martes, 1 de agosto de 2023

Hábitos comunes que pueden tener un impacto negativo en la salud de tus oídos…

La audición es esencial para la vida diaria, ya que permite a las personas detectar sonidos externos, identificar posibles peligros y apreciar la música. Por desgracia, con el paso del tiempo tendemos a dañar nuestra salud auditiva y nuestro sentido del oído sin ser conscientes de ello, principalmente por estar expuestos a consejos erróneos y engañosos que pueden tener graves repercusiones médicas. En este artículo, expondremos algunas actividades ordinarias que pueden parecer inofensivas, pero que pueden tener un drástico efecto perjudicial para la salud de nuestros oídos y audición.
1. Uso de hisopos o bastoncillos de algodón
Una práctica muy extendida para limpiar los oídos consiste en utilizar hisopos o bastoncillos de algodón. Suelen ser largos y finos, de madera o plástico y con algodón en ambos extremos. Su forma fina facilita el acceso al conducto auditivo y permite eliminar la cera o la suciedad. Por desgracia, esta solución tradicional no sólo es ineficaz, sino también arriesgada. La calidad de los bastoncillos puede ser poco fiable y los de madera pueden romperse y clavarse en el oído si no se manipulan con precaución. Además, a veces no hay suficiente algodón y esto puede provocar heridas visibles o microscópicas en el conducto auditivo, que pueden causar infección, molestias e inflamación. El conducto auditivo tiene una forma tal que puede eliminar el cerumen de forma natural por sí solo. Pero el uso de hisopos de algodón puede empujar la cera más adentro, retrasando el proceso de eliminación y pudiendo requerir ayuda médica. Para evitar dañar el tímpano, se aconseja no introducir en el oído nada pequeño.
2. Usar un extractor de cerumen en espiral
En los últimos tiempos han aparecido en el mercado diversas técnicas novedosas para limpiar los oídos. Las más destacadas son los aparatos eléctricos que eliminan el cerumen con la ayuda de suaves espirales de silicona en la punta. A pesar de que los expertos en publicidad afirman que estos artilugios son seguros y eficaces, su uso incorrecto puede ser inseguro, similar a la utilización de un hisopo para los oídos. Introducir cualquier elemento extraño en el conducto auditivo puede ser perjudicial e incluso perforar el tímpano. Por otra parte, la electricidad que alimenta esta herramienta hace que sea mucho más peligroso que un pinchazo en el oído y puede causar una medida sustancial de daño.
3. Usar velas en tus oídos  
En lugar de utilizar velas para limpiar los oídos, se sugiere lavarlos. Este método consiste en encender una vela e introducirla en el conducto auditivo con la esperanza de crear una succión que extraiga la cera y la suciedad. Aunque puede ser eficaz, también es arriesgado y puede causar quemaduras o daños en el conducto auditivo si la vela gotea o se derrama en el interior. Además, este método requiere extrema precaución y debe manipularse con cuidado debido a la presencia de fuego. Por lo tanto, lavar los oídos es la opción recomendada.
4. Lavar los oídos
La limpieza de los oídos es una técnica eficaz para eliminar el cerumen y la suciedad sobrantes del conducto auditivo. Generalmente se realiza con un instrumento de succión. Ayuda a eliminar la acumulación de secreciones espesas o densas en el oído externo. Es importante ser consciente de que esta estrategia sólo tiene éxito cuando la realiza un otorrinolaringólogo experto. Ten cuidado al tratar problemas relacionados con el oído y no dejes que una persona inexperta se ocupe de ellos; así evitarás daños graves en tu audición.
5. Usar gotas para los oídos para ablandar el cerumen
Se supone que la mayoría de la gente ha utilizado o ha oído hablar de las gotas para ablandar el cerumen, que se anuncian como un método eficaz para eliminar el exceso de cera y ablandarla para facilitar su extracción del conducto auditivo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas gotas son incapaces de proporcionar ningún alivio real de los síntomas causados por un exceso de cerumen y no ayudan en la eliminación efectiva de la misma. En su lugar, se limitan a transformar la cera de un estado espeso y concentrado a una forma líquida, que puede resultar muy incómoda para la persona que se encuentra en el conducto auditivo.
6. No asegurarte de que tus oídos descansen
Si te encuentras a menudo en ambientes ruidosos, ya sea en el trabajo, en el cine, en un bar o en un espectáculo en directo, es necesario que tus oídos tengan un periodo de ‘rehabilitación’. Se trata de hacer una pausa de 5 a 10 minutos en un entorno tranquilo para que los oídos descansen. Las investigaciones han establecido que, por lo general, las personas necesitan una media de 16 horas de respiro después de estar mucho tiempo en un entorno ruidoso.
7. Humedad en la cavidad del oído  
La parte media del oído contiene tres huesecillos auditivos llamados martillo, yunque y estribo, y es un compartimento lleno de aire. La humedad prolongada en esta región puede ser perjudicial para el oído medio. Las bacterias también pueden invadir el conducto auditivo externo, provocando inflamación y trastornos auditivos. Por lo tanto, se recomienda secarte bien los oídos con un material suave, como un pañuelo de papel o una toalla, después de bañarte o nadar. Esto puede hacerse inclinando la cabeza hacia un lado, tirando suavemente del lóbulo de la oreja y dejando que salga el agua retenida en el oído medio, para luego secarla con un paño. Si el oído se humedece de forma persistente o notas una disminución de la capacidad auditiva, lo mejor es buscar ayuda médica.
8. Estrés y falta de actividad física
Esto es válido para nuestra salud en general y para nuestros oídos en particular. Ejercicios cardiovasculares como correr, caminar o montar en bicicleta pueden aumentar el flujo sanguíneo a los oídos, ayudándoles a mantenerse en buen estado. Los acúfenos (zumbidos en los oídos) pueden estar causados en gran medida por el estrés, ya que la misma parte del cerebro que se encarga de la audición también se encarga de las emociones. El agotamiento, el exceso de trabajo o el estrés pueden interferir en el funcionamiento normal del oído y provocar acúfenos. Por consiguiente, el ejercicio es esencial, ya que energiza la sangre y produce endorfinas que reducen la tensión y el estrés mental. JQR

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