Texto
del Evangelio (Mt 8,18-22): En
aquel tiempo, viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra
orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que
vayas». Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos;
pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Otro de los
discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Dícele
Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».
Comentario del Evangelio
Hoy un escriba se lanza con decidido entusiasmo a
seguir a Jesús. De hecho, el Señor espera de cada uno de nosotros esa decisión.
Quizá parezca algo radical, reservado sólo para algunos ‘iluminados’… ¡No es
así! No se trata de ir ‘muy lejos’. Entonces, ¿dónde debemos seguirle? Allí
donde estemos: en casa, en el trabajo, en la diversión…
—Donde sí que hay que llegar lejos es en el amor.
Pero…, en tu vida, en tu casa, en tu colegio, ¿tienes ‘nidos’ de egoísmo y
‘guaridas’ de comodidad? ¡Quien se esconde, no responde!
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