían más probabilidades de desarrollar numerosas
afecciones cardiovasculares -infarto de miocardio, enfermedad coronaria,
insuficiencia cardíaca y trombosis venosa profunda- en comparación con los
participantes no infectados, lo que puede haber contribuido a su mayor riesgo
de muerte», advierte el autor del estudio, Ian CK Wong, de la Universidad de
Hong Kong (China).
«Los
hallazgos nos muestran que los pacientes con Covid-19 deben ser monitorizados
durante al menos un año después de recuperarse de la enfermedad aguda para
diagnosticar las complicaciones cardiovasculares de la infección».
La
investigación ha comprado la aparición de eventos cardiovasculares y la muerte
en personas infectadas y no infectadas reclutadas antes de diciembre de 2020,
cuando no había vacunas disponibles en el Reino Unido. Más de 7.500 pacientes
con infección por Covid-19 diagnosticados entre el 16 de marzo de 2020 y el 30
de noviembre de 2020 fueron identificados por el Biobanco del Reino Unido. Cada
paciente se emparejó con hasta 10 personas sin Covid-19 durante el período que
duró el estudio.
Cada grupo
no infectado tenía más de 70.000 participantes similares al grupo de Covid-19
en cuanto a edad, sexo, tabaquismo, diabetes, hipertensión, enfermedades
cardiovasculares y otras, índice de masa corporal, origen étnico y privaciones.
En los 3 grupos, la edad promedio fue de 66 años y había casi el mismo número
de mujeres y hombres.
«Se incluyó
la cohorte de control histórica para descartar el efecto que pudo tener el
colapso del sistema sanitario durante la pandemia, lo que provocó un
empeoramiento de la salud y un aumento de la mortalidad incluso en personas no
infectadas».
Los
resultados mostraron que, en comparación con las dos cohortes no infectadas,
los pacientes con Covid-19 tenían aproximadamente 4 veces más probabilidades de
desarrollar una enfermedad cardiovascular importante en la fase aguda y un 40%
más de probabilidades en la fase posaguda. En cuanto al riesgo de muerte, fue
hasta 81 veces mayor en la fase aguda y 5 veces mayor en la fase posaguda. Este
riesgo aumentaba en los pacientes con Covid-19 grave.
Wong matiza
que «el estudio se realizó durante la primera ola de la pandemia, por lo que
las investigaciones futuras deberían evaluar los brotes posteriores». Se sabe
que las vacunas pueden prevenir las complicaciones cardiovasculares.
Para el
portavoz de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), el profesor Héctor Bueno,
del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España, «la
Covid-19 ha tenido un gran impacto en los pacientes con enfermedades
cardiovasculares, que tenían menos probabilidades de recibir una atención
óptima durante la pandemia y más probabilidades de morir a causa de la
infección. Este estudio muestra que la infección también aumenta el riesgo de
complicaciones cardiovasculares y morir en las primeras semanas después de la
infección y se mantiene alto durante meses, lo que sugiere que el seguimiento
cardiovascular específico puede ser apropiado en estos pacientes».
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