domingo, 30 de abril de 2023

Boleros instrumentales para el alma - Las mejores melodías de guitarra de todos los tiempos...

Bass Minton Williams - Fiesta Latina...

Pesares y alegrías...

Todos los días... 04

Orencio de Auch, Santo

Obispo, 01 de Mayo
Elogio: En Auch, población de Aquitania, san Orencio, obispo, que se esforzó en erradicar de su ciudad las costumbres paganas y en procurar la paz entre los romanos y el rey visigodo de Tolosa.
País: Francia - †: c. 440

Ansiedad e inmediatez: la hiperconectividad como nueva pandemia de salud mental…

La OMS indica que las enfermedades mentales se duplicaron en los últimos 30 años en el mundo, pasando de 53 millones de casos en la década del 90 a 116 millones a la fecha. Ante semejante cuadro, la Lic. Daniela Cardoso, psicóloga de DIM CENTROS DE SALUD aborda esta creciente problemática global y brinda consejos útiles para una salud completa.
La salud mental es un factor muy importante en el bienestar general de la persona, ya que debemos observar la salud de una manera integral. Es decir, no sólo como ausencia de enfermedad sino como un estado de bienestar físico, mental y social. Frente a esto, podemos cuidar nuestra salud y nuestra salud mental, teniendo en cuenta distintos factores: realizando actividad física, teniendo una alimentación saludable, fomentando nuestros vínculos sociales y generando momentos de relajación.
Cuando el nivel de sufrimiento es muy grande y la persona siente que no encuentra una salida es importante que pida ayuda profesional. Los motivos de consulta pueden ser muy diversos: síntomas de ansiedad, depresión, duelos, síntomas físicos sin causas orgánicas, dificultades en los vínculos. Por otro lado, debemos destacar el lugar de la ansiedad, considerada como un síntoma de la época: estamos constantemente expuestos a factores ansiógenos como la hiperconectividad, la inmediatez de la tecnología y el querer resolver todo ya. Si bien, debemos destacar la singularidad de cada paciente, se observan continuamente síntomas de ansiedad en niños y adolescentes como fobias y ataques de pánico.
Los motivos de consulta que nos encontramos en la clínica de niños y adolescentes suelen ser muy variados, pero con frecuencia escuchamos síntomas vinculados con: estados depresivos, angustias, ansiedades, fobias, problemáticas escolares. Cuando estos síntomas comienzan a generar dificultades en el día a día o impiden hacer las actividades que se realizaban con normalidad, es necesario recurrir a un profesional.
Cabe destacar que la aparición de dichos síntomas se acrecentó con el inicio de la pandemia por coronavirus. Si bien es muy importante tener en cuenta la singularidad de cada caso, podemos pensar algunas herramientas para afrontarlos y mantener hábitos saludables, teniendo en cuenta la salud psíquica como parte de nuestra salud integral.
·        Tener una rutina diaria y horarios de sueño.
·        Mantener una alimentación saludable.
·        Acceder a la naturaleza y a la luz solar.
·        Fomentar el encuentro con pares.
·        Reducir las horas de utilización de pantallas.
·        Fomentar el juego infantil.
·        Realizar algún deporte o actividad recreativa. BP

Escuchar la voz de Jesús…

En algunos ámbitos de la Iglesia se insiste más que nunca en la necesidad de un «magisterio eclesiástico» fuerte para dirigir a los fieles en medio de la crisis actual. Estas llamadas no logran, sin embargo, detener su creciente «devaluación» entre amplios sectores de cristianos.

De hecho, no pocas intervenciones de los obispos provocan reacciones encontradas. Unos las alaban con fervor, otros las critican duramente, y la mayoría las olvida a los pocos días. Mientras tanto, en el evangelio se nos recuerdan unas palabras de Jesús que nos interpelan a todos: «Las ovejas siguen al pastor porque conocen su voz».

