¿Es posible sentir cierta sensación de gozo ante un
infortunio ajeno, cuando alguien que no nos cae bien está pasando un mal
momento?
Este sentimiento conflictivo, que puede ocurrir con
alguien del propio entorno, familiar, laboral o social, o ante alguien público,
tiene nombre: se conoce como ‘schadenfreude’, un término alemán que
conjuga las palabras schaden, que significa daño, y freude,
que significa alegría. La psicología lo
estudia y dice esto.
La investigación revela que pueden existir tres formas de schadenfreude vinculadas vinculadas a:
La agresión. La persona
siente placer cuando un miembro de otro grupo, como un equipo deportivo rival o
un partido político, sufre un evento negativo que solidifica la identidad
social de su propio grupo.
La rivalidad. La persona
siente cierto grado de rivalidad social lo que la hace ‘compararse’ con el
individuo en una situación de infortunio.
La justicia. La persona
siente que el mal ajeno es una suerte de compensación por lo que ella
misma, o su grupo social, no tiene. Siente una especie de
reivindicación social.
Las personas sienten placer ante las desgracias de los
demás cuando estas situaciones les brindan comparaciones sociales que mejoran
sus sentimientos de autoestima o eliminan la base de sentimientos dolorosos de
envidia, indica la investigación.
Pero la gran pregunta es: este sentimiento es bueno o
malo.
Schadenfreude es una
emoción prevalente pero aún poco comprendida que surge en muchas situaciones en
las interacciones interpersonales e intergrupales.
Para reconocer este sentimiento, se puede pensar
en las viejas comedias mudas, Charles Chaplin, Harold Lloyd o Buster Keaton,
que utilizan el Schadenfreude al animar al público a reírse de las heridas
o humillaciones de los demás. En otros casos, el Schadenfreude puede
servir como una suerte de empatía revertida. Todos reconocemos la naturaleza
vergonzosa de una caída pública o de decir una tontería y, a veces, ver que
otras personas cometen los mismos errores que nosotros puede causar cierta
alegría.
Si bien cierto grado de schadenfreude puede
ser parte normal de la experiencia humana, si se presenta de manera frecuente
puede indicar una condición de salud mental.
Si tú mismo o una
persona querida o que conoces expresa este sentimiento de disfrutar el problema
ajeno, hay que estar alerta. Si ocurre a repetición puede indicar
un trastorno subyacente, ansiedad o depresión. Es momento de consultar
con un experto en salud mental. HD
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