Lo primero y decisivo también hoy es que, en la Iglesia, los creyentes escuchemos «la voz» de Jesucristo en toda su originalidad y pureza, no el peso de las tradiciones ni la novedad de las modas, no las «preocupaciones» de los eclesiásticos ni los «gustos» de los teólogos, no nuestros intereses, miedos o acomodaciones.

Esto exige no confundir sin más la voz de Jesucristo con cualquier palabra que se pronuncia en la Iglesia. No hemos de dar por supuesto que en toda intervención de los obispos, en toda predicación de los curas, en todo escrito de los teólogos o en toda exposición de los catequistas se está escuchando fielmente la voz de Jesús.

Siempre existe un riesgo. Que llenemos la Iglesia de escritos y cartas pastorales, de documentos y libros de teología, de catequesis y predicaciones, sustituyendo con nuestro «ruido» la voz inconfundible de Jesús, nuestro único maestro. Lo recordaba una y otra vez el obispo san Agustín: «Tenemos un solo maestro. Y, bajo él, todos somos condiscípulos. No nos constituimos en maestros por el hecho de hablar desde el púlpito. El verdadero Maestro habla desde dentro».

Hemos de preguntarnos si la palabra que se escucha en la Iglesia proviene de Galilea y nace del Espíritu del Resucitado. Esto es lo decisivo, pues el magisterio, la predicación o la teología han de ser una invitación a que todos y cada uno de los creyentes escuchemos de manera fiel la voz de Cristo. Solo cuando uno «aprende» algo de Jesús se convierte en su seguidor. JAP

Día litúrgico: Lunes IV (A) de Pascua

Texto del Evangelio (Jn 10,11-18): En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».
 
«Yo soy el buen pastor»
 
Comentario: Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)
 
Hoy, nos dice Jesús: «Yo soy el buen pastor» (Jn 10,11). Comentando santo Tomás de Aquino esta afirmación, escribe que «es evidente que el título de ‘pastor’ conviene a Cristo, ya que de la misma manera que un pastor conduce el rebaño al pasto, así también Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su propio cuerpo y su propia sangre». Todo comenzó con la Encarnación, y Jesús lo cumplió a lo largo de su vida, llevándolo a término con su muerte redentora y su resurrección. Después de resucitado, confió este pastoreo a Pedro, a los Apóstoles y a la Iglesia hasta el fin del tiempo.
A través de los pastores, Cristo da su Palabra, reparte su gracia en los sacramentos y conduce al rebaño hacia el Reino: Él mismo se entrega como alimento en el sacramento de la Eucaristía, imparte la Palabra de Dios y su Magisterio, y guía con solicitud a su Pueblo. Jesús ha procurado para su Iglesia pastores según su corazón, es decir, hombres que, impersonándolo por el sacramento del Orden, donen su vida por sus ovejas, con caridad pastoral, con humilde espíritu de servicio, con clemencia, paciencia y fortaleza. San Agustín hablaba frecuentemente de esta exigente responsabilidad del pastor: «Este honor de pastor me tiene preocupado (...), pero allá donde me aterra el hecho de que soy para vosotros, me consuela el hecho de que estoy entre vosotros (...). Soy obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros».
Y cada uno de nosotros, cristianos, trabajamos apoyando a los pastores, rezamos por ellos, les amamos y les obedecemos. También somos pastores para los hermanos, enriqueciéndolos con la gracia y la doctrina que hemos recibido, compartiendo preocupaciones y alegrías, ayudando a todo el mundo con todo el corazón. Nos desvivimos por todos aquellos que nos rodean en el mundo familiar, social y profesional hasta dar la vida por todos con el mismo espíritu de Cristo, que vino al mundo «no a ser servido, sino a servir» (Mt 20,28).

30 de Abril...

Feliz domingo... 63

sábado, 29 de abril de 2023

Waldo De Los Rios - Música y Romance...

David de Michel - Más allá del Gran Vacío...

Demasiado hierro puede ser perjudicial. ¿Cómo reducirlo?

La carencia de hierro es una de las deficiencias nutricionales más comunes en el mundo. Las mujeres que menstrúan son especialmente propensas a padecerla, ya que pierden sangre cada mes. Pero un exceso de hierro también puede ser un riesgo para la salud, y es más común de lo que se piensa: aproximadamente 1 de cada 200 personas padece una enfermedad hereditaria que les hace absorber demasiado hierro. Si tu análisis de sangre ha dado un resultado de hierro alto, esto es lo que puedes cambiar en tu dieta para equilibrar las cosas.
Un poco sobre el hierro
En primer lugar, ¿por qué necesitamos el hierro y qué puede hacer un exceso de él en el cuerpo? El hierro se utiliza sobre todo para construir la sangre y transferir el oxígeno a todas las partes del cuerpo. Las moléculas de hierro rara vez fluyen libremente por el torrente sanguíneo, donde pueden causar daños y estrés oxidativo; están unidas a una proteína llamada transferrina. Un exceso de hierro puede aumentar el riesgo de artritis, cáncer, problemas hepáticos, diabetes, insuficiencia cardíaca e infecciones. Si no estás menstruando, tu cuerpo no tiene un mecanismo incorporado para eliminar el hierro. Por término medio, sólo perdemos alrededor de 1 mg al día. Por eso, la absorción de hierro está muy regulada en el organismo, y aumentar los niveles de hierro puede ser incluso un reto para algunos. Pero para otros, la acumulación gradual de hierro supone un riesgo de sobrecarga de hierro. Dado que el cuerpo no puede eliminar el hierro por sí mismo, éste se acumula en varios tejidos diferentes, donde causa estrés oxidativo. Por lo general, el hierro se almacena en el hígado, el corazón y el páncreas. Si el páncreas se daña, puede provocar diabetes.
¿Cuáles son los síntomas de la falta de hierro?
Muchas personas no notarán ningún síntoma a menos que la situación sea grave. Sin embargo, hay que estar atento a los siguientes síntomas:
- Fatiga
- Dolor en las articulaciones
- Dolor abdominal o malestar estomacal
- Reducción de la libido, encogimiento de los testículos, o pausa o irregularidades en la menstruación.
¿Cómo reducir los niveles de hierro?
Si tu análisis de sangre ha dado como resultado un alto nivel de hierro, o si padeces hemocromatosis (una enfermedad hereditaria que hace que se absorba hasta cuatro veces más hierro que la media), he aquí algunas recomendaciones dietéticas que debes seguir:
* Los alimentos ricos en calcio interfieren en la absorción del hierro. Los huevos y la soja son buenos ejemplos.
* Consume antioxidantes de frutas y verduras, con especial énfasis en los tomates, la remolacha y los arándanos. Esto protege a su cuerpo del estrés oxidativo.
* Prefiere la proteína animal del pescado y el pollo cocidos a la carne roja.
* El té y el café también interfieren en la absorción del hierro en el organismo.
También puedes considerar la posibilidad de consultar a tu médico sobre la terapia de quelación: un tipo de tratamiento que contiene moléculas quelantes y que suele tomarse por vía oral. Los quelantes se unen a otras moléculas y las extraen al salir del cuerpo. No tomes un quelante sin consultar a un médico, ya que esto puede agotar su cuerpo de minerales esenciales. Otra buena forma de equilibrar el recuento de hierro en la sangre es donando sangre.
¿Qué debes evitar?
* Evita tomar multivitaminas o cualquier otro suplemento que pueda contener hierro o vitamina C. Esta última aumenta la absorción del hierro.
* Evita los mariscos crudos, como las ostras. Contienen grandes cantidades de hierro de fácil absorción.
* Evita los cereales fortificados, que se encuentran sobre todo en EEUU y el Reino Unido, y que contienen altos niveles de hierro.
* Reduce el consumo de alcohol: tu hígado ya sufre mucho estrés oxidativo.
* Reduce el consumo de carne roja.
* Evita los utensilios de cocina de hierro. Sí, nos referimos a tu sartén de hierro fundido. SF

No todos... 03

Tres consejos...

Diodoro y Rodopiano, Santos

Mártires, 30 de Abril
Elogio: En Afrodisia, lugar de Caria, santos Diodoro y Rodopiano, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano fueron lapidados por sus conciudadanos.
País: Turquía - †: s. IV

Los Mandamientos de la Iglesia…

Dios en su infinita misericordia nos envía a su Hijo para darnos la posibilidad de la salvación. Cristo padeció, murió y resucitó por nosotros, con ello, nos obtuvo la redención. Con el fin de continuar su obra redentora, funda la Iglesia, que es la designada por Él como guardiana de los medios de salvación.

Escogió a los apóstoles para que gobernaran la Iglesia y les transmitió sus poderes. Les dijo: “Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Mt. 19,16.

Los poderes que Cristo les transmitió a los apóstoles son:

Enseñar con autoridad la doctrina de Cristo. Por ello, siempre debemos estar atentos a lo que el Magisterio nos dice. La Iglesia nos va enseñando el camino a seguir para obtener la salvación.

Santificar por medio de los sacramentos. La Iglesia es la encargada de administrar los sacramentos, Ella es en sí misma, sacramento de salvación. Todos tenemos necesidad de la gracia para salvarnos, solos no podemos, por tanto, no podemos rechazar esta función de la Iglesia.

Gobernar mediante leyes que obligan en conciencia. Siempre debemos obedecer al Magisterio en cuestiones de fe. Por esta autoridad que le viene del mismo Jesucristo, la Iglesia puede y debe promulgar leyes que ayuden a los fieles en su camino hacia la Casa del Padre.

La Iglesia tiene un doble fin:

Un fin último que es la gloria de Dios

Un fin próximo, la salvación de los hombres.

La Iglesia, como Madre y Maestra que es, para cumplir con su misión da normas para ayudar a los cristianos a cumplir y vivir mejor los mandatos de Dios. Entre estas leyes o normas se encuentran los Mandamientos de la Iglesia. Todas las personas que pertenecen a Ella están obligadas a cumplir con ellos.

Los mandamientos de la Ley de Dios son inmutables, no pueden cambiar por estar basados en la naturaleza humana, obligan todas las personas, pues están inscritos en la conciencia.

El carácter obligatorio de las leyes positivas promulgadas por la autoridad eclesiástica tiene como fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral.

Los mandamientos de la Iglesia son aquellos preceptos dados por la Iglesia para promover el acercamiento a los sacramentos y a la vida litúrgica de todos sus hijos y así ayudarles a participar activamente en la vida de la Iglesia, a cumplir sus deberes con Cristo y beneficiarse de los dones de salvación que Él nos entregó.

Los mandamientos generales son:

1. Oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar

Todos tenemos la obligación de emplear parte de nuestro tiempo para consagrarlo a Dios y darle culto, esta es una ley inscrita en el corazón. Es ley natural darle culto a Dios, y la Misa es el acto fundamental del culto católico. De este modo la Iglesia concreta el tercer mandamiento de la Ley de Dios y el deber de los cristianos es cumplirlo, además de ser sobre todo un inmenso privilegio y honor.

Este mandamiento exige a los fieles participar en la celebración eucarística, el día en que se conmemora la Resurrección de Cristo y en algunas fiestas litúrgicas importantes. El no cumplirlo es pecado grave para todos aquellos que tienen uso de razón y hayan cumplido los siete años. Para cumplir este precepto hay que hacerlo el día en que está mandado, no se puede suplir. Implica una presencia real, es decir, hay que estar ahí y hay que escucharla completa.

La Misa o sacrificio eucarístico del cuerpo y la sangre de Cristo, instituido por Él para perpetuar el sacrificio de la Cruz, es nuestro más digno esfuerzo que podemos hacer para acercarnos a Dios, y más útil para conseguir el aumento de la gracia.

2. Confesar los pecados graves cuando menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar

Hay que acudir a este sacramento – como todos los demás, signo sensible eficaz de la gracia, instituido por Cristo y confiado a la Iglesia - para asegurar la preparación para la Eucaristía mediante su recepción que continúa la obra de conversión y perdón del Bautismo. No basta con acudir, sino que hay que cumplir con todos los requisitos que el sacramento impone. El asistir sin cumplir con los actos del penitente, se convierte en una confesión sacrílega. Esto no implica que la confesión frecuente no sea recomendable, sino todo lo contrario, para quienes quieren ir perfeccionando su vida, confesarse con frecuencia es uno de los mejores medios.

3. Comulgar por Pascua de Resurrección

Este mandamiento garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo de Cristo. Siempre hay que comulgar en estado de gracia y cumplir con el ayuno eucarístico. Se debe de recibir la comunión dentro de la Misa, los enfermos incapacitados para asistir a Misa deben de recibir el viático.

4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia

Esto asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y contribuyen a adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad de corazón. No implica que hacer penitencia durante todo el año no sea de provecho.

La abstinencia es una práctica penitencial por la que se le ofrece a Dios el sacrificio de no tomar carne u otro alimento, recordando así y uniéndose a los dolores de Cristo por nuestros pecados.

5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades

El mandamiento señala la obligación de cada uno según sus posibilidades a ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, para poder continuar con su misión. Las necesidades de la Iglesia son muchas.

La Iglesia fue querida por Nuestro Señor Jesucristo, su fundador. Ella vela por el bien de los fieles, su misión es ayudar a alcanzar la salvación. Como católicos debemos sentirnos parte de Ella, amándola y defendiéndola siempre. TF

Día litúrgico: Domingo IV (A) de Pascua

Texto del Evangelio (Jn 10,1-10): En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia».
 
«Yo soy la puerta de las ovejas»
 
Comentario: P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
 
Hoy, en el Evangelio, Jesús usa dos imágenes referidas a sí mismo: Él es el pastor. Y Él es la puerta. Jesús es el buen pastor que conoce a las ovejas. «Las llama una por una» (Jn 10,3). Para Jesús, cada uno de nosotros no es un número; tiene con cada uno un contacto personal. El Evangelio no es solamente una doctrina: es la adhesión personal de Jesús con nosotros.
Y no sólo nos conoce personalmente, también nos ama personalmente. ‘Conocer’, en el Evangelio de san Juan, no significa simplemente un acto del entendimiento, sino un acto de adhesión a la persona conocida. Jesús, pues, nos lleva a cada uno en su Corazón. Nosotros también lo hemos de conocer así. Conocer a Jesús no implica solamente un acto de fe, sino también de caridad, de amor. Comentando este texto, San Gregorio Magno nos dice: «Mirad si sois, en verdad, sus ovejas, si le conocéis. Si le conocéis, digo, no sólo por la fe, sino también por el amor». Y el amor se demuestra con las obras.
Jesús es también la puerta. La única puerta. «Si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,9). Y poco más adelante recalca: «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Hoy, un ecumenismo mal entendido hace que algunos se piensen que Jesús es uno de tantos salvadores: Jesús, Buda, Confucio…, Mahoma, ¡qué más da! ¡No! Quien se salve se salvará por Jesucristo, aunque en esta vida no lo sepa. Quien lucha por hacer el bien, lo sepa o no, va por Jesús. Nosotros, por el don de la fe, sí que lo sabemos. Agradezcámoslo. Esforcémonos por atravesar esta puerta, que, si bien es estrecha, Él nos la abre de par en par. Y demos testimonio de que toda nuestra esperanza está puesta en Él.

29 de Abril...

Feliz sábado... 65

viernes, 28 de abril de 2023

Música de relajación y meditación...

Pocahontas - Luis Wuauquikuna y Moh_Incas - Colores del viento 4K - Video oficial...

El fracaso es... 02

El éxito no llega...

Acardo de Avranches, Santo

Abad y obispo, 29 de Abril
Elogio: En el monasterio de La Lucerne-d'Outremer, en Normandía, san Acardo, obispo de Avranches, que, abad durante un tiempo de San Víctor de París, escribió varios tratados de vida espiritual a fin de conducir el alma cristiana a la perfección, y al fallecer fue enterrado en esta abadía Premonstratense, que visitaba a menudo.
País: Francia - †: 1172
 
Abad de San Víctor y luego obispo de Avranches, fue descendiente de una noble familia normanda, establecida en Inglaterra siguiendo a Guillermo el Conquistador en la expedición del 1066, nació en la primera mitad del siglo XII, según algunos en la isla de Inglaterra, según otros, en Normandía, en Domfront (Orne).

Recibida la primera educación entre los canónigos regulares de Bridlington (diócesis de York), pasó, para perfeccionarse en los estudios, a París; aquí abrazó la vida religiosa en la nueva abadía de San Víctor, donde el ejemplo del célebre Hugo de San Víctor le fue de acicate para el estudio y la virtud. Muerto el abad Gilduino en 1155, le sucedió como segundo abad de la casa. En 1157 fue elegido obispo de Séez, pero Enrique II de Inglaterra se opuso a su consagración porque, según santo Tomás de Canterbury, el papa Adrián IV había favorecido la elección. En 1161 fue nombrado obispo de Avranches. Piadoso y benéfico, por su amistad con el monarca inglés obtuvo muchos favores para su diócesis y para la región entera de Normandía. Murió el 29 de abril de 1171, y fue sepultado en la iglesia de la abadía premostratense de La Lucerne, de la cual había sido el principal benefactor, y quien en 1164 había bendecido la primera piedra.

En las fuentes se le da el título de Maestro (Magister Achardus), y su epitafio lo llama «Famoso Doctor Achardus» (PL 196, 1779); pero sus escritos, no aun del todo individualizados, permanecen inéditos. La abadía de Maredsous tomó a su cargo la empresa de realizar esa primera edición, y desde 1899 ha recopilado material. En base a esto, Morín lo ha reconocido «su genio sutil y a la vez lúcido, su análisis audaz de los misterios del ser humano, junto con el misticismo Victorino, en un estilo vivaz, a veces elocuente, mucho más eficaz que la posterior escolástica», y le reconoce la paternidad del tratado «De discretione animae, spiritus et mentis», falsamente atribuido con anterioridad a Adán de San Víctor.

El estrés crónico aumenta 37% las probabilidades de sufrir problemas cognitivos a partir de los 45 años…

Según una investigación publicada en la revista JAMA Network Open, las personas mayores de 45 años con niveles elevados de estrés tienen un 37% más de probabilidades de sufrir problemas cognitivos, como problemas de memoria y de pensamiento, que las que no están estresadas. 
Durante más de una década, el estudio hizo un seguimiento de 24.448 personas que también participaban en un estudio continuo a largo plazo sobre la salud cerebral. Periódicamente, los investigadores utilizaron pruebas estandarizadas para determinar el estado cognitivo de cada participante. En la autoevaluación de los niveles de estrés -sentimientos o situaciones que superan la capacidad de afrontarlo-; alrededor del 23% de los participantes declararon altos niveles de estrés.
El estrés se considera una reacción natural cuando una persona está bajo presión; a corto plazo, puede proporcionar una motivación positiva. Por ejemplo, puede empujar a terminar un proyecto o a pisar el freno para evitar un accidente. 
Sin embargo, el estrés crónico puede provocar diversos problemas de salud física y mental, como ansiedad, depresión, dolores de cabeza, cardiopatías, hipertensión, problemas de sueño y otros. 
Las conclusiones de este estudio añaden los problemas cognitivos a esa lista, ya que los investigadores determinaron que el riesgo de deterioro cognitivo -también conocido como deterioro cognitivo leve o DCL- era mayor entre los participantes más estresados, independientemente de la edad, la raza o el sexo. 
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) señaló que reducir el estrés no sólo debe hacernos sentir mejor ahora, sino también proteger nuestra salud a largo plazo. La forma de hacerlo varía de una persona a otra, pero la APA afirmó que hay que empezar por determinar la causa del estrés y elaborar un plan para hacerle frente. 
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) definen el deterioro cognitivo cuando una persona tiene problemas para recordar, aprender cosas nuevas, concentrarse o tomar decisiones que afectan a su vida cotidiana. El deterioro cognitivo varía de leve a grave. 
«El estudio podría tener importantes aplicaciones clínicas, como el cribado periódico del estrés entre los adultos mayores de alto riesgo cuando presentan deterioro cognitivo en atención primaria», escribieron en el artículo los investigadores de las universidades de Emory, Drexel, Alabama y Texas. 
El deterioro cognitivo es también una característica clave de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Aun así, los investigadores sugirieron realizar más estudios para explorar los mecanismos subyacentes a esta asociación observada y desarrollar programas de cribado e intervenciones específicas para reducir el estrés entre los adultos mayores con riesgo de deterioro cognitivo. 
«Se necesita más investigación para explorar los mecanismos subyacentes de esta asociación observada y para desarrollar programas de detección e intervenciones específicas para reducir el estrés entre los adultos mayores en riesgo de deterioro cognitivo», concluyeron. 
12 hábitos para reducir el riesgo de deterioro cognitivo 
Según la Alzheimer’s Research UK, la principal organización benéfica de investigación de la demencia del Reino Unido, existen 12 hábitos para reducir el riesgo de demencia en las personas a cualquier edad, especialmente en el último tercio de vida. 
1- Dormir al menos 7 horas por noche 
2- Desafiar regularmente al cerebro 
3- Cuidar el bienestar mental 
4- Mantenerse socialmente activo 
5- Cuidar la audición 
6- Comer una dieta balanceada 
7- Mantenerse físicamente activo 
8- Dejar de fumar 
9- Beber responsablemente 
10- Mantener un nivel saludable de colesterol 
11- Mantener una presión arterial saludable 
12- Manejar la diabetes lo mejor posible 
Los científicos esperan que, al crear conciencia sobre los factores de riesgo, que cambian a medida que las personas envejecen, puedan tomarse medidas para reducir sus posibilidades de contraer la enfermedad. De hecho, este tipo de patologías se convirtieron en el ‘mayor temor’ de las personas con respecto al envejecimiento, según reveló el director médico de Alzheimer’s Research UK, el profesor Jonathan Schott. 
Y si bien un número cada vez mayor de personas se someten a pruebas genéticas para conocer las probabilidades de desarrollar algún tipo de trastorno cognitivo, para los especialistas «una mayor conciencia pública sobre los cambios en el estilo de vida podría reducir los casos en decenas de miles al año». 
El rol de las relaciones cercanas positivas para combatir el estrés 
Según una reciente investigación, publicada en la revista Social Psychological and Personality Science, los lazos sociales son fundamentales para gestionar las situaciones de tensión, lo que implica un mejor funcionamiento fisiológico de los distintos sistemas del organismo. 
El análisis reveló que tanto las experiencias positivas como las negativas en nuestros lazos sociales contribuyen al estrés diario y a la forma en la que lo gestionamos y en sus manifestaciones físicas, expresadas en la presión arterial y el ritmo cardíaco. Además, no es solo cómo nos sentimos acerca de nuestras relaciones en general lo que importa; sino que los altibajos también son importantes. Del análisis de los datos, los investigadores encontraron que, en promedio, las personas con más experiencias positivas y menos experiencias negativas informaron menor estrés, mejor afrontamiento y reactividad de la presión arterial sistólica, lo que conduce a un funcionamiento fisiológico superior en la vida diaria. Por el contrario, la variabilidad, o los altibajos cotidianos surgidos de las experiencias negativas en los vínculos, como los conflictos, fueron especialmente predictivos de resultados negativos en los mismos índices.
«Este estudio no debe interpretarse como prueba de que las experiencias de relación tienen efectos fisiológicos. En cambio, los hallazgos contienen asociaciones de la vida diaria que ilustran cómo las relaciones y la salud física a menudo se entrelazan», concluyeron los expertos. BP